Basura radiactiva

HACE DOS a?os y medio, el Senado constituy¨® una ponencia sobre el tratamiento de los residuos radiactivos, especialmente los que conservan su actividad durante decenas de miles de a?os, pero ante las dificultades para encontrar la soluci¨®n adecuada decidi¨® posponer el asunto nada menos que hasta el a?o 2010.Existe un consenso generalizado en que la soluci¨®n debe pasar por la b¨²squeda y acondicionamiento de un almacenamiento geol¨®gico profundo (AGP), pero el problema est¨¢ en que no es f¨¢cil que ning¨²n municipio autorice la instalaci¨®n de un AGP en su territorio. De ah¨ª que ning¨²n pa¨ªs europeo, tampoco Espa?a, haya definido su ubicaci¨®n definitiva.

Parece poco veros¨ªmil que la humanidad vaya a convivir con residuos potencialmente muy peligrosos durante periodos tan largos de tiempo. Tarde o temprano se encontrar¨¢ la manera de neutralizar dichas sustancias. De hecho, ya existen propuestas, todav¨ªa preliminares, sobre c¨®mo proceder para convertir los residuos de larga vida media en sustancias inocuas o cuya toxicidad dure mucho menos. De ah¨ª que cobre importancia un aspecto distinto pero muy relacionado con lo debatido en el Senado: el impulso que parece querer darse a la investigaci¨®n sobre nuevas t¨¦cnicas para la neutralizaci¨®n de los residuos.

Pero el problema es que estas nuevas t¨¦cnicas no entusiasman de momento ni a la Administraci¨®n ni a los ecologistas. La Administraci¨®n teme que se distraigan esfuerzos y medios del objetivo m¨¢s inmediato de encontrar una localizaci¨®n y de convencer a quienes han de vivir en torno a ella. Y los ecologistas recelan de que, en caso de poder tratarse los residuos y hacerlos inertes, se pretenda acabar con sus argumentos contra la energ¨ªa de origen nuclear. S¨®lo si la demora en las decisiones sobre el futuro del AGP ayuda a avanzar claramente en l¨ªneas de investigaci¨®n que tengan como objetivo neutralizar la basura radiactiva podr¨ªamos estar ganando tiempo en lugar de perderlo.