Alimentos que curan
Los cient¨ªficos buscan el mecanismo beneficioso de hortalizas y frutas para usarlas como terapias
La dieta del futuro no estar¨¢ pensada para perder peso, sino para eludir la muerte. En los pr¨®ximos a?os, los cient¨ªficos conf¨ªan en combinar los conocimientos, cada vez mayores, sobre la composici¨®n gen¨¦tica del cuerpo humano, con el uso medicinal de los alimentos -asimismo muy prometedor- para elaborar dietas capaces de detener, tratar o incluso curar enfermedades.Seg¨²n los cient¨ªficos, cuando se identifiquen todos los genes del cuerpo humano y se comprendan sus funciones -una labor que se espera terminar en el a?o 2003- ser¨¢ posible caracterizar a las personas con susceptibilidades m¨¦dicas espec¨ªficas y darles recetas para que se alimenten con ellas.
Si a un reci¨¦n nacido se le diagnostica un tipo concreto de anemia, se le podr¨ªa someter a una dieta especial, muy nutritiva, desde el nacimiento, para evitar las deficiencias de desarrollo que suelen acompa?ar a la enfermedad. A los individuos con riesgo gen¨¦tico de desarrollar co¨¢gulos sangu¨ªneos se les podr¨ªa recomendar que tomaran alimentos con anticoagulantes naturales. Y los que padecen alergias cr¨®nicas, migra?as o artritis podr¨ªan seguir una dieta permanente de alimentos que contrarresten dichas enfermedades.
Los cient¨ªficos ya est¨¢n investigando los efectos beneficiosos de los alimentos sobre ciertos tipos de c¨¢nceres, enfermedades cardiacas, menopausia y otros trastornos, y los primeros resultados son muy optimistas.
"Vamos a ser capaces, en esta generaci¨®n, de elaborar dietas de dise?o para cada persona, bas¨¢ndonos en sus posibilidades concretas de riesgo", declara Linda Van Horn, profesora de medicina preventiva en la Escuela de Medicina de Northwestern University. "Nos encontramos al borde de un precipicio, a punto de saltar a un ¨¢mbito totalmente nuevo de la medicina. Es exactamente lo que debieron de sentir hace cien a?os, cuando descubrieron que la vitamina C cura el escorbuto".
Las informaciones prometedoras de nuevos hallazgos sobre los alimentos se suceden a un ritmo impresionante, en parte gracias a los avances en la tecnolog¨ªa que han hecho posible identificar las sustancias con gran rapidez, medirlas y ver c¨®mo se comportan al combinarlas con c¨¦lulas humanas.
"Disponemos de unas herramientas incre¨ªblemente poderosas que nos permiten plantearnos, por fin, esta pregunta: ?Existen en la naturaleza cosas capaces de alterar, por s¨ª solas, los riesgos de enfermedad?", cuestiona John Glaspy, investigador en el Centro Jonsson del C¨¢ncer en la Universidad de California en los ?ngeles (UCLA). "?Es posible que un suplemento de aceite de pescado para la poblaci¨®n pueda hacer por el riesgo de c¨¢ncer de pecho lo que el agua fluorada logr¨® con las caries?".
Glaspy es uno de los principales interesados en intentar averiguarlo. Despu¨¦s de advertir que la incidencia del c¨¢ncer de pecho suele ser menor entre las mujeres japonesas que entre las norteamericanas, ha decidido probar la dieta tradicional de aquellas -rica en grasas omega-3, que se encuentran en el pescado y los productos de soja- con un grupo de pacientes estadounidenses que han recibido tratamiento y en las que, en la actualidad, ha desaparecido el c¨¢ncer.
No es m¨¢s que uno de los experimentos, cada vez m¨¢s numerosos, de la nueva ciencia llamada "nutrac¨¦utica", un ¨¢rea de la investigaci¨®n m¨¦dica que ha pasado de estudiar los beneficios nutritivos de los alimentos para examinar sus efectos terape¨²ticos espec¨ªficos.
Ya se han visto pruebas de que muchos alimentos en estudio -tan dispares como los ar¨¢ndanos, el chocolate, el alcohol o el ajo- tienen componentes que reducen el colesterol, neutralizan las sustancias carcin¨®genicas, disminuyen la presi¨®n sangu¨ªnea, alivian los s¨ªntomas de la menopausia y frenan el crecimiento de los vasos sangu¨ªneos que alimentan los tumores. Incluso es posible que algunos refuercen el sistema inmunol¨®gico.
Varios expertos, sin esperar a tener pruebas definitivas, propugnan ya el poder medicinal de determinados alimentos para algunos pacientes. Recomiendan a mujeres menop¨¢usicas que beban leche de soja, que, al parecer, alivia los sofocos y otros s¨ªntomas. Sugieren pescado rico en aceites omega-3, como el salm¨®n, el arenque y la caballa, para pacientes con riesgo de enfermedades cardiovasculares o c¨¢ncer de pecho. Y, para los hombres que temen al c¨¢ncer de pr¨®stata, aconsejan el consumo de m¨¢s productos a base de tomate porque son unos vegetales ricos en licopeno, sustancia que al parecer disminuye el riesgo en este tipo de tumor. Sin embargo, los expertos advierten que todav¨ªa faltan a?os para disponer de pruebas concluyentes y que, a veces, se acaba demostrando que las primeras apreciaciones estaban equivocadas.
Teor¨ªas descartadas
Por ejemplo, los cient¨ªficos ya no apoyan la teor¨ªa de que eliminar la sal ayuda a disminuir la presi¨®n sangu¨ªnea, y un estudio reciente indica que el consumo de un huevo diario no aumenta el riesgo de enfermedad coronaria ni de derrame en personas sanas.
Otras investigaciones recientes han puesto en duda que una dieta de escaso contenido graso pueda prevenir el c¨¢ncer de pecho; los cient¨ªficos opinan que quiz¨¢ sea m¨¢s importante la proporci¨®n entre dos tipos distintos de grasa consumidos. Tambi¨¦n est¨¢ en tela de juicio que la ingesti¨®n de fibra pueda evitar el c¨¢ncer de colon.
"Nadie sabe todav¨ªa lo suficiente para decir tajantamente si hay que hacer esto o no hay que hacer aquello; no sabemos si el tratamiento a trav¨¦s de la nutrici¨®n tiene efectos a largo plazo, cu¨¢les, cuantos y durante cu¨¢nto tiempo", declara Carol Letendre, del Instituto Nacional estadounidense del Coraz¨®n, el Pulm¨®n y la Sangre. Aun as¨ª, si los estudios actuales demuestran los poderes terap¨¦uticos de los alimentos, es muy probable que mucha gente se sume a la idea de comer para estar sanos. En los ¨²ltimos a?os, cada vez son m¨¢s numerosos los que demuestran su entusiasmo por los m¨¦todos naturales para conservar una buena salud: el consumo de alimentos org¨¢nicos y suplementos diet¨¦ticos y la utilizaci¨®n de procedimientos menos invasivos, tales como la acupuntura o la homeopat¨ªa, a la hora de tratar alg¨²n trastorno.
La industria de la alimentaci¨®n ha comprendido que es un mercado potencial y muestra un estusiasmo parecido; ha empezado a reforzar los cereales, las sopas y otros productos con hierbas y otras sustancias -los llamados alimentos funcionales- sin esperar a que la ciencia demuestre su eficacia.
Beverly Clevidence dirige el laboratorio de fitonutrientes del Departamento norteamericano de Agricultura en Beltsville, Maryland, donde los cient¨ªficos est¨¢n cultivando un tipo especial de col rizada -una verdura de hojas oscuras- para investigar sus propiedades nutritivas. Predice -y, con ella, otros muchos- que, para la pr¨®xima generaci¨®n, la palabra dieta tendr¨¢ un significado totalmente nuevo.
"En la actualidad, cuando nace un ni?o se pueden descartar 20 o 30 enfermedades diferentes con una sola gota de sangre", explica la doctora Letendre. En el futuro, esa misma gota de sangre podr¨ªa decir adem¨¢s a los padres qu¨¦ alimentos convienen a su hijo para evitar posibles deficiencias en el desarrollo u otros trastornos previstos por la composici¨®n gen¨¦tica del ni?o.
No todo el mundo cree que las dietas individualizadas tendr¨¢n esa popularidad. Al fin y al cabo, no se puede vivir s¨®lo de br¨®coli. Es posible que, cuando se descubra que una sustancia alimenticia es un agente poderoso contra la enfermedad, los fabricantes de productos farmac¨¦uticos la conviertan en un medicamento. Y, en opini¨®n de algunos, ¨¦sa ser¨ªa una forma m¨¢s segura y eficaz de suministrar dichas sustancias a los consumidores.
"Si encontr¨¢semos en un fruto o una hortaliza un ingrediente verdaderamente capaz de reducir el ritmo de met¨¢stasis de un tumor, la forma m¨¢s eficaz de administraci¨®n ser¨ªa un medicamento", asegura la doctora Barbara Howard, presidenta del Medlantic Research Institute, que lleva a cabo investigaciones para siete grandes hospitales sin ¨¢nimo de lucro en la regi¨®n de Washington y Baltimore. "Si alguien encontrara la sustancia XYZ en los melocotones, lo mejor ser¨ªa purificarla. A mi juicio, ser¨ªa dif¨ªcil conseguir que la gente consumiera gran cantidad de una cosa sin que ello afectara al resto de la dieta".
No obstante, a¨²n no se sabe si se pueden obtener los mismos beneficios para la salud con un suplemento manufacturado que con el alimento completo: algunos cient¨ªficos consideran que quiz¨¢ existen factores adicionales que act¨²an en combinaci¨®n con la sustancia causante de dichos beneficios.
Aunque hace mucho tiempo que se ensalzan las virtudes de las verduras frescas para la salud, s¨®lo ahora est¨¢n empezando a descubrir los expertos las razones cient¨ªficas de ello. En su opini¨®n, los compuestos denominados fitonutrientes, que se hallan en las plantas, parecen muy prometedores en la prevenci¨®n del c¨¢ncer de pecho y pr¨®stata y en la disminuci¨®n del riesgo de enfermedades cardiacas y un trastorno ocular, asociado a la edad, llamado degeneraci¨®n macular.
Los nombres de estos nutrientes pueden hacer creer que se han fabricado en una probeta y un quemador Bunsen -carotenoides, flavonoides, isoflavonas, glucosinolatos y fenoles-, pero ning¨²n laboratorio podr¨ªa obtener sustancias qu¨ªmicas tan beneficiosas como las que hay en la naturaleza y pueden guisarse en la cocina, en opini¨®n de los expertos.
Su acci¨®n consiste en acelerar las defensas naturales del cuerpo y se encuentran en muchas hortalizas "de color" -verde oscuro, amarillo intenso, naranja- y en frutos como los tomates y los ar¨¢ndanos.
Los investigadores del hospital universitario Johns Hopkins han llegado a la conclusi¨®n de que los brotes de br¨®coli tienen concentraciones muy elevadas de sulforafano, un compuesto org¨¢nico que hace que las c¨¦lulas produzcan enzimas capaces de bloquear el c¨¢ncer.
Los cient¨ªficos de la Universidad de Wisconsin han informado recientemente que dos compuestos presentes en las frutas, las hortalizas y los cereales pueden disminuir el crecimiento de algunas formas de c¨¢ncer.
El primero, gamma-tocotrienol, aminora el crecimiento de las c¨¦lulas en la leucemia y el c¨¢ncer de pecho. El segundo, beta-ionona, suprime tambi¨¦n el desarrollo de esas dos formas de c¨¢ncer y el de colon.
? Los Angeles Times
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