Kamasutra
JAVIER MINA Cuentan que all¨¢ en la India un consejero real cay¨® en desgracia y fue encerrado por su soberano en una alt¨ªsima torre. Cierta noche, la esposa del cautivo se aproxim¨® al pie del torre¨®n y pregunt¨® a su desgraciado marido qu¨¦ deseaba. Este le pidi¨® un escarabajo, miel, un hilo, un cord¨®n y una cuerda as¨ª como que siguiera determinadas instrucciones. Con las antenas untadas de miel, el escarabajo ascendi¨® atra¨ªdo por el olor de un siempre presente y lejano panal arrastrando consigo el hilo. El hilo posibilit¨® izar el cordel y ¨¦ste la cuerda por la que se desliz¨® el astuto consejero -que a lo mejor por eso mereci¨® la c¨¢rcel, por demasiado listo- recobrando la libertad. Descartados los lamentos en que sin duda incurrir¨¢n quienes s¨®lo ven el continuo sufrimiento y la explotaci¨®n a la que el g¨¦nero humano somete a los animalillos, descartados igualmente los usos impropios como el de dar ideas para las fugas o lemas para los apicultores, el sutil ap¨®logo podr¨ªa servir para ilustrar diversas situaciones. Como por ejemplo la del PSOE. Tras las cefaleas al cuadrado causadas por la falsa bicefalia, ya que una de las cabezotas ha ca¨ªdo rodando como si siempre hubiera sido de cart¨®n incluso para los suyos, el partido de la rosa podr¨ªa sacar la lecci¨®n de que una cosa viene detr¨¢s de otra; empezando por la m¨¢s peque?a, que podr¨ªa consistir en poner orden en casa antes de aspirar a ponerlo en la de todos. No ser¨ªa lo de menos atar algunos cabos sueltos y apretar la cuerda a los episodios de su pasado m¨¢s negro. ?Y qu¨¦ decir del PP? Para empezar, esos hilos y esas cuerdas podr¨ªan hablarnos de la estopa y el lino en que se han enmara?ado los altos cargos metidos a exquisitos agricultores a tiempo parcial, en palabras de la ex ministra del ramo, que se han sacado una pasta gansa comprando muchas tierras y sirvi¨¦ndose de informaci¨®n seguramente privilegiada para plantar aquello que la UE m¨¢s subvenciona; vamos, como cualquiera de los miles de agricultores aficionados de este pa¨ªs, seg¨²n ha dicho tambi¨¦n, sin pelos, pelusas ni maromas en la lengua la susodicha y ex buc¨®lica Loyola, aunque nada dijera de por qu¨¦ hab¨ªa que quemar las madejas almacenadas. Si no fuera por aquello de no mentar la soga en casa del ahorcado, ah¨ª cabr¨ªa tambi¨¦n ese hilo telef¨®nico con el que ha tropezado Aznar en el Kremlin, pero nos meter¨ªamos en nudos rusos. El arco nacionalista tambi¨¦n tiene su cordel, por lo que el cuentecillo indio podr¨ªa significar que tirando del hilo se saca el ovillo. Tampoco est¨¢ bien aguarles la fiesta ahora que se han cosido m¨¢s unos a otros con hebras de oro, pero ah¨ª queda que al extremo del cabo sigue pendiendo la no condena expresa de la violencia que la sociedad exig¨ªa que PNV y EA exigieran como condici¨®n sine qua non a EH-HB para pertenecer a la misma cordada. Todo sea que engolfados en la dulce miel que el escarabajo trae en las antenas no se acuerden del hilo y se queden cautivos en una torre que no por alta resulta menos prisi¨®n. Claro que entonces todav¨ªa contar¨¢n con la salida de presentarse a mil comicios en calidad de presos. Pero ya lo dice el refr¨¢n, al pasar el r¨ªo, vale m¨¢s la cuerda que el trigo. A todas esas ocasiones se hubiera podido aplicar como de molde el dichoso relato, que no por indio -hacer el ¨ªdem suele pasar por lo contrario- tiene menos enjundia. Ahora bien donde yo le veo m¨¢s aplicaci¨®n es en otro campo. Desde luego, no en el del amor pese a que salgan enamorados, torres y cuerdas. Ni en el de los ochomiles o la medicina, que podr¨ªa utilizarlo para extraer solitarias o soledades cada vez m¨¢s gordas. No, donde yo mejor lo veo es en el de la alta costura, ese arte de engalanar postes arrastrando tras el hilo, la pasamaner¨ªa y la inanici¨®n a mucha incauta, y con ellas a m¨¢s incautos. S¨®lo que se parece tanto al quehacer pol¨ªtico que m¨¢s valdr¨¢ reservarle un cuento chino y guardar la miel para la boca del cerdo, digo, por donde pisa el buey, porque la cosa es joder, como anuncia el t¨ªtulo.
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