Vallas de papel

EL GOBIERNO va a gastar en los pr¨®ximos a?os 25.000 millones de pesetas para intentar blindar la zona del Estrecho contra la inmigracion irregular. El plan prev¨¦ un sistema de vigilancia integral que correr¨¢ a cargo de la Guardia Civil y cuyo cerebro estar¨¢ en Algeciras. Radares inteligentes, c¨¢maras t¨¦rmicas, visores nocturnos, m¨¢s helic¨®pteros y lanchas. Toda la parafernalia de los telefilmes. Espa?a tiene un compromiso con la UE para impermeabilizar su frontera sur e impedir la llegada al abierto territorio de Schengen de miles de ilegales. El Ejecutivo espera que las arcas comunitarias contribuyan a esta obra tan ambiciosa como posiblemente in¨²til.La presi¨®n migratoria africana no s¨®lo no decae, sino que aumenta. El Gobierno ya admit¨ªa el a?o pasado que la valla de Ceuta, en la que se llevan gastados m¨¢s de 5.500 millones de pesetas, es un fracaso. La dudosa obra de ingenier¨ªa -adjudicada en 1993 y todav¨ªa inacabada por los continuos desprendimientos- no puede impedir que los desesperados se cuelen por las decenas de enormes alcantarillas que conectan el subsuelo de Marruecos y Espa?a. Se ha decidido, pues, reforzarla con una nueva, de m¨¢s de tres metros de altura. En el campamento ceut¨ª de Calamocarro, entretanto, se llegan a hacinar hasta 2.000 inmigrantes. En T¨¢nger, Tetu¨¢n o Larache, otros tantos aguardan su oportunidad de dar el salto. Cientos de miles m¨¢s esperan turno en diferentes pa¨ªses africanos.

No hay muro que pueda detener a quienes sufren miseria y opresi¨®n. Los medios que se van a poner a contribuci¨®n en la zona m¨¢s caliente del Estrecho seleccionar¨¢n darwinianamente la marea de los despose¨ªdos; pero nada m¨¢s. Est¨¢ bien que Espa?a intente impedir un coladero en su frontera m¨¢s sensible. Pero es imperativo que los poderes p¨²blicos asuman de una vez que la inmigraci¨®n irregular desborda por completo los planteamientos policiaco-administrativos o de alta tecnolog¨ªa con los que se pretende combatir exclusivamente. El fen¨®meno hunde sus ra¨ªces en la rigurosa falta de horizontes vitales y es una de las caracter¨ªsticas definitorias de nuestra ¨¦poca. Espa?a, con sus 16.000 detenidos en 1997 por este motivo, no es ni un caso aislado ni siquiera importante todav¨ªa. Por eso es urgente aceptar que no hay otra herramienta a medio plazo que la cooperaci¨®n econ¨®mica generosa con los pa¨ªses que nutren de desesperados el primer mundo al que pertenecemos: el codesarrollo. Y entretanto, leyes solidarias que traten como seres humanos a los que consiguen llegar.