El Tribunal Superior anula el monopolio que exist¨ªa en Mercamadrid sobre los pl¨¢tanos

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dictado una sentencia en la que rompe el monopolio en la comercializaci¨®n del pl¨¢tano que pose¨ªa la sociedad Aplamadrid, merced a la exclusividad que le otorg¨® el Ayuntamiento de Madrid en 1985 a trav¨¦s de un convenio. La sentencia alude s¨®lo a la comercializaci¨®n de pl¨¢tanos de Mercamadrid, pero sus conclusiones se pueden extrapolar, seg¨²n diversas fuentes jur¨ªdicas, al resto de los productos alimenticios que se venden en Mercamadrid y que pudieran disfrutar de alguna situaci¨®n de privilegio.

El acuerdo mediante el que el Ayuntamiento entregaba en exclusiva a Aplamadrid, sociedad integrada por 12 inversionistas, "el almacenamiento, maduraci¨®n y comercializaci¨®n de los pl¨¢tanos" que arribaban a la capital para su posterior distribuci¨®n a minoristas atenta contra la liberalizaci¨®n del mercado impuesta por la Comunidad Europea y contra la Ley de Defensa de la Competencia.En realidad, Aplamadrid mantuvo el r¨¦gimen de monopolio sobre los pl¨¢tanos hasta 1993. Coincide que en esa fecha se produjo una escisi¨®n en Aplamadrid y algunos de sus inversionistas crearon la empresa Platamerca, tambi¨¦n con la finalidad de comercializar los pl¨¢tanos. El Ayuntamiento de Madrid les autoriz¨® a crear una nave en Mercamadrid con la condici¨®n de que se utilizase s¨®lo como almac¨¦n de este tipo de frutas. "Pero les prohibi¨® comercializarlos directamente", seg¨²n explic¨® ayer Luis Lerga, abogado de Aplamadrid.

Esta sociedad se opuso a la autorizaci¨®n municipal y apel¨® al Tribunal Superior para que, por un lado, revocase la decisi¨®n del Ayuntamiento y, por otro, ordenase demoler la nueva nave creada por Platamerca. Los demandantes hicieron valer ante el tribunal el acuerdo de exclusividad suscrito con Mercamadrid en 1985, alegando que les supuso en aquella ¨¦poca un desembolso "de cientos de millones de pesetas" para acondicionar la nave en la que desarrollaban su actividad.

Los jueces han desestimado el recurso, y subrayan: "La pretensi¨®n de [Aplamadrid] es radicalmente opuesta al principio de libre empresa (...), pues pretende impedir que otras personas puedan ejercer sus actividades mercantiles e intentan incluso ampliar el privilegio derivado de su exclusiva sobre los pl¨¢tanos".