Por piedad (el secuestro de Piedad C¨®rdoba)
Piedad C¨®rdoba es una de esas personas que parecen m¨¢s altas de lo que son. Cuando est¨¢ en una sala atestada es siempre capaz de hacerse ver y de hacerse o¨ªr. Pero lo que mejor hace es escuchar. Puede aguantar horas solucionando los problemas de los dem¨¢s y atendiendo las peticiones m¨¢s dispares de la gente a la que representa. Sus votantes est¨¢n entre los l¨ªderes de barrio, las mujeres comprometidas con los derechos humanos, la minor¨ªa negra, los ¨²ltimos de la fila y las capas intelectuales progresistas. Piedad, genio y figura, es capaz de dar rostro a una larga serie de colombianos que quieren vivir en un pa¨ªs pacificado y normal. ¡°La Negra¡± Piedad no es del todo una pol¨ªtica, y de serlo, lo es de un g¨¦nero nuevo. Abogada, activista, dem¨®crata de base, feminista convencida, es clara en sus pronunciamientos y en sus ambiciones. No sabe hablar un lenguaje relamido y tiene a la vez valor y paciencia.El grupo de Casta?o, sin duda uno de los m¨¢s feroces, la ha secuestrado. Amenazas no le han faltado en estos ¨²ltimos a?os, ni a ella ni a su familia. Pero no se calla. Valent¨ªa en efecto se necesita en Colombia, donde los l¨ªderes de base desaparecen a cientos, para oponerse, como ella lo ha hecho, a los paramilitares y a las ¡°Convivir¡±. Piedad preside la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Senado de Colombia. Y la hace funcionar. Ahora que Colombia aborda un proceso de paz con las guerrillas, proceso tanto m¨¢s necesario cuanto que el Gobierno controla s¨®lo un cuarenta por ciento del territorio del pa¨ªs, Piedad C¨®rdoba ha sido concluyente: no se puede admitir a los paramilitares, pagados por la ultraderecha terrateniente y por el narcotr¨¢fico y responsables de cientos de asesinatos y desapariciones, como ganadores de legitimidad moral en el proceso. Esto la ha convertido en su v¨ªctima. La odiaban ya antes, pero ahora la tienen y no queremos ni imaginar c¨®mo. Esta mujer, toda empat¨ªa, est¨¢ en manos de sus peores enemigos. Han enviado a quince a por ella. ¡°Para darle un mensaje de paz¡±. Desgraciadamente, a¨²n no hace dos semanas han dado un mensaje parecido a un profesor de Antioquia amigo suyo y tambi¨¦n defensor de los derechos humanos. Simplemente lo han asesinado.
Lo que sorprende de Colombia, un pa¨ªs tan hermoso que hiere a la vista, son sus ganas de vivir. Por cada l¨ªder que "desaparece", varones o mujeres, surgen otras y otros que los reemplazan. Los movimientos ciudadanos tienen una capacidad de encuadre que supera el miedo, que es el clima corriente del pa¨ªs. Ahora una an¨¦cdota: Piedad C¨®rdoba tiene su origen en Buenaventura, al lado de Choc¨®, la zona m¨¢s deprimida de la costa pac¨ªfica. Toda la poblaci¨®n es negra all¨ª. Son los descendientes de los antiguos esclavos que, una vez liberados, no tuvieron otra opci¨®n que ir a colonizar los manglares. El territorio vive en una miseria inimaginable. Hace dos a?os, Piedad reuni¨® all¨ª a cinco mil mujeres por el desarrollo, el progreso y la paz. Porque "La Negra" Piedad tiene una capacidad de convocatoria que sus enemigos conocen de sobra. Y est¨¢ convencida de que el cambio en la situaci¨®n de las mujeres es lo que cambia las cosas en un pa¨ªs. En Buenaventura, como en tantas partes de Colombia, el secuestro es una actividad casi normal. "Hay que vivir con ello, m"hija". Secuestran al due?o de una casa de comidas porque su negocio va relativamente bien, secuestran a cualquiera que d¨¦ la pinta de poder pagar. Son bandas que extorsionan a los ciudadanos de un Estado que no tiene capacidad para defenderlos. Ese temor cotidiano no parece alterarla. Como no la altera la presencia sabida de mujeres de la guerrilla entre el p¨²blico. De nuevo: "Han dicho que nos van a dejar seguir". Ya en el camino de ida, por la carretera que atraviesa la selva, hemos tenido que parar varias veces. Alguien con prism¨¢ticos vigila desde nuestra "buseta" a las personas con armas que se ven en algunos recodos. "Hay que asegurarse si son de los nuestros".
Piedad es capaz de vivir y actuar y tener humor en medio de este paisaje pol¨ªtico. Pertenece al Partido Liberal, pero sobre todo pertenece y encarna a ese tipo de mujer que entra en pol¨ªtica en las situaciones m¨¢s dif¨ªciles, siempre sonriendo, siempre con humor, durmiendo tres horas. Es como una fuerza de la naturaleza. "Tengo que aprender mucho. Tengo que prepararme m¨¢s si quiero hacer verdaderamente algo". ?A qu¨¦ hora? Igual est¨¢ escribiendo una carta que le dicta una mujer analfabeta para un pariente que buscando un m¨¦dico para otra, acomodando colchones para dormir, bailando con la orquesta caribe?a, hablando sin cesar por su tel¨¦fono m¨®vil, regateando... El caso es que consigue hacerlo todo a la vez.
Tiene cuatro hijos. Teme sobre todo que los secuestren a ellos. Escribe art¨ªculos y comunicados en varias mesas a la vez. En los bancos del aeropuerto, en plena selva, en cuyos cristales se posan mariposas que miden un palmo, dice: "Estamos mal, pero estamos mejor y nos ir¨¢ cada vez mejor cuando pase la vaina ¨¦sta de la violencia. La gente quiere la paz; la paz es lo primero. Pero la paz hay que hacerla con justicia". Conoce bien su pa¨ªs y el mundo. Trabaja con Viva la Ciudadan¨ªa, con las casas de mujeres, con varias universidades y bastantes organizaciones no gubernamentales. Intenta ir a todos los congresos internacionales donde se traten los derechos humanos y los intereses de las mujeres. En todas partes tiene contactos. Ha dejado o¨ªr su voz en la Conferencia de El Cairo, en Pek¨ªn, en Bruselas y, por descontado, en toda Am¨¦rica. Su ilusi¨®n es tener tiempo para poder ampliar su formaci¨®n en Espa?a. En todas partes es respetada y querida. Pero para sus enemigos es "esa negra", esa mujer que, investida de su autoridad carism¨¢tica, no les deja ser respetables. Porque sucede que esa gente, que s¨®lo da miedo, que hace que Colombia sea un pa¨ªs donde el miedo se respira, tambi¨¦n quisiera por lo visto tener respeto. Y Piedad C¨®rdoba es un gran obst¨¢culo para que esto ocurra. Ella ha dejado muchas veces claro que no les tiene ni temor ni reverencia.
La secuestraron el 22 de mayo. Entretanto, el Senado se ha reunido urgentemente y ha emitido un comunicado. Tambi¨¦n el Gobierno de Colombia lo ha hecho. No van a negociar, y si algo le ocurre a la senadora C¨®rdoba ser¨¢ responsabilidad de los paramilitares. Son ¨¦stos una gente que juega en casa, que no tiene el talento de imaginar que la persona que retienen tiene mucha m¨¢s talla y proyecci¨®n de la que imaginan. Es conveniente hac¨¦rselo saber. Es conveniente que sepan que no est¨¢n haciendo uno de sus siniestros juegos dom¨¦sticos, sino que tienen, desdichadamente, en sus manos a una de las personas m¨¢s cabales y significativas de la actual Hispanoam¨¦rica.
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