El paro, por debajo de la media espa?ola

El PP lleg¨® al Gobierno de la Generalitat cuando la econom¨ªa estaba en plena fase expansiva y la recesi¨®n no era m¨¢s que un mal recuerdo. Los populares iniciaron su mandato con los grandes n¨²meros soplando a su favor. Seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) -el ¨ªndice menos malo a juicio de los expertos-, el n¨²mero de ocupados ha crecido entre junio de 1995 y finales de 1998 cerca de un 12%, es decir, se han creado 150.000 nuevos empleos y la tasa de paro valenciana se ha reducido en siete puntos. Las cifras derrochan optimismo y han llevado a los populares a publicitar a la Comunidad como autonom¨ªa l¨ªder dentro de Espa?a en descenso del paro. A t¨ªtulo anecd¨®tico, Castell¨®n es, seg¨²n el Consell, la provincia con el paro m¨¢s bajo del pa¨ªs. La acci¨®n pol¨ªtica del PP, en este escenario, ha preferido un trasvase del dinero p¨²blico de las pol¨ªticas pasivas -pago de subsidio de desempleo- a las activas -subvenci¨®n de contratos a los empresarios-. El Acuerdo Valenciano por el Empleo y la Formaci¨®n (AVEF), que el gobierno del PP firmara en 1996 con UGT y CC OO y la patronal Cierval, intenta corregir, y lo consigue en parte, dos de los grandes problemas del mercado laboral valenciano: un ¨ªndice de paro superior a la media espa?ola y una precariedad laboral elevada. El primer objetivo se alcanza, dado que a finales de 1998 la tasa de paro valenciana se sit¨²a en el 15,3 frente al 18,2 a que asciende la espa?ola. En la EPA se aprecia un descenso de la tasa de temporalidad de los asalariados valencianos, que pasa de representar el 44% del total en 1995 al 40% del a?o pasado. Es un descenso de cuatro puntos. Sin embargo, si se compara con Espa?a, la temporalidad est¨¢ en la Comunidad siete puntos por encima de la media estatal. En este sentido, los incentivos p¨²blicos dedicados a fomentar la contrataci¨®n indefinida han obrado resultados. De hecho, desde 1996, fecha en la que el Gobierno espa?ol y los agentes sociales alcanzaron un acuerdo, el empleo estable ha crecido ligeramente. Del total de contrataciones registradas en la Comunidad en esta legislatura, alrededor del 90% eran temporales y el 11% restante, indefinidas. Un an¨¢lisis m¨¢s detenido de la EPA arroja, no obstante, algunas sorpresas, mal aireadas y peor explicadas por los actuales gestores de la Generalitat. La tasa de actividad ha descendido un punto en los cuatro a?os de gobierno popular en lugar de crecer como ser¨ªa l¨®gico en una ¨¦poca de bonanza. El problema es especialmente grave entre las mujeres. Su tasa de actividad desciende desde 1995 y, por si fuera poco, crece el paro femenino. Si la situaci¨®n laboral de este colectivo ha empeorado, lo mismo sucede con los j¨®venes menores de 25 a?os, que han visto recortada su tasa de actividad en cinco puntos, pasando del 52% de 1995 al 47% en 1998. Las iniciativas de inserci¨®n laboral adoptadas por el PP y dirigidas a las mujeres y j¨®venes no han tenido grandes resultados m¨¢s all¨¢ de avances concretos. La otra cara de la moneda ha sido el avance de las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) en la Comunidad Valenciana. Seg¨²n los sindicatos, una mayor¨ªa de los contratos gestionados por las ETT tienen una duraci¨®n inferior a los dos meses. Los contratos gestionados por estas compa?¨ªas representaban en 1997 un 5% de los registrados por el Inem. Un a?o m¨¢s tarde este porcentaje ha crecido hasta situarse en el 9%, equipar¨¢ndose en importancia con los contratos indefinidos. Mujeres y j¨®venes son, de nuevo, los grandes clientes de las ETT. De hecho, el 77% de los titulares de estos contratos ten¨ªan menos de 25 a?os. En rentas salariales, los valencianos est¨¢n por debajo de la media espa?ola y cobran 26.000 pesetas menos. Frente a las 207.000 pesetas al mes de media estatal, el sueldo en la Comunidad era de 181.000 pesetas a finales del primer trimestre de 1998. Un balance, por tanto, plagado de luces, por el n¨²mero de empleos creados, y de sombras, si se juzga la calidad o los colectivos que continuan sin beneficiarse de esta mejor¨ªa laboral. En este sentido, el AVEF, renovado hace unos meses sin el concurso de UGT, ha concentrado la pol¨ªtica del Consell en la legislatura. El acuerdo establec¨ªa una inversi¨®n p¨²blica anual de 70.000 millones de pesetas hasta el a?o 2000, para favorecer las pol¨ªticas de empleo en una regi¨®n que figura entre las 25 con m¨¢s paro de la Uni¨®n Europea. Su desarrollo ha quedado absolutamente eclipsado por la cifras de empleos creados a pesar de las reiteradas denuncias de incumplimiento lanzadas por los sindicatos. Sigue pendiente la jornada de 35 horas, la reducci¨®n de la siniestralidad laboral, la creaci¨®n de empleo p¨²blico, la adecuaci¨®n de la formaci¨®n profesional al mercado y la creaci¨®n del Inem valenciano, todav¨ªa pendiente. Ser¨¢ en la siguiente legislatura. La decisi¨®n del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, de disolver la Consejer¨ªa de Trabajo, un departamento aut¨®nomo desde inicios de los a?os 80, y su adscripci¨®n al departamento de Industria y Comercio que dirige Diego Such resume una legislatura donde parece que la mejor pol¨ªtica es la que no existe.