Condenado a 72 a?os el etarra que intent¨® matar al Rey en el Guggenheim

Kepa Arronategui Azurmendi, el etarra que intent¨® matar al rey Juan Carlos durante la inauguraci¨®n del museo Guggenheim en Bilbao en octubre de 1997, fue condenado ayer por la Audiencia Nacional a 72 a?os de c¨¢rcel. Durante los preparativos del magnicidio y tras ser descubiertos, los miembros del comando Kattu de ETA mataron al ertzaina Jos¨¦ Mar¨ªa Aguirre.El tribunal ha considerado culpable a Arronategui de los delitos de pertenencia a banda armada, delito contra la Corona en grado de conspiraci¨®n, falsedad en documento oficial, terrorismo con resultado de muerte, dep¨®sito de armas de guerra y dep¨®sito de explosivos. No obstante, la sentencia precisa que el m¨¢ximo tiempo de cumplimiento efectivo de la condena ser¨¢ de 30 a?os.

Arronategui ha sido condenado tambi¨¦n a indemnizar a la familia del ertzaina fallecido con 80 millones de pesetas.

La sentencia se?ala que el tribunal ha optado por la conspiraci¨®n en el delito contra la Corona, en lugar de la tentativa, "dado que hubo uni¨®n de voluntades orientada a lograr la muerte del Rey y el proyecto era viable, se hab¨ªa elegido el d¨ªa de la inauguraci¨®n del Guggenheim siendo notorio que asistir¨ªa el Rey". La sala llega a la conclusi¨®n de que "se tom¨® la decisi¨®n de matar al Rey con un plan concreto y acabado". No existe en cambio tentativa, porque se dej¨® "la ejecuci¨®n para otro momento m¨¢s favorable".

Aunque Arronategui no fue el autor material del crimen del agente, el tribunal le condena por terrorismo con resultado de muerte porque tanto el autor como Arronategui acudieron al lugar de los hechos armados, lo que evidencia su intenci¨®n de evitar a toda costa su detenci¨®n caso de ser descubiertos, y por tanto consinti¨® en el resultado que de la acci¨®n de disparar pudiera producirse, como es la muerte del ertzaina.

La sentencia establece que Arronategui y otros miembros del comando Kattu intentaron introducir en el recinto del Guggenheim, camuflados en unas jardineras, unos tubos lanzagranadas con las granadas armadas en su interior listas para ser activadas por control remoto. Los ertzainas que custodiaban el edificio trataron de identificar a los etarras y uno de ellos dispar¨® contra Aguirre.