La 'resurrecci¨®n' de 'Laika'
Una perra que el Ayuntamiento dio por sacrificada consigui¨® huir y volver junto a su due?a
Ya era de noche, y Mar¨ªa Teresa Ferrero, de 43 a?os, limpiadora, se sent¨ªa sola. Estaba frente al televisor el viernes 21 y era la primera vez en 13 a?os que su perra Laika no estaba a su lado. Esa misma tarde hab¨ªa llamado a la Sociedad Protectora de Animales del Ayuntamiento de Madrid situada en Canto Blanco para que le confirmaran que Laika hab¨ªa sido sacrificada. La perra padec¨ªa un estado de salud delicado y Ferrero decidi¨® que lo mejor era evitar un largo sufrimiento. En la perrera municipal le dijeron lac¨®nicamente que "todo hab¨ªa ido bien". Pero apenas un rato despu¨¦s recibi¨® una llamada que la dej¨® perpleja: una voz femenina le dijo que se hab¨ªa encontrado a Laika perdida y abandonada en la cuneta de la autov¨ªa de Colmenar Viejo. Ferrero se fue en busca de Laika y desde entonces han vuelto a vivir juntas. Y "hasta que Dios quiera porque la perra no vuelve a pisar la perrera", se?ala Ferrero.Laika logr¨® escapar de la inyecci¨®n letal, huy¨® de la perrera municipal y fue encontrada por Jos¨¦ Carlos Gonz¨¢lez, de 12 a?os, junto a la citada autov¨ªa y pr¨®xima al colegio Pr¨ªncipe de Asturias. Gonz¨¢lez no quiso coger el autob¨²s escolar de vuelta a casa porque el conductor no le dejaba meterla en el veh¨ªculo. Su madre, Mar¨ªa Dolores Guerola, fue a recogerlos, y ante la insistencia del peque?o llev¨® a la perra al veterinario. All¨ª le leyeron el chip de identificaci¨®n y vieron que la perra ten¨ªa due?a.
Ferrero no daba cr¨¦dito cuando la llamaron para decirle que su perra estaba vivita y coleando. El pasado lunes 17 la hab¨ªa llevado a la perrera para que le practicaran la eutanasia: "Laika ve muy mal por las cataratas, le hab¨ªan salido unos bultos sospechosos por el cuerpo, ten¨ªa problemas cardiacos y alguna vez le hab¨ªan dado ataques epil¨¦pticos. Tem¨ªa volver a casa y encontr¨¢rmela muerta", coment¨® ayer. El viernes 21 llam¨® para preguntar por el sacrificio de su perra. Le dijeron que ya se hab¨ªa producido. Como se?al de duelo le puso una vela a la perra en un peque?o plato de la cocina de su modesta vivienda de la calle de Ansar, n¨²mero 38.
Ahora, Ferrero ya no piensa en otro sacrificio. Laika le hace compa?¨ªa a esta madre separada cuya hija se ha ido a vivir con su novio y cuyo hijo est¨¢ haciendo el servicio militar. "Esta experiencia ha sido muy desagradable porque nunca te imaginas que el Ayuntamiento pueda hacerte algo as¨ª. Ellos [los responsables municipales] te exigen que te saques el seguro de la perra, te bombardean de propaganda dici¨¦ndote que no le abandones, que ¨¦l [perro] nunca lo har¨ªa, y mira, ocurre esto", critic¨® ayer Ferrero mientras jugueteaba con Laika.
La perra se dejaba querer. Parec¨ªa entender todo lo que le hab¨ªa sucedido y exig¨ªa una atenci¨®n constante. Se tumbaba en el suelo con la tripa hacia arriba para que Ferrero le diera una caricia m¨¢s. Mov¨ªa el rabo feliz de volver a la que es su casa desde hace tantos a?os. Eso s¨ª, no dejaba de gru?ir y ense?arle los dientes, recelosa ella, a la nerviosa y joven Kira, la perra del hijo de Ferrero que s¨®lo cuenta siete meses. De ahora en adelante, las dos perras competir¨¢n por el cari?o de Ferrero.
Este peri¨®dico trat¨® ayer de hablar, sin ¨¦xito, con la Sociedad Protectora de Animales.
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