Las venas del petr¨®leo
En los campos de petr¨®leo de Brasil -Marlin y Roncador- se habla cada vez m¨¢s con acento gaditano. La P26 (una plataforma semisumergible) y el Cair¨² (que incorporaba una planta de proceso) ya tienen una tercera hermana: la P47, una plataforma instalada en el casco de un barco, con capacidad para extraer hasta 180.000 barriles de crudo cada d¨ªa y que ha sido entregada por Astilleros Espa?oles (AESA) de C¨¢diz a la Petrobrass, la petrol¨ªfera estatal brasile?a. Un prodigio tecnol¨®gico que puede alcanzar un valor de entre 100 y 200 millones de d¨®lares, dependiendo de las exigencias del cliente. En la planta gaditana, directivos y trabajadores contienen la respiraci¨®n a la espera de que aumente la familia. Si se cierra el contrato para la conversi¨®n de la P45, la factor¨ªa respirar¨¢ aliviada y se volver¨¢ a garantizar otro a?o y medio de faena y trabajo para un millar de trabajadores de plantilla y de la industria auxiliar. De lo contrario, la situaci¨®n laboral se complicar¨¢. "Hace falta como el comer", avisa Jes¨²s Gargallo, presidente del comit¨¦ de empresa. Pocos astilleros en el mundo tienen capacidad para acometer obras de esta envergadura y casi ninguno con la solvencia de la instalaci¨®n gaditana, que lidera el mercado internacional de las transformaciones. El objeto final del trabajo es que no se pierda una gota de crudo. Pero se necesita la arteria capaz de canalizar el combustible, que llega desde otra peque?a plataforma que chupa a su vez el petr¨®leo a 815 metros de profundidad. Recibirlo, almacenarlo y reexpedirlo. ?sa es la misi¨®n. El recipiente elegido es el casco de un antiguo petrolero de 329 metros de eslora que ha cumplido 22 a?os de navegaci¨®n. Se ha vaciado como media nuez y se ha rellenado con las mejores venas del mercado: fibra de vidrio y un acero nip¨®n denominado kubota. Se ha transformado en un enjambre arterial, en una pizarra paralela a la l¨¢mina de agua en la que se proyectan las combinaciones matem¨¢ticas que trazan figuras geom¨¦tricas. S¨®lo el peque?o campo de f¨²tbol construido en cubierta para solaz y esparcimiento de los 80 tripulantes confirma la presencia humana. La tuber¨ªa principal cruza el buque de parte a parte, enchufada a los tanques de petr¨®leo, a las conexiones de una torre de proa -que es el lugar de agarre a la plataforma auxiliar sumergida- y a la manguera de descarga por popa. Un shuttle (buque lanzadera) recibe el material en alta mar y lo traslada a la refiner¨ªa. El buque se ancla en el mar y permanece produciendo durante 20 a?os, por lo que no precisa propulsi¨®n. Cumplida la edad, se jubila y se desguaza. La P47, adem¨¢s de su contrastada capacidad para el almacenaje y la reexpedici¨®n, piensa por s¨ª misma. El sistema de control ECOS consta de 4.500 puntos informatizados y distribuidos a lo largo y ancho del buque. Cada nudo desempe?a un papel fundamental para el control de todas las operaciones: maneja las v¨¢lvulas sumergidas, los movimientos de la torre o el encendido de los motores. Fibra ¨®ptica e ingenier¨ªa espa?ola y brasile?a. ?sos son los ingredientes. "Es un buque con cerebro", dice Justo Izquierdo, director del proyecto. "Cada construcci¨®n es un reto, pero estoy bien acompa?ado de excelentes equipos t¨¦cnicos y de una mano de obra cualificada", a?ade. ?sa es, de hecho, la mejor apuesta de la factor¨ªa en el mercado: la calidad y el control de sus productos, contra lo que no pueden competir otros astilleros asi¨¢ticos abonados a la competencia comercial desleal. La situaci¨®n del astillero, como la del resto de sus competidores europeos, est¨¢ sujeta hoy a la pol¨ªtica que desarrolle la UE para acabar con el dumping coreano y a la posible pr¨®rroga para seguir recibiendo ayudas del Estado, ¨²nico accionista del grupo p¨²blico naval a trav¨¦s de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). De momento, los factores se encadenan y las contrataciones se alejan hacia astilleros asi¨¢ticos, que facturan a un 40% por debajo del precio real de mercado, una apuesta comercial posible gracias, entre otros factores como el precio de la mano de obra, al dinero que ha inyectado el Fondo Monetario Internacional para salvar la reciente crisis asi¨¢tica.
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