Felipe fue una fiesta
SEGUNDO BRU Cuando parec¨ªa que los socialistas se inclinaban por aquello de que el buen pa?o en el arca se vende y el mitin de ayer asemejaba m¨¢s una cita clandestina que un acto p¨²blico de apertura de campa?a, el viernes apareci¨® el primer anuncio en el que la barbirrucia faz de Asunci¨®n convocaba a un acto, seg¨²n el orden de intervinientes, abrir¨ªa ¨¦l y cerrar¨ªa Felipe Gonz¨¢lez. Ayer se trastocaba publicitariamente dicho orden y parec¨ªa que Asunci¨®n preceder¨ªa a Gonz¨¢lez, que pese a no ser candidato en estas elecciones ve¨ªa su nombre en negrillas duplicar al del resto de oradores. La sombra de Felipe no s¨®lo es alargada sino amplia, tupida y espesa. Bajo ella s¨®lo pueden prosperar las humildes herb¨¢ceas y alguna osada epifita que, pegada al tronco, intenta trepar y abrirse camino hacia la luz pol¨ªtica y medi¨¢tica. Pero Felipe en este ruedo es en lo pol¨ªtico lo que Enrique Ponce en lo taurino. Es su plaza por antonomasia y lo que importa no es tanto la faena realizada como el mero hecho de su presencia. Felipe juega aqu¨ª en su campo como lo ha venido haciendo todos los comienzos de campa?a socialista en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Varias inc¨®gnitas aguardaban ayer a ser despejadas mientras el p¨²blico comenzaba a afluir, distribuy¨¦ndose por nayas y grader¨ªos. Una de ellas era precisamente la asistencia que se lograr¨ªa en el primer acto de estas caracter¨ªsticas organizado en el poslermismo. Otra era observar como los mitincantanos Noguera y Asunci¨®n se desenvolv¨ªan en su debut. Y hab¨ªa otra, subterr¨¢nea, que Asunci¨®n intent¨® aclarar en vano. La plaza se colm¨® m¨¢s o menos en la forma habitual, que no es poco para lo que llevan aguantando en el PSPV, y tras los teloneros, Serna y Mestre, salt¨® a la palestra Ana Noguera que en esta ocasi¨®n prescindi¨® sensatamente de tules y gasas, que fueron por contra exhibidas en la bella y novedosa imagen de una joven que izada en globo perge?¨® un celeste ballet, dejando en el aire el rastro de una ilustraci¨®n modernista. Noguera cambi¨® su tradicional lirismo para entrar de lleno en el ambiente mitinero con buena voluntad y mejores resultados, dando paso a una Rosa D¨ªez, simp¨¢tica, desenvuelta y con un exceso de sensibler¨ªa algo gazmo?o. Europa puede ser muchas cosas, pero hasta ahora no sab¨ªamos que tambi¨¦n es una emoci¨®n, como la candidata proclam¨® sin pudor ni ambages al tiempo que se acog¨ªa a la m¨¢s pura esencia bibl¨ªca para explicarnos que las mujeres son parte de nosotros. La costilla de Ad¨¢n como categor¨ªa pol¨ªtica en un discurso que fue endureci¨¦ndose al entrar en una vibrante y sincera condena de cuantos son responsables, por acci¨®n y omisi¨®n de la tragedia balc¨¢nica, pero sin olvidar al principal causante, el criminal Milosevic. Cuando lleg¨® el turno de Asunci¨®n los problemas de megafon¨ªa -algo ten¨ªa que fallar sin la acreditada eficacia de P¨¦rez Ferr¨¦ y Toni Castro en la trastienda, eso estaba descontado- hab¨ªan causado alguna protesta. Comenz¨® el candidato sin centrarse en lo suyo que, presuntamente es esto de la autonom¨ªa y, patinando hist¨®ricamente al remontar el pasado del PSOE a los tiempos de la I Rep¨²blica, continu¨® consumiendo sin pena ni gloria los minutos de un mitin disgl¨®sico y con traducci¨®n simult¨¢nea. Nada dijo del futuro, dej¨® in¨¦dito el apartado de propuestas y s¨®lo despert¨® algunas pasiones con el m¨¦todo invocatorio ("?Felipe!" -aplausos- "?Zaplana!" -gran abucheo). Como hab¨ªa demostrado por la ma?ana en el debate radiof¨®nico lo suyo es la distancia corta y Dios no lo llama por el sendero de la oratoria ni los ba?os de multitudes. Acab¨® cometiendo el tremendo error de intentar despejar las dudas existentes sobre sus relaciones personales con Felipe, buscando provocar la respuesta inequ¨ªvoca de su ex presidente. Y la tuvo, pero en sentido opuesto al buscado. Felipe lo ignor¨® ol¨ªmpicamente. Felipe no s¨®lo no defraud¨® sino que desarroll¨® una magistral intervenci¨®n, sacando a relucir su mejor condici¨®n no ya de pol¨ªtico sino de estadista, con un dominio perfecto de voz, inflexiones y gestos, relajado, distendido, siempre sonriente y con un corrosivo e ir¨®nico humor, en uno de sus mejores discursos, sin ninguna concesi¨®n a la galer¨ªa que ped¨ªa ca?a facilona. Un discurso serio, duro, pedag¨®gico, como aquel educador de multitudes. Un discurso que el PSOE deber¨ªa editar porque se trata sin duda de una intervenci¨®n hist¨®rica e ins¨®lita en el laberinto de pasiones que supone una campa?a electoral. Gonz¨¢lez, se proclam¨® un viejo rockero de la pol¨ªtica, pero ya se sabe que ¨¦stos nunca mueren, as¨ª es que despu¨¦s de haber bordado un discurso presidencial sobre la pol¨ªtica exterior, sobre una cierta idea de Espa?a, sobre la cohesi¨®n y la democracia parlamentaria, queda flotando la inevitable pregunta sobre su futuro. La respuesta no la sabemos pero a estas alturas s¨ª puede afirmarse rotundamente que la palingenesia, la resurrecci¨®n socialista, ser¨¢ con Felipe o no ser¨¢.
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