El agua del grifo

PACO MARISCAL Lo importante y decisivo para el vecindario es que se abra el grifo dom¨¦stico del agua corriente y haya un caudal de l¨ªquido aceptable, inodoro, ins¨ªpido, incoloro y sin nitratos. Trivial e irrisorio se nos antoja un provincial presidente de la Diputaci¨®n, o su leg¨ªtimo e institucional representante, cortando la cinta inaugural de un pozo en la Mas¨ªa de Les Oronetes, descubriendo la placa del remozado brocal en la Mas¨ªa del Coscoll y haciendo entrega de la cuerda y el balde, ante la gentil presencia de la reina de las fiestas patronales, al alcalde ped¨¢neo de la pedan¨ªa de L"Algepsar. Importa el agua, que no la cinta ni la inauguraci¨®n, aunque por el norte, por donde Castell¨®n, esa es usanza y costumbre preelectoral con tintes jocosos. Hace casi una d¨¦cada comentaba, negro sobre blanco, Antoni Porcar los eventos inaugurales de entonces. Porcar era y es representante de los nacionalistas de la UPV en el Consistorio de la capital de La Plana, y evocaba entonces y por escrito al r¨²stico Agamen¨®n de los tebeos de nuestra infancia; las historias en vi?etas de aquel personaje destartalado terminaban siempre con la frase sentenciosa de uno de sus paisanos, porque el Agamen¨®n actuaba: "Igualico, igualico que el defunto de su ag¨¹elico". El abuelico era para Porcar el General de los pantanos y los nodos propagand¨ªsticos. Pimienta y mordacidad en las campa?as preelectorales y electorales. Re¨ªa la derecha y la no derecha hace casi diez a?os el gracejo del Agamen¨®n. La risa de la derecha, como se ha demostrado, era c¨ªnica y desvergonzada. Porque la derecha de entonces que es la misma que ahora detenta el poder, y que tiene en Castell¨®n como adalid y gu¨ªa al provincial Presidente de la Diputaci¨®n, anda esta temporada ataread¨ªsima con el balde y la cuerda inaugural, con el pozo y su brocal preelectoral. Llevan lo trivial a extremos hiperb¨®licos en este norte valenciano y con el siglo XXI en los talones. Lo propagand¨ªstico es una vez la foto laica del altar de la Verge del Lled¨® con la figura del Presidente de la Diputaci¨®n inaugurando o presentado una antolog¨ªa de p¨ªas canciones marianas; lo irrisorio es la imagen del representante de la provincial instituci¨®n cortando la cinta de un matadero municipal que todav¨ªa no puede entrar en funcionamiento. Poco importa si el objetivo es el estado de obras y realizaciones que un d¨ªa so?ara aquel ministro de la modernidad y de Franco que se llamaba Gonzalo Fern¨¢ndez de Mora. Pero ante tanta trivialidad propagad¨ªstica, la Junta Electoral provincial de Castell¨®n suspendi¨® los actos inaugurales. Medida ingenua por cuanto el provincial Presidente de la Diputaci¨®n afirm¨® que ten¨ªa derecho a visitar sus obras, es decir, derecho a su foto, por un lado; por el otro la Junta Electoral auton¨®mica, con poder de decisi¨®n en todo el territorio valenciano, revoc¨® la medida de la Junta Electoral de Castell¨®n. Y es que cuesti¨®n, m¨¢s que al ¨¢mbito de lo jur¨ªdico, pertenece al ¨¢mbito de lo ¨¦tico, de lo est¨¦tico o de lo ideol¨®gico, pol¨ªticamente hablando. Porque nuestra derecha, el Partido Popular, el castellonense y el valenciano, se nos han hecho pragm¨¢ticos. Esta derecha nuestra carece de un eslogan pol¨ªtico que pueda utilizar como divisa electoral. No puede recurrir, por ejemplo, al grito contra el divorcio o el aborto, porque esas son cuestiones asumidas por una amplia clase media, y podr¨ªa asustar a sus potenciales electores urbanos. Tambi¨¦n carece de l¨ªderes carism¨¢ticos, entre otras cosas porque los electores del tercer milenio no se inclinan por los carismas, como explic¨® el soci¨®logo americano Peter F. Drucker; y porque el modelo gris, incoloro, de perfecto organizador, de manager de almac¨¦n de ropa de caballero, se impone. El prototipo de esa imagen vendr¨ªa dado por el candidato del PP y actual alcalde de Castell¨®n, Jos¨¦ Luis Gimeno; Gimeno comenz¨® su mandato como edil principal de la ciudad hace unos a?os indicando que ¨¦l quer¨ªa ser un alcalde "normalito". Faltos, pues, de la ideolog¨ªa combativa tradicional de la derecha y de l¨ªderes fascinantes, al Partido Popular s¨®lo le queda mostrar logros y tareas en una Arcadia feliz que siempre va a mejor. Y como pone demasiado ¨¦nfasis y acento en logros y tareas espec¨ªficas, caen en el pozo y brocal hiperb¨®lico de las inauguraciones preelectorales y electorales. Aunque resulten irrisorias; aunque, al cabo, lo importante para el vecindario sea seguir atento el color y caudal de agua que sale del grifo.