El escepticismo de los refugiados
Los deportados ven el acuerdo desde la ilusi¨®n y el temor a que Milosevic mienta de nuevo
Al escuchar por los altavoces del campamento de refugidos, el pasado jueves en Stenkovic (Macedonia), la noticia de un posible acuerdo de paz para Kosovo, Ahmet Sharifi no puede evitar una carcajada: "Milosevic est¨¢ mintiendo otra vez", dice. "No voy a creer una sola palabra de nadie hasta que no estemos en la carretera de vuelta a Kosovo, junto a los soldados de la OTAN", a?ade Sharifi, un refugiado de 59 a?os que almacena en su memoria todas las promesas rotas del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic.Una sensaci¨®n similar de escepticismo se reproduce entre los hombres que juegan a balonvolea y entre la larga cola de mujeres que llenan sus botellas de agua en una fuente. Ni aqu¨ª ni en Cegrane, el mayor campamento de refugiados, conf¨ªan demasiado en la aceptaci¨®n por parte de Milosevic y el Parlamento serbio del acuerdo de paz de la OTAN. Una mujer asegura que se desmayar¨ªa de felicidad si fuera cierto, pero que tanto ella como otros muchos albanokosovares se resisten a que Milosevic les tome el pelo otra vez.
Ha habido demasiadas decepciones brutales en los diez ¨²ltimos a?os, dicen, incluyendo la del acuerdo del pasado mes de octubre, al que todos se refieren como el argumento fundamental para su escepticismo. Se supon¨ªa que aquel acuerdo, conseguido a duras penas por Richard Holbrooke, el enviado especial de EEUU, iba a permitir una retirada importante de fuerzas serbias de Kosovo bajo el control de observadores europeos desarmados. Por el contrario, Milosevic reforz¨® sus tropas con vistas a la deportaci¨®n masiva que desencaden¨® en marzo.
"Yo cre¨ª en aquel acuerdo y todo lo que saqu¨¦ es que cuatro primos de mi marido fueron asesinados por haber alquilado sus casas a los observadores europeos", lamenta Imrane Dema, de 37 a?os. "Hemos o¨ªdo estas cosas tantas veces que creo que no podr¨ªa seguir viviendo si fracasa otro acuerdo". Lentamente, las palabras saltan de tienda en tienda y los refugiados empiezan a discutir los pocos detalles que conocen sobre el acuerdo y a preguntarse si pueden tom¨¢rselo en serio. ?La implicaci¨®n de Rusia supondr¨¢ la partici¨®n de Kosovo? ?Es otro de los trucos de Milosevic para detener los bombardeos? ?C¨®mo puede Kosovo, despu¨¦s de todo lo que ha pasado, seguir formando parte de Yugoslavia?
Poco a poco empiezan a imaginar la ¨²nica forma en la que creen que podr¨ªan volver: escoltados por fuerzas de la OTAN. El miedo, anticipan, les consumir¨¢ cuando lleguen a casa. "Vamos a estar aterrorizados cuando volvamos", dice Elmaze Hajdari, de 47 a?os, cuya hija se qued¨® en Kosovo. "Tenemos miedo de que hayan puesto minas en nuestros campos". Los refugiados expresan sus temores de una posible revancha serbia contra los que a¨²n est¨¢n en Kosovo. Halit Ferizi, de 49 a?os, dice que cuatro de sus hermanos est¨¢n ahora en las c¨¢rceles serbias. "Todos han sido golpeados y algunos morir¨¢n", teme Ferizi. "No s¨¦ qu¨¦ criterio seguir¨¢n para decidir qui¨¦n vivir¨¢".
Casi todos los refugiados dicen que no pueden imaginar c¨®mo van a ser capaces de volver a vivir junto a los serbios (el 10% de la poblaci¨®n kosovar). Otra de sus preocupaciones es encontrar el resultado de una pol¨ªtica de tierra quemada a su regreso. Pero "incluso si las casas han ardido", dice Idriz Berisha, de 42 a?os, "ser¨ªamos felices de vivir en tiendas en el jard¨ªn de atr¨¢s".
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