Rusia celebra en la calle el bicentenario del escritor Pushkin
Los rusos se echaron el pasado fin de semana a la calle para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Alexandr Pushkin, el m¨¢s admirado de sus escritores. Las calles de Mosc¨² y de numerosas ciudades fueron el escenario festivo de lecturas po¨¦ticas, representaciones teatrales, apertura de momentos, bailes folcl¨®ricos e incluso concursos de belleza. El tenor espa?ol Pl¨¢cido Domingo interpret¨® anoche en la plaza Roja fragmentos de La Dama de Picas, una ¨®pera con m¨²sica de Chaikovski basada en un relato de Pushkin. Centenares de pancartas y vallas publicitarias que recuerdan al poeta y su obra inundan las principales calles de la capital rusa. Numerosas parejas han elegido estos d¨ªas para contraer matrimonio, y se dirigen luego para fotografiarse a la plaza que lleva el nombre del poeta, ante la casa de la calle Arbat en la que vivi¨® o en el parque de la Victoria. En este ¨²ltimo inmenso espacio p¨²blico, junto al arco que conmemora la derrota en 1812 del Gran Ej¨¦rcito de Napole¨®n, centenares de m¨²sicos y figurantes recuerdan a personajes de obras de Pushkin como Rusl¨¢n y Ludmila, Bor¨ªs Godunov, Eugenio Oneguin o La hija del capit¨¢n. Siete bodas se celebraron el viernes en la misma iglesia moscovita en la que Pushkin se cas¨®, en 1931, con Natalia Goncharova, una hermosa criatura cuya m¨¢s que probable coqueter¨ªa y no probada infidelidad condujeron al duelo en que el escritor result¨® mortalmente herido cuando ten¨ªa 37 a?os. Las figuras esculpidas de Alexandr y Natalia son el centro de una fuente monumental que el alcalde de Mosc¨², Yuri Luzhkov, inaugur¨® el s¨¢bado en el anillo de los bulevares.
En el coraz¨®n
De no tratarse de Pushkin, el inter¨¦s habr¨ªa deca¨ªdo por efecto de la sobredosis. Pero con ¨¦l no hay l¨ªmites. Ensalzado en la ¨¦poca zarista (pese a que Nicol¨¢s I le hizo la vida imposible) y en la comunista (en la que se le present¨® como un ateo luchador contra el absolutismo), el autor de El jinete de bronce es, sin duda, el escritor m¨¢s pr¨®ximo al coraz¨®n de los rusos que, pr¨¢cticamente sin excepci¨®n, son capaces de recitar cuando menos alg¨²n verso suyo. Sin ¨¦l, la literatura rusa quedar¨ªa hu¨¦rfana, difusa, sin identidad ni anclajes claros.El presidente Bor¨ªs Yeltsin asegur¨® el s¨¢bado, en la entrega de unas condecoraciones reci¨¦n creadas en honor del poeta, que la madrugada anterior se hab¨ªa quedado leyendo uno de sus libros. Y que no pudo evitar sentirse orgulloso de ser ruso. El primer ministro, Sergu¨¦i Stepashin, se fue unos 700 kil¨®metros al oeste, a la finca familiar de Mij¨¢ilovskoye, en la que, exiliado por el zar, Pushkin cre¨® algunas de sus obras maestras. All¨ª, tras abrir al p¨²blico la casa-museo, el jefe del Gobierno afirm¨® que el bicentenario es una fiesta de "aut¨¦ntica unificaci¨®n" y ayuda a los rusos a comprenderse mejor a s¨ª mismos.
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