El gato de Cheshire PACO MARISCAL
En el ecuador de esta campa?a electoral, tan calurosa y agobiante, el conglomerado de intereses que promocion¨® y construye el parque tem¨¢tico de Terra M¨ªtica est¨¢ como unas pascuas sonrientes. Anuncia, difunde o informa sobre la fantas¨ªa l¨²dico-recreativa de la que disfrutaremos no ¨¦sta sino la pr¨®xima primavera, y lo propaga en un cuadernillo con im¨¢genes virtuales rebosantes de colorido: moros y cristianos batallando por ocupar un basti¨®n fortificado y roquero, p¨¦rfidos piratas berberiscos raptando en nuestras costas a bellas huertanas, misterios de pir¨¢mides que castigan a sus profanadores, gladiadores y acr¨®batas romanos junto a cretenses y mic¨¦nicos guerreros vigilados por Poseid¨®n. Todo degustado con refrescos americanos y helada horchata de la tierra. Una monta?a de fantas¨ªa y juego en ese proyecto del que el Partido Popular hizo joya de su gobierno durante los cuatro a?os del mandato electoral que ahora finaliza. Aunque quiz¨¢s detr¨¢s del espejo de las im¨¢genes virtuales, o en construcci¨®n, no haya en el futuro m¨¢s que el puesto de trabajo de unos centenares de administrativos, de camareros, de almacenistas, de extras cinematogr¨¢ficos, de algunos inform¨¢ticos que sepan mover la grandiosa m¨¢quina recreativa sin par en Europa. Aunque se haya olvidado durante cuatro a?os la regeneraci¨®n de las pestilentes aguas del r¨ªo Segura, o las construcciones escolares que hubiesen evitado esos barracones y esos dobles turnos en condiciones m¨¢s que precarias que disfrutan miles de adolescentes valencianos. Las construcciones escolares y la regeneraci¨®n del r¨ªo tambi¨¦n generan puestos de trabajo. Pero, en esta campa?a electoral, el Partido Popular no nos anuncia que nuestras escuelas p¨²blicas ser¨¢n la pr¨®xima primavera tal que las suizas, es decir, estaremos a la cabeza de Europa; ni nos indica que, tambi¨¦n la pr¨®xima primavera, las aguas del Segura ser¨¢n por Orihuela claras, puras y cristalinas, o si habr¨¢ ninfas, como en Terra M¨ªtica, ba?¨¢ndose en ellas. Y es que, mientras andan los candidatos sudorosos y sofocados en este ecuador de la campa?a, la fantas¨ªa de las im¨¢genes virtuales de Terra M¨ªtica casi obliga a mirar detr¨¢s del espejo. Y detr¨¢s del prodigioso espejo est¨¢ Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, y est¨¢ el gato de Cheshire; un gato con u?as largas y dientes afilados, un gato loco que gru?e descontento cuando est¨¢ contento, y que mueve el rabo de contento cuando est¨¢ enfadado; un gato que en las ilustraciones de la famosa novela de Lewis Carroll se reduce a una sonriente cara felina. El gato de nuestra campa?a electoral se adorna de largas u?as y afilados dientes con los que ara?ar y morder verbalmente y en exceso al contrincante o adversario al que un d¨ªa se le tacha de caradura y al siguiente se le echa en cara que haya sido un empresario emprendedor y creador de puestos de trabajo; u?as y dientes agresivos buscando el error, el vac¨ªo o la irregularidad empresarial o de cualquier otro tipo en el contendiente del campo contrario, sin caer en la cuenta que, en d¨ªas de campa?a electoral, la credibilidad de las acusaciones queda en entredicho entre la inmensa mayor¨ªa del electorado. Un gato loco que promete escolaridad gratuita y gratuitos libros escolares para los ni?os de pa?ales, y gato loco que acusa sin pudor de transfuguismo al partido de los otros, mientras el propio estuvo siempre en el centro del desvar¨ªo. Gato fant¨¢stico y al cabo virtual, cuya imagen es una cara y una sonrisa, es decir, la imagen de un eslogan pol¨ªtico y electoral besando a una se?ora entrada en a?os o a una criatura de corta edad en un mercado p¨²blico porque vamos mejorando. Hay como un exceso de fantas¨ªa en esta campa?a electora tan c¨¢lida y sudorosa. Hay demasiada imagen virtual y demasiada Terra M¨ªtica que disfrutaremos no ¨¦sta sino la pr¨®xima primavera. S¨®lo algunos salen del espejo, como esos integrantes de una Assemblea Democr¨¤tica d"esquerres de Benimaclet, gente joven y din¨¢mica con m¨¢s moral que el alcoyano, y que propicia "establecer mecanismos de participaci¨®n ciudadana para que los candidatos elegidos respondan delante de la gente que los hemos votado". Que el siglo XXI escuche sus preces.
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