Los goles del reglamento

Las liguillas de ascenso de Segunda B y Tercera Divisi¨®n se disputan en algunos de sus grupos con un vac¨ªo legal que ni la Federaci¨®n ha logrado resolver ni los hipot¨¦ticos afectados se han decidido a denunciar. La culpa es de los clubes filiales: est¨¢n a expensas de lo que hagan sus equipos patrocinadores. Es el caso del Sevilla B, que se juega su ascenso a Segunda; y su esfuerzo puede resultar vano si el Sevilla no sube a Primera. Otro tanto sucede con equipos de Tercera inmersos en la liguilla de ascenso a Segunda B, como el Madrid C, el Legan¨¦s B, el Logro?¨¦s B y el Elche B. Cabe la posibilidad de que no suban y, al mismo tiempo, tampoco dan esa oportunidad a los equipos que les siguieron en la clasificaci¨®n al t¨¦rmino de la Liga regular. Ni ascienden ni dejan subir.El calendario no facilita la labor. La Liga de Segunda va a concluir cuando se hayan disputado cuatro de las seis jornadas de las liguillas de ascenso de Segunda B y de Tercera Divisi¨®n. Cuando estas liguillas se iniciaron no estaba decidida la posici¨®n del Sevilla, que ten¨ªa posibilidades de subir directamente o a trav¨¦s de la promoci¨®n. Si asciende, dejar¨¢ hueco en Segunda para su filial. Pero si no, el Sevilla B habr¨¢ jugado la liguilla de ascenso (y habr¨¢ impedido que lo haga otro de su grupo) para nada. Tampoco estaba resuelta la permanencia en Segunda del Legan¨¦s y Logro?¨¦s, que entonces pod¨ªan bajar a Segunda B; lo que convierte en provisional el esfuerzo de sus filiales en ascender a esa categor¨ªa desde Tercera Por otra parte, el Real Madrid C y el Elche B, de Tercera, partieron con su ascenso condicionado: que tambi¨¦n lo hiciesen a Segunda el Real Madrid B y el Elche. El reglamento de la federaci¨®n establece: "Los cuatro primeros clasificados de cada uno de los cuatro grupos de Segunda B participar¨¢n en la liguilla de ascenso, salvo que por su condici¨®n de filiales no puedan optar a subir, ocupando su plaza en esa fase el inmediatamente mejor clasificado". Tanto la federaci¨®n como los clubes implicados se agarran a dos palabras de la norma: "puedan optar" al ascenso para justificar el derecho de esos clubes filiales a jugar la liguilla de ascenso. "Mientras haya equipos con posibilidades matem¨¢ticas de ascenso, no se les podr¨¢ impedir por ley jugar ese torneo", se?al¨® un portavoz federativo.

La norma ha sido modificada en las ¨²ltimas temporadas al a?adir ese matiz de "las posibilidades matem¨¢ticas de ascenso", pero su cambio no ha servido para solventar el vacio legal. S¨®lo ha permitido solucionar parte del problema que se present¨® hace un par de temporadas. En la temporada 1996-97, Osasuna Promesas jug¨® la liguilla de ascenso a Segunda sin posibilidad alguna de subir porque en esa categor¨ªa ya ten¨ªa plaza asegurada Osasuna, que acab¨® 10?. "Si decidimos jugar esa liguilla fue como premio a nuestros jugadores, porque sab¨ªamos antes de iniciarla que no pod¨ªamos subir", indicaron en el club de Pamplona. En el grupo de Osasuna Promesas, en lugar de cuatro fueron tres lo que en realidad se jugaron el ascenso: Levante, Figueres y el Atl¨¦tico Madrile?o, que fue quien ascendi¨®. Nadie denunci¨® la anomal¨ªa.

El caso del Atl¨¦tico

La delicada situaci¨®n del Atl¨¦tico de Madrid en la tabla, a un paso de la promoci¨®n, abre tambi¨¦n un cap¨ªtulo de interrogantes. Las dudas saltan desde el mismo momento en que su equipo filial, el Atl¨¦tico de Madrid B, de Segunda Divisi¨®n, puede estar en condiciones de ascenso autom¨¢tico y tambi¨¦n con posibilidades de promocionar si al final acaba tercero o cuarto. ?Es posible que los dos equipos se encuentren jugando la promoci¨®n, uno por la permanencia y otro por el ascenso? ?Ser¨ªa posible que si el Atl¨¦tico bajase el filial ocupara su plaza? Basta el art¨ªculo 19 del t¨ªtulo III del libro XI del reglamento: Nunca el equipo filial puede estar por encima o en la misma categor¨ªa que el equipo patrocinado. As¨ª, no tiene sentido que el Atl¨¦tico Madrile?o suba o aspire a jugar la promoci¨®n para ascender.