Campa?a, ?para qu¨¦? RAFAEL RIB?
Modestamente, creo que las campa?as poco sirven en Espa?a para informar a los ciudadanos sobre las diversas opciones, sabiendo adem¨¢s que tan s¨®lo el 10% de los electores decide su voto en el periodo de la campa?a electoral. Objetivamente se dificulta el conocimiento de las diferencias entre las opciones; elegir es optar, y para poder optar se deben constatar las diferencias reales. Aqu¨ª ejerce un papel primordial la relaci¨®n entre partidos y medios de comunicaci¨®n. Se ha dicho millones de veces que el que no sale no existe. Lo importante es saber qui¨¦n y en virtud de qu¨¦ decide sobre qui¨¦n sale. En un reciente estudio de la Fundaci¨®n Bofill se dec¨ªa que no ten¨ªa inter¨¦s votar en las auton¨®micas porque era tal la desproporci¨®n de conocimiento sobre Jordi Pujol y los dem¨¢s candidatos que era como un partido entre el Bar?a y el Extremadura (yo a?ado, con perd¨®n de este ¨²ltimo). Vivimos, en un pa¨ªs donde no hay casi ni un solo debate pol¨ªtico en las cadenas de televisi¨®n durante los periodos normales de los mandatos, los cuatro a?os de legislatura, y como m¨¢ximo se realiza uno en campa?a. En Catalu?a, en esta campa?a de junio de 1999 es mayor el escarnio dado que se han rechazado los debates televisivos en dos cadenas p¨²blicas, TVE y TV-3, tras haber gastado 10 horas para retransmitir las celebraciones del Bar?a. Se me dir¨¢ que la pol¨ªtica requiere cada vez m¨¢s capacidad de llamar la atenci¨®n, de show. Y que conste que estoy de acuerdo con polit¨®logos como Pasquino, que defienden la espectacularizaci¨®n de la pol¨ªtica, o sea, el saber utilizar las modernas t¨¦cnicas de comunicaci¨®n para transmitir mensaje, siempre y cuando lleve su contenido, y contando con medios porque si no actuar¨ªamos ante el vac¨ªo. Uno puede recurrir a las "acciones" comunicativas para llamar la atenci¨®n (como colgarse de una pared con un mensaje), pero convendremos en que no es lo m¨¢s aconsejable para llegar habitualmente a la ciudadan¨ªa. Existe una relaci¨®n inversa entre el uso de tecnolog¨ªas comunicativas de show y el contenido de los mensajes. Este es el caso de Estados Unidos, donde la diferencia program¨¢tica entre las opciones es nula o casi, y se recurre a la tecnolog¨ªa para vender a los candidatos. En la ¨²ltima campa?a presidencial, los mensajes deb¨ªan ser de siete segundos por frase. Es la democracia fast food, opci¨®n superficial, muy alejada de una dimensi¨®n participativa de la democracia deliberativa. En segundo lugar existe una gran desigualdad de recursos financieros. Continuamos movi¨¦ndonos en la m¨¢s absoluta opacidad sobre la financiaci¨®n de las campa?as y de los partidos. Estoy harto de que los ciudadanos, especialmente empresarios, me cuenten y me lloren sobre lo que tienen que pagar para conseguir tal o cual concesi¨®n o acceso al mercado de bienes p¨²blicos. Precisamente, los casos de corrupci¨®n pol¨ªtica constatados giran en torno de las campa?as electorales: Naseiro, Filesa, Casinos, KIO, Zamora, tragaperras, etc¨¦tera. A ciencia cierta, no sabemos cu¨¢nto se gastan los partidos en campa?a y qui¨¦n los financia. Quien se crea las cifras que se entregan al Tribunal de Cuentas tambi¨¦n debe de creer en los milagros. Basta s¨®lo calcular, con el asesoramiento de un publicitario, qu¨¦ cuestan los encartes en medios o en vallas para constatar la desproporci¨®n entre lo declarado oficialmente y la realidad. De entre las diversas propuestas para subsanar lo anterior propongo, sin perjuicio de contemplar otras medidas de reforma democr¨¢tica, como ser¨ªa la reforma ineludible del sistema electoral, suprimir las campa?as electorales, la exagerada publicidad, y habilitar canales estables de informaci¨®n pol¨ªtica. Propongo la realizaci¨®n constante de debates. Propongo la distribuci¨®n oficial de los programas de las diversas opciones y de las papeletas suprimiendo los costos¨ªsimos mailings electorales de los partidos. Es la Administraci¨®n la que debe garantizar que la informaci¨®n electoral le llegue a todo el mundo. En segundo lugar propongo medidas para acercarnos a la igualdad de oportunidades entre las diversas opciones. De entre ellas destacar¨ªa la financiaci¨®n m¨¢s transparente con el correspondiente registro y con la tipificaci¨®n del delito de financiaci¨®n
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