Victorino: "Sin ser espectacular, la corrida no ha defraudado"

, Empezaba la tarde con el aire de las grandes gestas. "Los toros mejor presentados que hemos lidiado nunca". La frase es de Victorino Mart¨ªn hijo. En los tendidos, ni un ¨¢pice de cemento a la vista. El callej¨®n -casi siempre hasta m¨¢s arriba de lo que acepta el sentido com¨²n- rozaba la locura. No faltaba nadie: pol¨ªticos, jueces, el Rey y, por supuesto, El pulpo, que no se pierde una. El programa de mano daba un sonoro aviso de lo que pod¨ªa pasar: el sexto toro luc¨ªa en la romana la nada desde?able cifra de 670 kilos. Y en esto, apenas terminaba Juan Mora de lidiar el cuarto de la tarde... a tronar. Tronaron los cielos, los infiernos y, ya puestos, hasta el purgatorio se apunt¨® a la fiesta. "Esto del toreo es un tri¨¢ngulo m¨¢gico: toro, torero y p¨²blico. En cuanto ha arrancado a llover, se ha roto". La frase es de Victorino Mart¨ªn hijo. Pese a ello, lejos de ¨¦l cualquier amago de pesadumbre. "El juego que han dado los toros no ha sido espectacular. Sin embargo, no han defraudado a nadie. Ha sido una corrida muy enrazada y muy brava; eso s¨ª, para los toreros, muy complicada", dice. A lo apenas dicho se apunta la terna al completo. El primero en romper el fuego es Juan Mora. Sin encomendarse a Dios ni al diablo, toma la senda de enmedio y... "No quiero decir una palabra. Los que ten¨¦is que hablar sois vosotros, que luego s¨®lo dec¨ªs tonter¨ªas. Me he jugado la vida. Menos con la espada, he estado hecho un t¨ªo. ?Hala! Hasta luego", truena Mora.

El peor lote

Caballero, menos impulsivo, se?ala lo complicado que ha sido el lote con el que se ha tenido que medir. "Han sido los dos peores toros de la corrida [el propio ganadero le da la raz¨®n en lo que respecta al primero de sus dos astados]. Es m¨¢s, les he tapado los defectos. Mi primero te radiograf¨ªa constantemente, con la cara alta... En fin, cuando no puede ser...". Puestos a rescatar lo mejor, el de Albacete se queda con la "predisposici¨®n demostrada". Uceda Leal, tambi¨¦n menos impulsivo que Mora y la tormenta, traza un camino sim¨¦trico con su ganado. El primero: "Ha ido de m¨¢s a menos. Nunca ha acabado de romper. Muy bravo, pero sin terminar de rematar. Eso, por la derecha. Por la izquierda... una prenda". El otro: "Ha ido a menos. Con el capote, y es complicado torear con el capote a un victorino, he cuajado buenos lances. En la muleta iba con la cara alta y, adem¨¢s, se ha rajado enseguida". Esto ¨²ltimo, bajo un m¨¢s que tenso aguacero. Toma la palabra el ganadero para hablar del ¨²ltimo toro: el que cerr¨® San Isidro, con casi 700 kilos en las carnes. "Quiz¨¢ sea el m¨¢s pesado que he visto en mi vida. Sin embargo, no se ha ca¨ªdo y me ha gustado mucho. En definitiva, eso lo hace la casta", dice, y detr¨¢s queda la imagen de ese trueno de nombre Martino. ?se y otros truenos. "?Que soy un t¨ªo y me he jugado la vida!". La ¨²ltima tronada, para Mora.