El ADN pinta poco

, El ADN de los supuestos restos de Vel¨¢zquez ser¨¢ in¨²til para determinar su identidad, y ello incluso en el caso de que pueda extraerse en un estado de conservaci¨®n aceptable, y aun cuando sea posible localizar a un descendiente vivo con el que compararlo. Las pruebas de ADN tienen una fiabilidad virtualmente total para asignar restos como semen o pelos a sus propietarios, ya que el ADN del pelo y el de la persona de la que proviene son al 100% id¨¦nticos, y no hay dos personas con el mismo ADN (salvo gemelos univitelinos). Pero con las relaciones de parentesco, la fiabilidad se pierde de forma exponencial con cada generaci¨®n. Un padre comparte con su hijo la mitad de su ADN. Con su nieto, un cuarto. Con su bisnieto, un octavo. Con su tataranieto, un dieciseisavo. Vel¨¢zquez y un descendiente vivo est¨¢n separados por unas diez generaciones, y, por tanto, s¨®lo comparten una mil¨¦sima de su ADN (uno partido por dos elevado a 10). Un parecido as¨ª carece del m¨¢s m¨ªnimo valor identificatorio. M¨¢s esperanzas habr¨ªa con el ADN del esqueleto femenino, en el supuesto de que se trate de la mujer de Vel¨¢zquez... y de que ¨¦sta hubiera sido en vida fiel al pintor. Una peque?a parte del ADN, llamado mitocondrial, se transmite s¨®lo de madres a hijas, y, por tanto, no sufre el efecto de diluci¨®n exponencial descrito antes. El ADN del esqueleto femenino podr¨ªa compararse con el de una descendiente viva, siempre que la l¨ªnea de parentesco entre ambas sea femenina en todas y cada una de las generaciones.