La voz de Laura D¨ªaz
Carlos Fuentes acerc¨® hasta la Casa de Am¨¦rica los recuerdos de su ¨²ltima protagonista
, Los recuerdos de Laura D¨ªaz, la protagonista de la ¨²ltima novela del escritor mexicano Carlos Fuentes (1928), llenaron ayer el auditorio de la Casa de Am¨¦rica, abarrotado por casi trescientos aficionados a la literatura que rieron y lloraron con la lectura del cap¨ªtulo dedicado a los pintores Frida Kalho y Diego Rivera. El autor de Los a?os de Laura D¨ªaz (Alfaguara) ley¨® el pasaje en el que Laura recuerda el viaje de los dos artistas a la ciudad de Detroit, en "Gringolandia", en los tempranos a?os treinta, cuando Rivera recibi¨® el encargo de pintar un mural dedicado a la industrializaci¨®n de la ciudad del motor por excelencia. Guiados por la narraci¨®n del autor, que comenz¨® la lectura cantando "qu¨¦ lejos estoy del suelo donde he nacido, invade la nostalgia mi pensamiento", los asistentes recordaron con Laura los recuerdos de Frida, desde que con sus amigos de la infancia, los cachuchas, jugaba entre los tranv¨ªas de Ciudad de M¨¦xico, hasta que Laura mira, muchas d¨¦cadas y dolores m¨¢s tarde, la foto que hizo en su ata¨²d a la pintora muerta. Carlos Fuentes, con su rostro de ¨¢guila guapa y su voz bien timbrada, "de actor y comunicador nato", como despu¨¦s describir¨ªa el joven escritor madrile?o Ray Loriga, presente en esta celebraci¨®n de la palabra, fue leyendo p¨¢rrafo a p¨¢rrafo la versi¨®n verdadera de su obra, en la que el acento mexicano se vuelve imprescindible para pronunciar los pensamientos de los protagonistas.
Dibujar con las palabras
De esta forma fue dibujando con sus palabras el viaje en tren de los dos pintores junto a la dama de compa?¨ªa y enfermera Laura, centro de esta novela coral de 600 p¨¢ginas, editada casi al tiempo en Espa?a y Am¨¦rica como buque insignia en Estados Unidos del idioma de Cervantes. Esta obra recorre un siglo de la historia de M¨¦xico y parte de la de Espa?a, pues tambi¨¦n hay lugar en ella para el papel de los exiliados que partieron hacia ese pa¨ªs despu¨¦s de la guerra civil, a uno de los cuales, Eulalio Ferrer, salud¨® el escritor antes de comenzar la lectura, que presentaron su editor, Juan Cruz ("es como mi manager", dijo Fuentes), y el director de la Casa de Am¨¦rica, ??igo Ram¨ªrez de Haro. De la boca de Carlos Fuentes brot¨® la verdadera historia de esta pareja de pintores, pero sobre todo de Frida, amiga de Laura, herida por el accidente en el que fue "violada por un tranv¨ªa", que le dej¨® el cuerpo "desnudo, roto y cubierto de oro" (la camioneta en la que viajaba Frida en septiembre de 1925 choc¨® contra un tranv¨ªa y ella qued¨® muy malherida). Cont¨® Fuentes c¨®mo Frida perdi¨® en un cine de Detroit al hijo que esperaba mientras se desternillaba con una pel¨ªcula del Gordo y el Flaco, y c¨®mo en su convalecencia dibuj¨® el dolor, la verdad del sufrimiento, mientras Rivera se esforzaba por pintar la deshumanizaci¨®n de aquella ciudad-industria. El p¨²blico, silenciadas las risas que el autor hab¨ªa provocado antes con su prosa, sinti¨®, por la voz de Laura D¨ªaz, el dolor de la pintora que nunca describen los libros de arte.
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