Los serbios abandonan Pristina por miedo a la revancha de los kosovares
, Decenas y decenas de coches repletos de civiles se mezclaban ayer entre los convoyes militares del Ej¨¦rcito yugoslavo que abandonaban apresuradamente Kosovo ante el inminente avance de las tropas aliadas. Con las caras pegadas a los cristales, hombres, mujeres y ni?os de expresi¨®n asustada viajaban en la misma direcci¨®n. Eran serbios que temen la revancha de los albanokosovares que se aprestan a volver a la provincia. El ¨¦xodo de los aproximadamente 120.000 serbios que viven en Kosovo ha comenzado.
Pasa a la p¨¢gina 4
Los civiles serbios desconf¨ªan de las promesas y temen la venganza de los que vuelven
Viene de la primera p¨¢ginaIgnorando los rezos del patriarca de la Iglesia ortodoxa, las peticiones del Gobierno de Slobodan Milosevic y las promesas de garant¨ªa que les ofrece la Kfor, miles de serbios de Kosovo han tomado el camino del exilio. El miedo a un nuevo ajuste de cuentas entre etnias hist¨®ricamente rivales es mucho m¨¢s poderoso. Un miedo que se manifestaba con dram¨¢tica claridad en los convoyes de coches civiles repletos de gente y cargados con las pocas pertenencias que pudieron recoger, de camino hacia el puesto fronterizo de Rudare, donde t¨¦cnicamente terminar¨¢ el ¨¢rea de influencia de la Kfor. Ayer era dif¨ªcil discernir qui¨¦nes ten¨ªan m¨¢s apuro por abandonar sus cuarteles y hogares en la provincia, si los soldados y polic¨ªas serbios o los civiles serbios de Kosovo. Pero las condiciones del camino desde Pristina o Produjevo imposibilitan un movimiento veloz. Varios puentes han sido volados a lo largo de la campa?a a¨¦rea de 78 d¨ªas, y los convoyes ten¨ªan que hacer un trabajoso desv¨ªo por rutas improvisadas desde donde emerg¨ªan enormes nubes de polvo, seguramente como las que Jamie Shea dijo que cre¨ªa ver antes de que la OTAN cesara los bombardeos. Centenares de veh¨ªculos militares atravesaron esa ruta acarreando un arsenal obsoleto, pero aun as¨ª impresionante. Columnas de camiones ZIL de fabricaci¨®n sovi¨¦tica remolcaban bater¨ªas antia¨¦reas, plataformas de lanzamiento de misiles tierra-aire Sam-6 y Sam-7, sistemas de control y comunicaciones m¨¢s o menos de la misma ¨¦poca. Camiones civiles con las carrocer¨ªas cubiertas con lona transportaban toneladas de munici¨®n. Sobre decenas de veh¨ªculos blindados, adornados con la bandera yugoslava, viajaban legiones de soldados encaramados que agitaban las manos con el t¨ªpico saludo serbio. Pasaron por las ruinas de muchas casas de albanokosovares en cuyos muros los serbios hab¨ªan dejado pintadas como "V¨¢yanse a Tirana, bastardos". La expresi¨®n de estos soldados era triunfante. A lo largo del trayecto desde Belgrado hasta Pristina, en los veh¨ªculos militares que viajaban en sentido contrario, era imposible detectar una sola manifestaci¨®n de derrota. Alivio, s¨ª. Pero ni un solo gesto de humillaci¨®n por la capitulaci¨®n de Milosevic. Todo lo contrario: sobre la torreta de un blindado, un soldado esgrim¨ªa una bayoneta que atravesaba una lata de Coca-Cola como un trofeo militar. En Kursumilija, en el interior de Serbia, el paso de los convoyes militares fue saludado por la poblaci¨®n local como un acontecimiento ¨¦pico. La gente se hab¨ªa lanzado a las calles para vitorear a sus combatientes "heroicos". Los ni?os les arrojaban flores, y los euf¨®ricos soldados les respond¨ªan con largas r¨¢fagas de fuego al aire. Era una celebraci¨®n ruidosa bajo el ardiente sol de un mediod¨ªa hist¨®rico. Pero era precisamente en ese extra?o ambiente festivo donde yac¨ªa el m¨¢s dram¨¢tico contraste del d¨ªa. Estaba en los rostros de los civiles api?ados en sus Yugo, el coche m¨¢s ec¨®nomico de Yugoslavia, con alfombras, maletas, televisores y hasta neveras atadas a sus techos. Se vio pasar a grupos de campesinos viajando en carromatos tirados por tractores repletos de ni?os y bultos. Del interior de una furgoneta con 14 pasajeros estrujados por sus propias pertenencias emerg¨ªa un icono ortodoxo. Una escena que recordaba las im¨¢genes de la fuga de los albanokosovares hacia Albania y Macedonia. La fuga de los serbios de Kosovo es un hecho, y ayer nadie estaba en condiciones de cuantificar su envergadura o predecir la duraci¨®n del nuevo exilio. Muchos serbios han optado por la fuga porque son parientes de soldados y polic¨ªas serbios nacidos en Kosovo y que tendr¨¢n forzosamente que abandonar su tierra. Otros, porque se granjearon muchos enemigos albanokosovares durante la campa?a de limpieza ¨¦tnica emprendida por Belgrado. Saben que tarde o temprano sus v¨ªctimas de ayer van a regresar como verdugos, porque si hay algo que abunda hist¨®ricamente en los Balcanes es sed de venganza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.