A las urnas
SEGUNDO BRU Y no dir¨¦ que ya es hora porque afortunadamente llevamos m¨¢s de veinte a?os, la edad de mi hijo mayor, efectuando este acto, lo cual supone algo ins¨®lito en nuestra historia. Mi colega ya vot¨® por correo. Como ¨¦l me dec¨ªa, si no he votado hasta la tierna edad de treinta y seis a?itos no pienso perder oportunidad alguna de ejercer un derecho que durante tanto tiempo nos ha sido negado. Y si, en un esplendoroso domingo de junio, el monte y la playa nos tientan, volvamos a hora de ejercerlo, aunque se trate en este caso de los encantos de X¨¤bia, amargada este verano por la incompetencia gestora de los que en nombre del PP la tienen sometida a un agua inmunda y no apta para el consumo, mientras que los residentes de la Marina Baja -mayormente de Benidorm, que es el ¨²nico y excluyente modelo tur¨ªstico de este gobierno- parece que disfrutar¨¢n v¨ªa trasvase del l¨ªquido elemento en las condiciones habituales de salubridad que a otros se les niega. Ser¨¢ tambi¨¦n, digo yo, porque la madre de todos los populares, -una directora de algo que, parafraseando la genial ocurrencia de Tip y Coll, tambi¨¦n es un peri¨®dico- no tendr¨¢ problemas en su mansi¨®n de D¨¦nia con el agua potable, porque si no a buenas horas la deja su rendido servidor Zaplana sin el indispensable fluido. Buena es la se?ora para que le toquen las adelfas, como tuvo que sufrir el eficiente Eugenio Burriel el d¨ªa que para ensanchar la carretera -que utilizamos todos los valencianos- colision¨® con los intereses privados de la mano que mece todas las cunas de los pol¨ªticos populares. Y dicho lo cual, pues ustedes mismos. Ya s¨¦ que Asunci¨®n puede haber defraudado alguna expectativa y parece estar necesitado de un cierto grado de rodaje, inconveniente menor que el tiempo se encargar¨¢ de suplir f¨¢cilmente pues no le faltan capacidad ni ganas, sobre todo si atempera su ¨ªmpetu primerizo y consigue perfilar su discurso socioecon¨®mico, para lo que tendr¨¢n que desgastar m¨¢s los codos sus asesores. Que Pere Mayor ha mejorado mucho, y alguno que yo conozco bien le votar¨¢ -m¨¦rito suyo sacar a un veintea?ero de la proclamada abstenci¨®n- pese a que, gran error t¨¢ctico y es que nunca aprender¨¢ de Beiras, vaya de la mano con Hammerstein, aquel esteta de lo cutre, anta?o desaforado vociferador en tiempos de mun¨ªcipes socialistas y estruendosamente mudo despu¨¦s durante los ocho a?os populares. Tambi¨¦n s¨¦ que aunque Rib¨® camufla, con inesperada voz y modales de consiliario, su pertenencia a la secta anguitista, ha resultado un buen comunicador que no habr¨¢ hecho a?orar entre su parroquia a la otrora esperanza blanca de la sedicente izquierda antitodo, aquella gran parlamentaria que fue Gl¨°ria Marcos. El mismo Villalba, excesivo por no decir desmesurado en gesticulaci¨®n televisiva, puede hacer olvidar a alguien con su melifluo discurso y excelente apariencia los tiempos en que esas manos -o las de sus amigos, qu¨¦ m¨¢s da- lanzaban objetos contundentes contra los dem¨®cratas, mayormente si eran socialistas y nacionalistas valencianos. Y, por cierto, si concluimos hablando de Zaplana habr¨¢ que convenir, con el periodista Juan Ram¨®n Gil, que es un aut¨¦ntico encantador de serpientes, sobre todo en la peque?a pantalla. Pero olv¨ªdense de todas sus man¨ªas, m¨¢xime de las m¨ªas. Es hora de votar. Las urnas est¨¢n servidas. No se priven.
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