El rostro y el gendarme

El ayuntamiento le pone rostro a la Administraci¨®n. Es el ¨²ltimo eslab¨®n de una acci¨®n pol¨ªtica, lo que hace al ciudadano percibir a su alcalde como el gestor real. Es verdad que servicios determinantes como la educaci¨®n, la sanidad o incluso la regulaci¨®n de los horarios laborales est¨¢n en manos auton¨®micas. Pero al municipio le queda un importante activo: la discrecionalidad con que hace aplicar algunas normas superiores. Es una ley auton¨®mica la que impone los requisitos y horarios de un cine o un teatro, pero es la polic¨ªa municipal la que lo puede cerrar. Los ayuntamientos quieren m¨¢s poder: en vivienda, en pol¨ªticas de empleo y en educaci¨®n, algo que las comunidades no est¨¢n dispuestas a soltar.