Curvas peligrosas
Vivo en una urbanizaci¨®n, Cerro Alarc¨®n, de un pueblo de los alrededores de Madrid, Valdemorillo. A esta urbanizaci¨®n, mejor dicho, a las urbanizaciones Cerro Alarc¨®n I y Cerro Alarc¨®n Ampliaci¨®n, con 3.000 parcelas, tenemos acceso por un camino comarcal asfaltado de cinco kil¨®metros. El camino est¨¢ trazado a base de curvas peligrosas, con cambio de rasante y peraltes cambiados, un puente hist¨®rico; ¨²ltimamente s¨®lo queda parte, porque el resto se ha ca¨ªdo por culpa de un accidente; en su lugar han puesto una cintas. No existe tampoco ning¨²n arc¨¦n reglamentario. Por este camino pasan autocares de escolares, autobuses de viajeros, camiones de construcci¨®n y turismos conducidos por gentes que van a su trabajo diario a Madrid o al pueblo para cualquier necesidad. En este camino ocurren accidentes, dos por semana; unos mortales, otros graves y otros menos graves.
Como siempre, habr¨¢ que esperar a que un autob¨²s escolar o un autob¨²s de viajeros tenga un accidente y mueran ni?os o mueran viajeros; en una palabra, vecinos del pueblo o vecinos de las urbanizaciones.
Llevo pasando por ese camino casi treinta a?os. Hasta ahora mismo, nadie ha hecho nada en absoluto; el Ayuntamiento, por las razones que sean, nunca tiene dinero o, si lo tiene, siempre hay alguna otra prioridad, o pasa ol¨ªmpicamente. Los vecinos, con eso de que con un Ayuntamiento no hay quien pueda, vamos tirando y jug¨¢ndonos la vida todos los d¨ªas.
Despu¨¦s de un accidente que he tenido, y gracias al cintur¨®n de seguridad, no nos hemos matado mi marido y yo.
Nos encontramos ante una situaci¨®n que no le ves salida por ninguna parte, pero, eso s¨ª, mis impuestos tengo que pagarlos en su fecha, porque si no ser¨¦ amonestada judicialmente de la forma m¨¢s inminente.
Ante esta situaci¨®n y otras muchas de injusticias, ?deber¨ªamos pagar los impuestos?- .
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