Caravanas de serbios abandonan Prizren entre insultos y pedradas
Enormes caravanas de serbios, de hasta m¨¢s de 200 coches cargados hasta los topes, abandonaban ayer Prizren sin rumbo conocido. En la zona, controlada por las tropas alemanas de la fuerza internacional de paz para Kosovo (Kfor), reinaba ayer la confusi¨®n. El p¨¢nico de los serbios que hu¨ªan se cruzaba con la ira de los albanokosovares. Al mediod¨ªa de ayer, en pleno centro de Prizren, se o¨ªan con frecuencia r¨¢fagas de armas autom¨¢ticas. Cruz Roja afirm¨® ayer que 15.000 serbios han abandonado Kosovo durante el fin de semana.
Los c¨¢lculos de las autoridades yugoslavas aumentan la cifra de la organizaci¨®n humanitaria. Seg¨²n el comisario montenegrino para los refugiados, Djorde Scepanovic, s¨®lo ayer 11.800 serbios dejaron Kosovo. Para afrontar este ¨¦xodo, Cruz Roja de Yugoslavia ha creado ocho centros en otros tantos lugares de Serbia. El secretario de esta entidad en la ciudad meridional de Nis, Stojan Prokopovic, explic¨® que los albergues se encuentran, adem¨¢s de en esta localidad, en Vranje, Beloljna, Blace, Novi Pazar, Kraljevo, Kragujevac y Uzice, informa Efe. En Prizren, los mandos militares alemanes afirman que hacen lo que pueden ante una situaci¨®n en la que se palpa el vac¨ªo de poder, pero parecen desbordados. A los dos periodistas alemanes de la revista Stern que murieron el domingo a balazos en las cercan¨ªas de Dulje, al norte de Prizren, se a?ade una tercera v¨ªctima. Un fot¨®grafo espa?ol encontr¨® el cuerpo en medio de la calzada, en la noche, pero no se detuvo por temor a que le disparasen desde un veh¨ªculo estacionado en las cercan¨ªas. En el pueblo de Dulje, con sus casas quemadas y cuervos que revoloteaban por las vigas renegridas, el enviado de este peri¨®dico constat¨® la presencia de militares serbios entre las ruinas de la casa horas antes de la muerte de los periodistas.
El coche Fiat 125 de color amarillento acribillado a balazos, que ayer al mediod¨ªa se encontraba atravesado en medio de la calle principal de Prizren, parec¨ªa la expresi¨®n palpable del caos reinante en la ciudad. Se trata del coche donde el domingo al atardecer muri¨® un serbio, tras un intercambio de disparos con soldados alemanes. Otro serbio qued¨® herido de gravedad. El coche estaba ayer en medio de la calle, con las ventanillas bajadas y los parabrisas destrozados. Una botella de aguardiente aparec¨ªa tirada en el suelo del veh¨ªculo y restos de sangre y masa encef¨¢lica llenaban el asiento del lado del conductor. El coche sigui¨® all¨ª, hasta que un cami¨®n blindado serbio, que sal¨ªa con la caravana que abandonaba la ciudad, lo embisti¨® y arrastr¨® hasta dejarlo a un lado de la calle. Dentro del coche se encontraba una hoja de salario de un tal Dragan Stojanovic, del mes de septiembre de 1997.
Presa de una psicosis colectiva, de p¨¢nico, cientos de serbios abandonan Prizren. En la noche del domingo ya se concentraban caravanas de unos 200 autos. Ayer al mediod¨ªa, otra de m¨¢s de 200 veh¨ªculos abandon¨® Prizren, a pesar de los ruegos del alcalde serbio de la ciudad. O del llamamiento del secretario general aliado, Javier Solana, que ayer pidi¨® a los serbios que no huyan porque "la Kfor garantizar¨¢ la seguridad de todos".
No sirvi¨® de nada. Natasha Gregovic, una mujer rubia de 45 a?os, casada, sin hijos, que trabajaba en la contabilidad de una escuela, nacida en Urosevac (Kosovo) y residente desde hace 23 a?os en Prizren, luchaba con las l¨¢grimas: "Es horrible. No s¨¦ qu¨¦ significa todo esto. Yo no hice mal a nadie". Explica la mujer que se va porque "nadie" le garantiza aqu¨ª su "seguridad": "Tengo miedo". Natasha vivi¨® en paz con sus vecinos albaneses hasta tal punto que ahora les ha dejado las llaves de su casa, para que la cuiden, por si un d¨ªa vuelve a Prizren. En los asientos traseros del coche, cargados hasta los topes, se ve una imagen de San Nicol¨¢s, el santo patr¨®n de la familia, y otra del zar Lazar, el rey serbio que muri¨® en la batalla de Kosovo en junio de 1389 en lucha contra los turcos.
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