"Ense?amos a pensar, no a memorizar informaciones"
El profesorado del colegio de educaci¨®n secundaria de Central Park Este, en la zona hispana del Harlem neoyorquino, huye de los programas escolares abarrotados de materias. Desde hace diez a?os, este centro, incluido en el movimiento de las llamadas escuelas democr¨¢ticas, trabaja en la idea de que "menos es m¨¢s", es decir, en reducir el temario de las clases para profundizar en ¨¦l y desarrollar una ense?anza participativa. Con su sistema pretende evitar la deserci¨®n de sus alumnos, en su mayor¨ªa chavales afroamericanos y latinos de ambientes deprimidos. Laura Daigen-Ayala, de 44 a?os, coordinadora del programa de espa?ol en este colegio, ha participado en unas jornadas organizadas por el Movimiento por la Calidad de la Educaci¨®n en el Sur y Este de Madrid. Pregunta. ?Por qu¨¦ llaman a sus centros escuelas democr¨¢ticas? Se supone que todas deben serlo.
Respuesta. Nos definimos as¨ª porque primamos el trabajo en equipo tanto de los profesores como de los alumnos, y porque en nuestras clases intentamos utilizar la discusi¨®n abierta y libre como un m¨¦todo de aprendizaje. A veces, cuando nuestros escolares se trasladan a otros centros m¨¢s tradicionales, se sienten inadaptados porque ven que les hacen callar y les consideran rebeldes.
P. ?C¨®mo naci¨® el proyecto?
R. En 1974, un grupo de profesores de colegios con mucho fracaso escolar decidieron crear un centro de primaria con un sistema distinto de funcionamiento. Se abrieron otros, y en 1984 se plante¨® la necesidad de tener una escuela de secundaria que aplicara el mismo modelo educativo a chicos m¨¢s mayores, de 12 a 16 a?os. Todos son centros p¨²blicos.
P. ?Adem¨¢s de la participaci¨®n, cu¨¢les son las peculiaridades de estos centros?
R. Una muy importante es la limitaci¨®n del n¨²mero de alumnos por clase, nunca m¨¢s de 23. A lo largo del curso, cada profesor no se hace cargo de m¨¢s de 45 escolares, cuando en los centros tradicionales un maestro ense?a a unos 150. Cambia tambi¨¦n el sistema de evaluaci¨®n. Est¨¢ basado en trabajos de investigaci¨®n que tienen que realizar los alumnos y que defienden en p¨²blico. Otra de nuestras principales normas es la de "menos es m¨¢s".
P. ?Cu¨¢l es su significado?
R. Simplemente, que lo importante es aprender a aprender. A un chico podemos hacerle recordar cien hechos distintos sobre diez culturas o podemos intentar que descubra c¨®mo se organiza una sola cultura. Nosotros optamos por esa segunda posibilidad. Al finalizar su etapa educativa, quiz¨¢ nuestros alumnos no recuerden muchos datos, pero son capaces de analizar lo que les rodea de una forma cr¨ªtica. Nuestro objetivo es ense?ar a pensar, no a memorizar informaciones.
P. S¨ª, pero supongamos que ese chico quiere estudiar despu¨¦s una ingenier¨ªa. Adem¨¢s de aprender a pensar necesita una buena base de matem¨¢ticas. ?Ustedes se la dan?
R. Quiz¨¢ en ese caso, el alumno, una vez en la universidad, precisar¨ªa un refuerzo en matem¨¢ticas. Con nuestro sistema educativo intentamos que desarrolle una capacidad de trabajo que le ayudar¨¢ mucho a afrontar ese esfuerzo.
P. ?C¨®mo han conseguido tener tan pocos alumnos por profesor en un colegio con 500 escolares matriculados?
R. Hemos recortado al m¨¢ximo el profesorado dedicado a tareas no lectivas, y tambi¨¦n, y eso hay que reconocerlo, hemos eliminado algunas disciplinas, como la m¨²sica, y rebajado el n¨²mero de clases de educaci¨®n f¨ªsica, arte o espa?ol. Desde luego, un alumno que sea forofo del arte quiz¨¢ no ser¨ªa feliz con nosotros.
P. Sin embargo, parece que ustedes han logrado paliar el absentismo escolar.
R. En barrios deprimidos como el nuestro, el abandono escolar llega a ser del 50% al 75% en edades entre los 12 y los 16 a?os. Sin embargo, el 90% de nuestros alumnos, buena parte de ellos rebotados de otras escuelas, obtiene la titulaci¨®n y sigue estudiando.
P. Hablan de implicar al centro educativo dentro de su barrio. ?C¨®mo lo hacen?
R.Creando un compromiso social. Los alumnos trabajan en un servicio comunitario del barrio un d¨ªa a la semana, sea un hospital, un museo o un centro de ancianos. Eso les ofrece una formaci¨®n laboral y, adem¨¢s, les permite tener modelos. Por ejemplo, los chicos afroamericanos conocen a enfermeros o m¨¦dicos que tambi¨¦n lo son y eso les incentiva a seguir estudiando.
P. ?Se va a ampliar la experiencia de estas escuelas?
R. Estamos en un momento de nubarrones porque el Estado de Nueva York ha decidido "subir" el nivel educativo bajando los presupuestos destinados a los colegios y endureciendo los ex¨¢menes. Nosotros desarrollamos nuestra experiencia alternativa gracias a un permiso institucional que finaliza en el a?o 2000. Si no se renueva, tendremos que dejarlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.