Los votos del interior se mueven poco a poco

Los socialistas acortaron el domingo pasado la distancia que les separaban de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) en la Catalu?a interior, donde la coalici¨®n de Jordi Pujol les lleva una ventaja notable. La p¨¦rdida de votos y de posiciones de CiU en la provincia de Barcelona, incluida la capital, entra dentro de una cierta normalidad pol¨ªtica, a la que los nacionalistas han tenido que acomodarse. El feudo del pujolismo est¨¢ en las poblaciones peque?as de las comarcas interiores. En las elecciones auton¨®micas este predominio se traduce en que CiU obtiene sustanciosas aportaciones de diputados en las provincias de Girona, Tarragona y Lleida. Las que marcan la diferencia. En estas tres provincias, el PSC acort¨® el domingo pasado en una tercera parte la distancia respecto a CiU. Los votos de CiU en las elecciones municipales de 1995 en las provincias de Girona, Tarragona y Lleida fueron, en total, 316.379, por 205.727 que obtuvieron los socialistas. La diferencia fue de 110.652 votos en favor de CiU. Pero en las elecciones municipales de este a?o, CiU ha conseguido 296.991 votos en estas tres provincias, mientras el PSC recib¨ªa 216.041. La distancia entre ambas fuerzas ha seguido siendo favorable a CiU, pero se ha reducido en 29.702 votos y ha quedado en 80.950. El PSC ha tenido 11.000 votos m¨¢s que hace cuatro a?os, mientras que CiU ha perdido 20.000. La traducci¨®n pol¨ªtica de este acercamiento, combinado con el leve ascenso de ERC y el mal resultado del PP, ha consistido en arrinconar m¨¢s que nunca a los nacionalistas a las peque?as localidades. En Girona, los pujolistas est¨¢n en la oposici¨®n no s¨®lo en la capital de la provincia: tambi¨¦n en casi todas las capitales de comarca (Figueres, Olot, Banyoles, La Bisbal, Puigcerd¨¤). De poco consuelo puede servirles haber ganado en Ripoll, Sant Feliu de Gu¨ªxols y Roses. Situaci¨®n an¨¢loga es la que se ha dado en las provincias de Tarragona y Lleida. Los convergentes pueden refugiarse en victorias como las de Montblanc o El Pont de Suert, donde han sido los m¨¢s votados. Esto no les oculta que tras estas elecciones CiU ha sido reducida a¨²n m¨¢s a la condici¨®n de fuerza de gobierno s¨®lo en municipios peque?os, con la ¨²nica excepci¨®n de la ciudad de Tarragona, que se convierte en su joya municipal. Para lo que es su proyecto pol¨ªtico, para ser una coalici¨®n que se presenta como representaci¨®n genuina de la naci¨®n catalana, esa es una situaci¨®n contradictoria y penosa, aunque no sea estrictamente una novedad. Desde 1979, las tres cuartas partes de la poblaci¨®n de Catalu?a tienen alcaldes de izquierda. Lo particularmente inquietante para Pujol es que desde hace un a?o esa Catalu?a interior es objeto de la atenci¨®n preferente de su rival a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall. El candidato toma precisamente a los alcaldes socialistas como puntos de apoyo para sus estancias en estas tres provincias. Esa base se ensanch¨® el domingo. Aunque Pujol tenga raz¨®n cuando dice que sus posiciones siguen siendo fuertes en esta parte de Catalu?a, esa fuerza es menor que antes del 13-J.