Mestalla aclama a Ranieri

El Valencia cerr¨® una campa?a largu¨ªsima con una actuaci¨®n precisa y contundente, muy representantiva de los dos a?os de trabajo de Claudio Ranieri, que construy¨® de la nada un grupo s¨®lido y competitivo. Algo muy parecido a lo que ha hecho C¨²per en el Mallorca, que ayer, sin embargo, sucumbi¨® a la mayor ambici¨®n valencianista y a la abstinencia de algunas de sus estrellas: Dani y Stankovic, por ejemplo. Ranieri arriesg¨® en su planteamiento -jug¨® por primera vez con tres delanteros-y acert¨®: quiz¨¢ porque sus jugadores estaban m¨¢s motivados que nunca ante la mirada de su pr¨®ximo entrenador, H¨¦ctor C¨²per; quiz¨¢ porque Camarasa e Ilie, casi in¨¦ditos en la Liga, estuvieron muy brillantes en sus respectivos puestos; quiz¨¢ porque los valencianistas quisieron rendirle tributo a su entrenador, quien les traspas¨® a lo largo de estos dos a?os la base de su personalidad: la mentalidad ganadora. Quiz¨¢ porque estaba escrito que se produjera tal carambola y que el Valencia, con el permiso del Mallorca, adelantara en el ¨²ltimo metro al Celta en su carrera por entrar en la Liga de Campeones. Al final, la afici¨®n de Mestalla, extasiada por la sorprendente clasificaci¨®n de su equipo y con la mirada puesta en la final de Copa del s¨¢bado en Sevilla, se entreg¨® completamente a Ranieri y lo vitore¨® mucho despu¨¦s de que terminara el partido. La hinchada quiso despedirse especialmente del t¨¦cnico, al que considera un hombre honrado, trabajador y, por supuesto, exitoso. Ranieri y C¨²per cruzaron ayer sus destinos y se encontraron con c¨¢nticos favorables de la hinchada. El trabajo de ambos qued¨® expuesto a trav¨¦s de dos equipos muy fuertes, muy preparados t¨¢cticamente y con gran capacidad de sacrificio. Ranieri sorprendi¨® a su sucesor con un equipo revolucionario, juntando a un tiempo a Ilie, Vlaovic y Claudio L¨®pez. El entrenador romano, adem¨¢s, dio a entrada a Camarasa, que apenas hab¨ªa jugado un partido en toda la Liga y sobre quien pesa la sospecha de que qued¨® cojo tras una lesi¨®n en el tal¨®n de Aquiles. El capit¨¢n valencianista, sin embargo, desminti¨® esta acusaci¨®n y jug¨® como si lo hubiera hecho el resto de la campa?a: con templanza y seguridad.

Compacto, como de costumbre, apareci¨® el Mallorca, bien dirigido por Engonga, que era el ¨²nico capaz de desprenderse de la presi¨®n valencianista en el centro del campo. Con mucha raz¨®n C¨²per pidi¨® en su d¨ªa a la directiva mallorquinista que no le tocaran a Engonga: es el alma del Mallorca. Otras de las joyas mallorquinistas, en cambio, no estuvieron para nadie: sobre todo Stankovic, especialmente desafortunado.

Mendieta, por contra, dio un paso m¨¢s en su extraordinaria progresi¨®n: da igual que juegue por la derecha o por la izquierda. Lo hace muy bien. Y ayer, de lateral izquierdo, volc¨® hacia ese lado la mayor parte del f¨²tbol del Valencia, siendo ¨¦ste quiz¨¢ un inconveniente, pues Angloma, por la derecha, est¨¢ en un gran estado de forma.

El partido fue equilibr¨¢ndose con el transcurrir del tiempo. El Mallorca se suele tomar con calma los encuentros y, apur¨¢ndose la primera mitad, dibuj¨® dos ataques muy serios: Ibagaza lanz¨® un disparo tremendo que elev¨® con los dedos Ca?izares; y Carlos, a un metro del marco y sin la oposici¨®n de Ca?izares, envi¨® alto.

Tras la reanudaci¨®n, el partido lo finiquit¨® Mendieta con una acci¨®n de madurez. Acompa?an¨® un contraataque de su equipo; se puso a bailar en el ¨¢rea mientras le indicaba a el Piojo, que ten¨ªa el bal¨®n en el extremo izquierdo, d¨®nde quer¨ªa la pelota. Y, entonces, dibuj¨® un desmarque de fuera hacia adentro que dej¨® patidifusa a toda la defensa mallorquinista.

El Mallorca, picado en su orgullo, tuvo una reacci¨®n inmediata, pero Dani se top¨® con la inspiraci¨®n de Ca?izares, muy r¨¢pido en la estirada. Hab¨ªa dos porteros de post¨ªn y Roa, en el d¨ªa de su retirada del f¨²tbol profesional, dej¨® constancia de ello. El Valencia empez¨® a celebrar su fiesta y lleg¨® en tropel sobre el ¨¢rea de Roa. El Piojo L¨®pez aliment¨® su excelente temporada con una bater¨ªa de jugadas de gol, una de las cuales acab¨® en el tercer tanto de Ilie, que acab¨® de achantar al Mallorca. Piojo ten¨ªa ganas de marcar, pero Ranieri crey¨® que era m¨¢s importante reservarlo para la final de Copa y, por supuesto, permitir que la afici¨®n lo despidiera como se merece: puesta en pie. Mestalla estaba ya en Bala¨ªdos, y el ¨²ltimo cuarto de hora se le hizo eterno.