Vuelta majestuosa de Crivill¨¦

?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite de ?lex Crivill¨¦? ?Qui¨¦n va a poder detener al noi de Seva? ?Cu¨¢ntos r¨¦cords lleva camino de batir? Preguntas a¨²n sin respuesta, aunque razonables tras su exhibici¨®n de ayer en el Gran Premio de Catalu?a, en el que consigui¨® su cuarto triunfo consecutivo y ampli¨® hasta 55 puntos su ventaja al frente del Mundial de 500cc. Van seis carreras y quedan a¨²n otras 10, pero la hegemon¨ªa del piloto espa?ol empieza a asustar, y conformar, a sus rivales. A¨²n hay otra pregunta m¨¢s. ?En qu¨¦ gran premio se proclamar¨¢ campe¨®n del mundo? Y visto lo visto, algunos s¨ª que se atreven a contestarla ya: quiz¨¢ en Valencia, el 19 de septiembre, en la tercera visita del Mundial a Espa?a, en la 12? cita del calendario. Y si eso es posible, ?cu¨¢nta m¨¢s pasi¨®n pueden mostrar los aficionados por su ¨ªdolo que la que vertieron ayer sobre Montmel¨® los 83.000 espectadores que acabaron invadiendo la pista?

La criviman¨ªa comienza a extenderse. Ayer la notaron todos. El japon¨¦s Tadayuki Okada, compa?ero suyo en la escuder¨ªa Repsol-Honda, la sinti¨® muy vivamente cuando el actual n¨²mero uno del mundo le pas¨® en la ¨²ltima vuelta para lograr un triunfo que s¨®lo unos minutos antes parec¨ªa imposible, pues Okada se le hab¨ªa escapado. Tambi¨¦n lo vio de cerca el tercer hombre del equipo, Sete Gibernau, que realiz¨® una carrera brillante para subir al podio por tercera vez en su carrera.

All¨ª estuvieron tambi¨¦n, volcados con el fen¨®meno Crivill¨¦, los pol¨ªticos, con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el ministro de Industria, Josep Piqu¨¦, a la cabeza; los deportistas, representados por ?lex Corretja y Marc Gen¨¦, y los artistas, entre ellos Lorenzo Quinn. Todos se convirtieron, de momento por un d¨ªa, aunque parece que deber¨¢n abonarse, al club de fans de Crivill¨¦, ese grupo de seguidores que empez¨® con una cincuentena y que tiene ya cerca de mil miembros.

Todos ellos vivieron en Montmel¨® una jornada inolvidable. Empezando por el protagonista, que a los 29 a?os atraviesa el mejor momento de su carrera deportiva. El triunfo de ayer fue el 17? de su historial (12 en 500cc y 5 en 125cc). Gracias a carreras como la de ayer, se ha convertido en un grande. Arranc¨® sin excesos y durante las primeras vueltas cedi¨® la iniciativa a gente necesitada de minutos en televisi¨®n, como el italiano Max Biaggi (Yamaha), en teor¨ªa uno de sus principales rivales, el brasile?o Alex Barros (Honda) y el japon¨¦s Norick Abe (Yamaha).

Ellos tiraron del grupo al principio y se form¨® un paquete con seis unidades. Los otros tres componentes eran los pilotos de Repsol-Honda. Estos seis se distanciaron, dejando atr¨¢s a otros favoritos. Se descolgaron, entre otros, Kenny Roberts (Suzuki), segundo del Mundial, y Carlos Checa (Yamaha), que al final se clasificaron sexto y s¨¦ptimo respectivamente.

Conforme avanz¨® la carrera y los neum¨¢ticos se gastaron, el grupo delantero fue menguando. Las sucesivas ca¨ªdas de Barros, Biaggi y Abe dejaron el protagonismo en un color ¨²nico. As¨ª, Crivill¨¦, Gibernau y Okada entablaron una lucha final entre compa?eros. Afrontaron las ¨²ltimas vueltas casi emparejados. Los 83.000 espectadores que igualaron el r¨¦cord de asistencia del a?o pasado se aprestaron a vivir un desenlace emocionante.

Ninguno de los actores les defraud¨®. Y el resultado, menos. Okada tens¨® el ritmo y pareci¨® escaparse. Los dos espa?oles intentaron un ¨²ltimo esfuerzo. Sete, con los neum¨¢ticos degradados, se content¨® con la tercera posici¨®n, pero ?lex, que por algo se sabe el mejor, no renunci¨® a la victoria. En las dos ¨²ltimas vueltas recort¨® m¨¢s de un segundo de desventaja, y en la ¨²ltima frenada de la carrera se meti¨® por dentro para desatar la alegr¨ªa de sus fieles.

Fue una maniobra arriesgada, digna de un l¨ªder, de esas que hacen da?o al rival. "No he bajado el ritmo ni nada por el estilo. Lo que ha ocurrido es que entonces ?lex ha llegado much¨ªsimo m¨¢s deprisa y por eso ha ganado", explic¨® Okada, que reconoci¨®, que no estaba por la labor de respetar a su jefe. Aqu¨ª cada uno corre para s¨ª mismo. "No tenemos ¨®rdenes de equipo", dijeron los dos posteriormente. Crivill¨¦ se impuso con s¨®lo 61 cent¨¦simas de ventaja para seguir haciendo historia.