El Ej¨¦rcito empieza a dar datos sobre la represi¨®n

Aunque exagentes de los aparatos represivos de la dictadura han relatado en el pasado los m¨¦todos empleados para hacer desaparecer a los detenidos, el coronel Olagier Benavente es el primer oficial de alto rango que lo hace. Poco a poco, el tema ha dejado de ser tab¨² en la sociedad chilena. Anteayer, tras reunirse con el nuevo ministro de Defensa, Edmundo P¨¦rez Yoma, el jefe de la Armada, el almirante Jorge Arancibia, afirm¨® que las personas que saben d¨®nde se encuentran los detenidos desaparecidos est¨¢n identificadas en los procesos por violaciones a los derechos humanos. "El flujo de esta informaci¨®n est¨¢ en poder de la justicia", admiti¨®. Un estudio realizado por exprisioneros pol¨ªticos sobre el destino de los desaparecidos a manos de la Direcci¨®n de Inteligencia Nacional (DINA), entre 1974 y 1977, entreg¨® una lista de 45 exagentes, todos ellos hoy retirados de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas y de la polic¨ªa, que tienen informaci¨®n sobre el paradero de las v¨ªctimas. El informe fue entregado al jefe del Ej¨¦rcito, el general Ricardo Izurieta, quien hasta ahora no ha reconocido la existencia de los desaparecidos. Se calcula que unas 400 personas fueron tragadas por la DINA.

Un ex agente, Samuel Fuenzalida, cont¨® que el m¨¦todo era abrirles el abdomen y arrojarlos al mar. Les colgaban un escapulario en el cuello, un peso para que no flotaran, seg¨²n relat¨® otro exagente, Emilio Iribarren. En los campos de reclusi¨®n de la DINA, a los que iban a dar al mar se les identificaba con el destino moneda, y para los que iban a ser enterrados clandestinamente, la clave era Puerto Montt. Uno de estos lugares, que tambi¨¦n sirvi¨® de campo de concentraci¨®n, era la Colonia Dignidad, situado 400 kil¨®metros al sur de Santiago, seg¨²n determin¨® el estudio. Su jefe, Paul Sch?ffer, est¨¢ hoy pr¨®fugo de la justicia, acusado de violaciones de los derechos humanos.