Un banquero pol¨¦mico
Antonio Champalimaud, a los 81 a?os y casi ciego, vuelve a enfrentarse con el Gobierno portugu¨¦s de turno
El industrial y financiero Ant¨®nio de Sommer Champalimaud, de 81 a?os y casi ciego, ha pasado de ser una leyenda viva del capitalismo portugu¨¦s a personificar el peor de los delitos en tierras lusas: alta traici¨®n a la patria de manos espa?olas. Su alianza con el Banco Santander Central Hispano (BSCH) ha resucitado en Lisboa los fantasmas del antiespa?olismo m¨¢s exaltado. Champalimaud siempre se enfrent¨® a grandes dificultades, aunque proceda de una familia bien acomodada de or¨ªgenes franceses y alemanes. El teniente coronel Paul Champalimaud de Nusanne, nacido en Limoges, se cas¨® en 1770 con una portuguesa de Valen?a de Minho, casi en la frontera con Galicia. De esa rama familiar naci¨® su padre, el m¨¦dico militar y peque?o empresario Carlos Pinto Barreiros Montez Champalimaud. Su madre, Ana de Sommer Champalimaud, procede de la saga del capit¨¢n Heinrich Franz Ludwig von Sommer, quien lleg¨® a Portugal en torno a 1830 para ayudar al rey Pedro VI en su contienda frente a los "miguelistas".
Ant¨®nio de Sommer Champalimaud (el apellido materno va siempre primero en Portugal) hered¨® el autoritarismo del padre, la educaci¨®n de la madre y la disciplina de los jesuitas de La Guardia (Galicia), donde pas¨® cinco a?os interno. Vivi¨® durante su juventud en la Quinta da Marinha, cerca de Cascais, y a los 18 a?os se qued¨® hu¨¦rfano de padre. Fue entonces cuando se fue a trabajar con su t¨ªo en la Empresa de Cementos de Leiria, que pas¨® a dirigir pocos a?os despu¨¦s.
A partir de ah¨ª, su carrera fue imparable. Cre¨® un imperio cementero y sider¨²rgico que traslad¨® hasta las colonias lusas de Angola y Mozambique. Posteriormente fund¨® una compa?¨ªa papelera y, en los a?os sesenta, se hizo con el Banco Pinto & Sotto Mayor y la aseguradora Mundial Confian?a. Sus proyectos empresariales, casi siempre, culminaron en ¨¦xitos, a pesar de sus diferencias con Salazar y Caetano.
En menos de veinte a?os, el joven Champalimaud hab¨ªa levantado un enorme imperio y se hab¨ªa convertido en el hombre m¨¢s rico de Portugal. Amas¨® su fortuna durante la dictadura salazarista, sus empresas fueron nacionalizadas durante la revoluci¨®n de los claveles (1974-1975) y, casi arruinado, emigr¨® a Brasil, de donde regres¨® en 1992 para reconstruir su fortuna. Como todos los grandes empresarios de la ¨¦poca salazarista, fue acusado de "monopolista" y "explotador de los trabajadores". No obstante y en su favor, investigadores y bi¨®grafos coinciden en que fue el ¨²nico industrial que se enfrent¨® al dictador y a su delf¨ªn, Marcelo Caetano. Probablemente por el poder que iba acumulando ambos le impidieron concretar dos grandes negocios: el primero bloque¨® su proyecto sider¨²rgico para Set¨²bal, en 1965, y, cinco a?os despu¨¦s, el segundo firm¨® un decreto, con car¨¢cter retroactivo, para impedir la fusi¨®n de su banco, el Pinto & Sotto Mayor, con el Portugu¨¦s do Atl¨¢ntico.
Las nacionalizaciones del periodo revolucionario le dejaron con una f¨¢brica de cemento, a¨²n en construcci¨®n en Brasil, y cerca de 100 millones de pesetas, que consigui¨® sacar de su banco antes de la intervenci¨®n. Aprovech¨¢ndose de sus contactos, logr¨® salir del pa¨ªs y eludir la c¨¢rcel para refugiarse en el Estado brasile?o de Belo Horizonte. All¨ª pas¨® los peores a?os de su vida. Volvi¨® a empezar y en pocos a?os levant¨® la cementera Soiecom, hoy d¨ªa con el mayor horno del mundo (una producci¨®n de cerca de 2,5 millones de toneladas al a?o) y fund¨® tres grandes explotaciones agr¨ªcolas y ganaderas.
Ant¨®nio Champalimaud nunca perdi¨® la esperanza de regresar a Portugal y recuperar sus bienes. Reclam¨® su imperio ante los tribunales de justicia y gan¨® la batalla mediante negociaciones pol¨ªticas con el anterior Gobierno conservador. El 14 de abril de 1992, Champalimaud compr¨® el 51% de Mundial Confian?a por 18.000 millones de escudos, siendo el ¨²nico empresario que concurri¨® a la reprivatizaci¨®n de la compa?¨ªa. Al d¨ªa siguiente lleg¨® a un acuerdo para que el Pinto & Sotto Mayor, todav¨ªa nacionalizado, le entregase 10.000 millones de escudos a cambio de su renuncia a todas las reclamaciones judiciales.
Dos a?os despu¨¦s, otra maniobra del entonces ministro de Econom¨ªa, Eduardo Catroga, le permiti¨® hacerse con el 50% del Totta & Azores, que hab¨ªa comprado Mario Conde y hab¨ªa pasado a manos del Santander tras la intervenci¨®n de Banesto. Ese "trato de favor" le permiti¨® reconstruir gran parte de su imperio. En menos de cinco a?os, Champalimaud se hizo con el Pinto & Sotto Mayor, el 50% del Totta & Azores, el Predial Portugu¨¦s y el Chemical.
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