"Soy veterano y s¨®lo me faltan 125 d¨ªas para licenciarme"
Slavko, un soldado destinado en el aeropuerto de Slatin, cerca de Pristina, escribe a Zoran, estacionado en Nis, la segunda ciudad de Serbia, a unos 250 kil¨®metros al sur de Belgrado. En esta carta, una entre varias que Zoran dej¨® en la casa de Prizren, se trasluce el temor de los j¨®venes soldados a un destino en Kosovo. La carta, fechada el 11 de noviembre de 1998, se escribi¨® en los d¨ªas posteriores al acuerdo entre el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, y el negociador de EEUU, Richard Holbrooke. Escribe Slavko: "Desde el 9 de septiembre me encuentro en el aeropuerto de Slatina, a unos 20 kil¨®metros de Pristina. ?Qu¨¦ te voy a decir! Se han incrementado los preparativos de guerra. No importa adonde vayamos, tenemos que llevar armamento y munici¨®n. En Danilograd no se pod¨ªa comparar con esto. No hay permisos de salida a la ciudad y Pristina s¨®lo la ves al ir a casa y s¨®lo la estaci¨®n de autobuses. ?Qu¨¦ le vamos a hacer!" Despu¨¦s explica el soldado a su camarada las peripecias de los d¨ªas de alerta: "Estuve sobre el terreno 20 d¨ªas en alerta en una aldea serbia, cuando las amenazas de bombardeo. Est¨¢bamos en una f¨¢brica de productos agr¨ªcolas, porque en el bosque estaban nuestros aparatos. No estaba mal la cosa. Est¨¢s sentado en el bosque y hac¨ªamos fogatas. As¨ª pasaba el tiempo, pero est¨¢bamos armados hasta los dientes. Recib¨ª unos 300 balas de munici¨®n, dos granadas de mano, una pistola autom¨¢tica y qu¨¦ se yo que m¨¢s. Fue hasta interesante".
El acuerdo con Holbrooke les obliga a encerrarse en los cuarteles: "Ahora estamos de nuevo en el cuartel y los aparatos est¨¢n encerrados, porque lo exige el acuerdo con la OTAN. Por eso en la pr¨¢ctica no hacemos nada y el tiempo pasa despacio. S¨®lo se hace guardia, y por suerte no tuve que hacerla, salvo los siete d¨ªas en que fui cabo. Espero que me licencien para siempre. Ahora soy veterano y s¨®lo me faltan 125 d¨ªas. Veo que est¨¢s en Nis. Eso es una cosa buena. Mucho mejor que si te mandan a Kosovo. Has tenido mucha suerte".
La suerte de Zoran
La suerte parece que despu¨¦s abandon¨® a Zoran, que acab¨® en Prizren, en la casa de la familia albanokosovar Kabashi. Slavko pregunta a Zoran c¨®mo le va en Nis y le da ¨¢nimos. Al mismo tiempo expresa Slavko la esperanza de un traslado: "Nos dijeron que nos iban a trasladar al lugar de donde vinimos, pero ahora ya nadie habla de ello. Parece que seguiremos aqu¨ª hasta el final de nuestro servicio militar. Si hay paz, todo est¨¢ bien. ?Qu¨¦ hace Nino? ?Has o¨ªdo algo de ¨¦l? S¨®lo falta un poco de tiempo y tambi¨¦n ¨¦l habr¨¢ cumplido. ?Ojal¨¢ no lo trasladen a Kosovo!".
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