El acusado de asesinar al l¨ªder de la secta Edelweiss admite su culpabilidad
Su confesi¨®n marc¨® el primer d¨ªa del juicio
"Le mat¨¦ y punto". Juan Mart¨ªn Garc¨ªa, Juanito, de 20 a?os, narr¨® ayer con precisi¨®n c¨®mo asesin¨® al l¨ªder de la secta Edelweiss, Eduardo Gonz¨¢lez Arenas, apodado Eddie, de 51 a?os, el 1 de septiembre de 1998 en la terraza de una helader¨ªa de la zona tur¨ªstica de Santa Eulalia, en la isla Ibiza. "Despacito le cort¨¦. Le hice un tajo en el cuello", confes¨® el acusado ante un jurado popular, en la vista que ayer se inici¨® en la Audiencia de Palma de Mallorca. Ocho horas despu¨¦s del crimen, Garc¨ªa fue detenido. El fiscal solicita para ¨¦l 17 a?os de c¨¢rcel por asesinato mientras que la defensa reclama la absoluci¨®n porque alega que cometi¨® un homicidio aquejado de trastornos mentales -esquizofrenia- y actitudes antisociales. La v¨ªctima, Eddie, viv¨ªa con su madre en Ibiza -donde regentaba un bar- desde 1996. Estaba en libertad condicional, tras haber sido condenado en 1991 a una pena de 168 a?os de c¨¢rcel, como autor de 28 delitos de abusos de menores, en un esc¨¢ndalo que tuvo gran resonancia p¨²blica. Trab¨® amistad con una pandilla de j¨®venes relacionados con el confeso asesino. Un a?o antes del crimen, Garc¨ªa present¨® una acusaci¨®n contra Gonz¨¢lez por supuestos abusos sexuales a menores a quienes obsequiaba con dinero y vestuario de marca.
Eddie fue entonces detenido por la Guardia Civil pero qued¨® r¨¢pidamente en libertad. Replic¨® con una denuncia por chantaje contra Juanito y vet¨¢ndole la entrada en su local de copas. Antes de cometer el asesinato, Garc¨ªa forz¨® el apartamento del ex l¨ªder de Edelweiss y le raj¨® las ruedas de su lujoso autom¨®vil.
Un abogado que testific¨® ayer en el juicio dijo que asisti¨® a dos reuniones, d¨ªas antes del suceso, en las que criminal y v¨ªctima intentaron zanjar sus complicadas relaciones. "Juan estaba en busca y captura por la Polic¨ªa y Eduardo quer¨ªa ayudarle para que tuviera un futuro personal y profesional", asegur¨® el letrado.
"Qued¨¦ para matarle", contest¨® el acusado al fiscal Pedro Torres. "?l quer¨ªa que le matara", asegur¨® al pormenorizar c¨®mo "mir¨¢ndole a los ojos", en plena calle, mostr¨® a Gonz¨¢lez el cuchillo de cocina, comprado un d¨ªa antes en una tienda de oportunidades Todo a l00 y cuyo filo prob¨® sobre un jam¨®n de un bar cercano.
"Me mir¨® y tembl¨®. Este hombre quer¨ªa morir y es l¨®gico", insisti¨® al asegurar que se "comunicaba mentalmente" con su v¨ªctima.
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