La CIA defini¨® a Pinochet como el "l¨ªder" que postulaba en Chile ejecuciones sumarias

ENVIADO ESPECIALLos documentos que ha aportado la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en el proceso de "desclasificaci¨®n discrecional" que impulsa Clinton sobre "abuso de derechos humanos" en Chile definen a Augusto Pinochet, tras las primeras semanas de represi¨®n sangrienta, como el "l¨ªder" de los generales de la l¨ªnea dura para quienes "los extremistas o activistas marxistas deber¨ªan ser sumariamente ejecutados, frente a los de la l¨ªnea blanda, que creen en la necesidad de someterlos a juicio, sentenciarlos y hacer el intento de reeducarlos".

Miles de cables e informes atestiguan que Estados Unidos sigui¨® minuto a minuto la gestaci¨®n del golpe militar y que obtuvo informes desde dentro de las fuerzas militares sobre la brutal represi¨®n. La Direcci¨®n de Operaciones de la CIA present¨® 490 documentos, n¨²mero que todos los analistas y congresistas consideran aqu¨ª como una aportaci¨®n simb¨®lica. Uno de ellos -con fecha del 29 de octubre de 1973, esto es, veintiocho d¨ªas despu¨¦s del golpe militar del 11 de septiembre de ese mismo a?o- traza una radiograf¨ªa de la situaci¨®n dentro del Ej¨¦rcito chileno, despu¨¦s de examinar, en otros informes, la dureza de la represi¨®n y asesinatos.

"Hay dos corrientes en el Ej¨¦rcito en relaci¨®n a c¨®mo tratar a los extremistas, los de la l¨ªnea dura creen que los extremistas o activistas marxistas deben ser ejecutados sumariamente, mientras que los de la l¨ªnea blanda estiman que deber¨ªan ser juzgados, sentenciados y que deber¨ªa hacerse un intento de reeducarles", dice el informe. "Los generales de la l¨ªnea dura est¨¢n l¨ªderados por Augusto Pinochet, presidente de la junta, y Sergio Arellano, comandante de tropa del Ej¨¦rcito. Los de la l¨ªnea blanda incluyen al general Oscar Bonilla, ministro del Interior; a Joaqu¨ªn Lagos, comandante de la Primera Divisi¨®n del Ej¨¦rcito, en Antofagasta; H¨¦ctor Bravo, comandante de la Divisi¨®n del Ej¨¦rcito de Caballer¨ªa y Washington Carrasco, comandante de la Tercera Divisi¨®n del Ej¨¦rcito, en Concepci¨®n", a?ade.

Los agentes de la CIA se?alan que aunque el general Carrasco apoy¨® el golpe militar "se ha negado a ejecutar extremistas. Lagos ha actuado de manera similar. A ra¨ªz de esta actitud, el general Arellano se reuni¨® con los dos generales y les advirti¨® que tomaran seriamente la campa?a antisubversiva". El cable dice que el general Sergio Nuno, presidente de la Corporaci¨®n para el Desarrollo Chileno (Corfo), se define como miembro de la l¨ªnea blanda. "Nuno sit¨²a al general Bonilla en la misma categor¨ªa e identific¨® a Pinochet y al jefe de la Fuerza A¨¦rea, Gustavo Leigh, miembros de la junta, como impulsores de la l¨ªnea dura".

Los agentes a?aden: "Nuno ha dicho que no se opondr¨ªa a la ejecuci¨®n de personas tales como Altamirano , que est¨¢ en la lista de los diez pol¨ªticos m¨¢s buscados, pero que s¨ª lo har¨ªa si se trata de ejecutar sumariamente a obreros y dirigentes sindicales en una f¨¢brica. Nuno puso como ejemplo de estos excesos el caso de 11 trabajadores y un dirigente sindical de una f¨¢brica de explosivos de Antofagasta que fueron ejecutados tras serles encontrados un plano de la f¨¢brica junto con algunos explosivos y documentos que les vinculaban con grupos extremistas". Nuno, seg¨²n el informe, mantiene que llev¨® el caso al consejo de ministros como "ejemplo de represi¨®n innecesaria". Y a?ade: "Nuno dijo que mientras su posici¨®n fue apoyada por Bonilla, los generales Pinochet y Leigh se pronunciaron a favor de este tipo de acciones duras".

Otros documentos de la citada Direcci¨®n de Operaciones de la CIA se refieren a la obsesiva b¨²squeda, dentro y fuera de Chile del dirigente socialista Carlos Altamirano y de la irritaci¨®n de Pinochet con el dirigente democratacristiano Bernardo Leighton. Contra el primero se organiz¨® un intento de homicidio en Madrid, en noviembre de 1975; el segundo fue asesinado a tiros en Roma.

Varios materiales hacen referencia a la Operaci¨®n C¨®ndor, el acuerdo de coordinaci¨®n entre Pinochet y las dictaduras de Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Uno de ellos, del 12 de agosto de 1976, advierte que si bien Brasil "ha adherido al acuerdo original de cooperar e intercambiar informaci¨®n sobre el terrorismo y la subversi¨®n, no ha acordado todav¨ªa participar en las acciones de la Operaci¨®n C¨®ndor en Europa. Los miembros de C¨®ndor que operar¨¢n en Europa son Chile, Argentina y Uruguay. Estos pa¨ªses no han suspendido sus planes de actuar en Europa y de impartir un curso en Buenos Aires para aquellos oficiales que operar¨¢n en Europa".

La cifra oficial de muertos y desaparecidos en Chile asciende a 4.000 personas. Los informes despachados por la CIA dan cuenta de que en mayo de 1974 hab¨ªa un total de 12.206 "prisioneros de todo tipo", de los cuales 6.143 permanec¨ªan detenidos en campos, 2.292 bajo arresto domiciliario, 1.291 detenidos en prisiones y 2.480 arrestados en bases de las Fuerzas Armadas. En los informes aparecen v¨ªctimas de diferentes nacionalidades, entre ellas espa?ola.