"?Cu¨¢l es el asiento del presidente?"
El 25 de agosto de 1895 se inaugur¨® la Gran V¨ªa de Granada; la ceremonia del corte de la cinta era en aquella ¨¦poca demasiado simple. Al alcalde se uni¨® el arzobispo que tom¨®, dicen las cr¨®nicas, "la piqueta de plata y con sujeci¨®n al ritual de la Santa Iglesia Cat¨®lica dirigi¨®se al altar, revestido de las sagradas insignias pontificales, a la casa n¨²mero primero, hizo la se?al de la cruz y dio tres golpes con la piqueta en los muros que han de demolerse". M¨¢s de un siglo despu¨¦s el protocolo acaso se ha simplificado o se ha vuelto menos r¨ªgido, pero sigue siendo endemoniadamente necesario para organizar sin deslucimiento cualquier reuni¨®n o asamblea. Esta certidumbre es en la que se basa la Escuela Internacional de Protocolo de Granada, ¨²nica en su g¨¦nero en Andaluc¨ªa, y que el jueves pasado entreg¨® los primeros diplomas de t¨¦cnico auxiliar de protocolo a los 60 alumnos de la promoci¨®n inicial. No es f¨¢cil llegar hasta aqu¨ª. Los titulados tienen que superar disciplinas tales como Protocolo Internacional, Inform¨¢tica, Organizaci¨®n de Actos, Derecho Premial y Nobiliaria o Sociolog¨ªa del Comportamiento. Todos estos conocimientos son necesarios para preparar algo en apariencia tan sencillo como una entrega de becas o premios. "Nuestra tarea es ordenar y agilizar, no recargar los actos con un boato innecesario. El boato queda para los actos solemnes de tradici¨®n, como los de la Universidad o la Judicatura. En nuestro caso tendemos al protocolo de empresas, que es m¨¢s complicado, pues no existe una normativa que aplicar", se?ala Manuela Su¨¢rez, directora de la escuela de Granada. Un ejemplo: el director de una empresa recibe en su ¨¢mbito el tratamiento de un emperador, pero si entra en la Universidad es casi un don nadie. El presidente de la Junta, Manuel Chaves, en la reciente conmemoraci¨®n del 10? aniversario de la creaci¨®n del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa no pudo compartir la presidencia y se resign¨® a un asiento en una tarima dos palmos por debajo de la principal. "Nosotros tenemos que convencer a los empresarios de cu¨¢l es su posici¨®n en un acto en el que se mezclan con las autoridades", dice Su¨¢rez. Hace cinco a?os el actual presidente del Gobierno, entonces mero pretendiente, vino a la Universidad granadina a dar una conferencia. El acto lo abri¨® el rector entre abucheos y a punto estuvo de levantar la sesi¨®n sin permitir que interviniera el invitado. Pero adem¨¢s de la preparaci¨®n, la persona que se quiera dedicar a los preparativos protocolarios debe sobre todo mostrar una capacidad personal sin la cual es dif¨ªcil superar los retos que se encontrar¨¢ a diario. Por ejemplo, en los casos en que hay que atender a un invitado, el asistente se debe preocupar antes de conocer sus gustos, qu¨¦ comida prefiere, cu¨¢les son sus aficiones o su ideolog¨ªa, para ofrecerle aquello que es m¨¢s de su agrado y evitar a cualquier precio las ofertas contraproducentes. "Una sociedad como la espa?ola reclama de las normas de protocolo un escrupuloso respeto a los valores de nuestra convivencia (...). El protocolo no refuerza la verdad pol¨ªtica, aunque resulte del uso correcto de los procedimientos democr¨¢ticos. Ning¨²n protocolo puede elevar a absoluta ninguna verdad pol¨ªtica". Quien hizo estas afirmaciones en el acto de entrega de los diplomas sabe lo que dice. Antonio Jara Andr¨¦u, como alcalde de Granada, fue una v¨ªctima del protocolo. Ahora reflexiona sobre las pompas del mundo desde la c¨¢tedra de Filosof¨ªa del Derecho.
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