Espa?a encara el camino del oro

La selecci¨®n espa?ola sobrevol¨® el escenario m¨¢s grande de Europa y dio cuenta del equipo m¨¢s venerado que jam¨¢s haya habido en Francia con una lecci¨®n magistral de baloncesto como no se recordaba. Le vali¨® para asegurar la medalla de plata y la posibilidad de luchar por la de oro en la final que disputar¨¢ hoy (18.00, TVE-1) contra Italia (que venci¨® a Yugoslavia 71-62). Pero la victoria tuvo, si cabe, un valor a?adido: el redescubrimiento del talento y la calidad de uno de los equipos que m¨¢s penurias ha pasado en la historia del baloncesto espa?ol, al que siempre se le reproch¨® su blandenguer¨ªa en los instantes decisivos, su falta de talante ganador. Ayer, esa generaci¨®n mestiza que encarnan Herreros y Due?as, se redimi¨® de todas sus aisgnaturas pendientes. La actuaci¨®n ante Lituania el jueves y ante Francia ayer s¨®lo admite comparaciones con lo que logr¨® otra generaci¨®n, la mejor de la historia del baloncesto espa?ol, la que gan¨® la medalla de plata ol¨ªmpica en 1984 en Los ?ngeles y que tambi¨¦n fue subcampeona precisamente en Francia, en Nantes, hace nada menos que 16 a?os.

Mucho tiempo, muchos fracasos y muchos torneos a medias tintas despu¨¦s, la selecci¨®n volvi¨® a ofrecerse la gloria, la de los mejores momentos de su historia. Francia, su selecci¨®n y su p¨²blico, tuvo que rendirse ante la aplastante superioridad espa?ola, tan descomunal que redujo al expediente los seis ¨²ltimos minutos de partido.

La actuaci¨®n de los nueve jugadores que utiliz¨® Lolo Sainz fue irreprochable. Pero dos de ellos estuvieron un punto por encima de sus compa?eros, tiraron del grupo y lo pusieron en ¨®rbita. Herreros fue el l¨¢tigo constante que sinti¨® sobre sus espaldas Francia, con 29 puntos, cuatro rebotes y dos asistencias. Los franceses se turnaron en su marcaje. Pero ni toda Francia habr¨ªa sido capaz de impedir ayer que la mu?eca caliente de Herreros agujerease el aro desde todas las posiciones posibles.

Los franceses, que sufrieron una par¨¢lisis casi total ante la brillant¨ªsima defensa espa?ola, se encontraron en los pocos momentos en que dieron alguna se?al de vida con una bater¨ªa de p¨ªvots excepcional. Con Reyes y De Miguel tan inspirados en uno como en otro aro. Pero quien realmente anonad¨® al equipo franc¨¦s en la segunda parte fue Roberto Due?as. No pudieron digerir su mera presencia. Alzaba los brazos y disuad¨ªa de todo intento de penetraci¨®n o pase interior. Y si alguno de los jugadores franceses, sin otra alternativa, acab¨® intentando burlar al gigante espa?ol, recibi¨® como castigo un mate.

Actuaci¨®n impecable

El partido de la selecci¨®n espa?ola fue impecable del principio al final. Arranc¨® con fuerza y en un par de minutos (0-6) dej¨® en evidencia la tremenda debilidad de los p¨ªvots franceses. Weis y Bilba tuvieron que ser relevados a las primeras de cambio. Y Smith y Gadou apenas les enmendaron la plana, mucho menos Julian. Jim¨¦nez fren¨® a Rigaudeau y Francia sobrevivi¨® gracias al atl¨¦tico Digbeu, el nuevo fichaje del Barcelona, que anot¨® tres triples y fue el ¨²nico capaz de dividir la defensa espa?ola. Aun as¨ª, Espa?a no abr¨ªa hueco, como casi siempre porque le cost¨® excesivamente encontrar un movimiento adecuado del bal¨®n y alguna posici¨®n de tiro id¨®nea en ataque est¨¢tico. Ech¨® en falta la selecci¨®n los puntos de media distancia que no logran sus p¨ªvots, siempre amarrados al aro, y que s¨ª les daba en cambio Bilba a los franceses. Despu¨¦s de mantener un vibrante mano a mano, Espa?a pas¨® por la ¨²nica situaci¨®n de riesgo cuando lleg¨® a perder por 29-25. Pero lo solvent¨® sin mayores problemas e incluso se fue al descanso con ventaja (29-31) despu¨¦s de una providencial asistencia de Corrales a De Miguel en el ¨²ltimo segundo de la primera parte.

La demostraci¨®n de superioridad espa?ola en el segundo tiempo fue una de las contundentes que se hayan visto en ¨¦pocas recientes. De la Fuente se uni¨® a la fiesta con un sever¨ªsimo marcaje a Rigaudeau y tres canastas en las que puso de manifiesto sus excelencias t¨¦cnicas.

La rapidez del juego de transici¨®n espa?ol acab¨® dejando exhaustos a los franceses que ya no estaban ni para bajar a defender. Espa?a, que no necesit¨® durante 11 minutos siquiera de cometer faltas personales, abri¨® hueco (43-56) y Francia no encontr¨® ning¨²n revulsivo. Lo m¨¢ximo que lograron los franceses fue, cuando les entraron un par de triples a la desesperada y ya en una fase en la que su derrota estaba consumada, acercarse a seis puntos, 59-65, con 28 segundos por disputarse. Pero a Espa?a le bastaba por entonces con mantener la cabeza fr¨ªa y correr. Y de esta forma consum¨® el mayor triunfo de los ¨²ltimos 15 a?os de su historia.