Un h¨¦roe americano, primer l¨ªder
Jornada de buenas sensaciones para Olano, que fue tercero, y Z¨¹lle, segundo
CICLISMO Tour
El norteamericano Lance Armstrong vestir¨¢ el primer maillot amarillo de este Tour sin campeones en su n¨®mina. Y har¨¢ honor al liderato por varias razones: es uno de los favoritos, no es un oportunista y tiene una biograf¨ªa digna del mejor gui¨®n. Tres a?os despu¨¦s de haberse retirado del ciclismo para luchar contra un c¨¢ncer de test¨ªculos, Armstrong aparece en Francia vestido de amarillo, demostraci¨®n palpable de la solidez de su car¨¢cter. Su victoria permite al Tour, al menos hasta el momento, recuperar la plena normalidad: el primer l¨ªder es un h¨¦roe americano. Para la colonia espa?ola, la jornada fue m¨¢s beneficiosa de lo esperado. No hab¨ªa grandes expectativas en torno a Olano y Z¨¹lle y, sin embargo, ambos compitieron por la victoria. Su actual posici¨®n en la general les permitir¨¢ tomar la salida con buenas sensaciones. El pelot¨®n espa?ol vivi¨®, en general, una jornada apacible, a resguardo de la alta tensi¨®n de otras ¨¦pocas. Aqu¨ª mismo gan¨® la pr¨®logo Indur¨¢in en 1993, c¨®mo corre el tiempo, seis a?os de aquello. En la n¨®mina de nacionales no hab¨ªa serios aspirantes para ganar la etapa. No lo parec¨ªa Abraham Olano, que no es un especialista en el esfuerzo explosivo y parece haber llegado a Francia corto de preparaci¨®n. Dado que su relaci¨®n con el Tour es adem¨¢s tormentosa, el espa?ol prefiere refugiarse en la precauci¨®n. Ahora bien, una vez tom¨® la salida, se lanz¨® decidido a la victoria. Su actuaci¨®n, siendo buena, tiene un pero: sufri¨® m¨¢s de la cuenta durante un corto repecho de 800 metros, circunstancia que explica claramente su posici¨®n final. Hasta llegar a la subida, Olano goz¨® del mejor tiempo, pero en ese tramo perdi¨® toda su ventaja (nueve segundos frente a Armstrong y 11 segundos ante Z¨¹lle). Ese detalle abre las dudas acostumbradas sobre la indigesti¨®n que le producen las subidas, aunque no conviene sacar m¨¢s conclusiones de las debidas en una etapa que dura apenas ocho minutos. El tiempo dir¨¢ si el detalle en cuesti¨®n se convierte en una an¨¦cdota o en todo un tratado sobre las debilidades end¨¦micas del l¨ªder ahora del equipo ONCE y primer candidato espa?ol en los pron¨®sticos de sal¨®n.
Dado el cambio de papeles a que se han obligado los dos grandes equipos espa?oles, a Banesto le toc¨® lidiar con un aspirante extranjero, novedad en esta casa. Y cierto es que Z¨¹lle rindi¨® mucho mejor de lo esperado. No se le presion¨®, ni se divulgaron esperanzadores mensajes sobre sus posibilidades para la pr¨®logo. Z¨¹lle es ya un veterano en estas lides y ha tenido experiencias contradictorias: sabe lo que es ganar una pr¨®logo (lo hizo en 1996) y sabe lo que es darse un casta?azo (1995). Eusebio Unzue convino en que lo mejor era dejarle tranquilo y convencerle poco a poco de que el sol tambi¨¦n puede lucir para ¨¦l. Dada la especial idiosincrasia del suizo, proclive a angustiarse con el vuelo de una mosca, la pr¨®logo le aport¨® una inyecci¨®n de optimismo.
Los grandes titulares ser¨¢n, sin embargo, para Lance Armstrong, un hombre al que se le hab¨ªa descartado para las grandes citas cuando confes¨® que sufr¨ªa c¨¢ncer de test¨ªtulos y deb¨ªa dejar la bicicleta. Nadie pareci¨® creerle cuando afirm¨® que luchar¨ªa contra esa enfermedad y que volver¨ªa a correr. Su cuarto puesto en la pasada Vuelta a Espa?a demostr¨® que hab¨ªa vuelto con todas las de la ley. Y, ahora mismo, a la vista de las ausencias que sufre el Tour, ha pasado a ser todo un favorito. El Armstrong de hoy tiene mucho que ver con aquel que se proclam¨® campe¨®n del mundo en 1993. Y tiene algo m¨¢s, el convencimiento de que su voluntad es muy poderosa, un factor muy a tener en cuenta para resistir la dureza del Tour.
Por todas estas razones, el Tour logr¨® salir con normalidad, sin incidentes que perturbaran la rutina del pr¨®logo. Por la ma?ana, cada equipo vivi¨® la tensa espera a los resultados de los an¨¢lisis de sangre que se efectuaron, bien temprano, a los 180 inscritos en la carrera. La noticia se hizo esperar porque todas las muestras se trasladaron a Nantes. Es el pre¨¢mbulo que marcan estos tiempos de zozobra.
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