Dimisi¨®n en el L¨®pez Neyra

Soy m¨¦dica de los Equipos de Orientaci¨®n Educativa de Granada, provisionalmente, pues estoy en espera de la resoluci¨®n del concurso de traslados. Ingres¨¦ en Educaci¨®n y Ciencia el 27 de febrero de 1990, en los entonces llamados Equipos de Atenci¨®n Temprana y Apoyo a la Integraci¨®n del Minusv¨¢lido en la escuela. En el tiempo que llevo trabajando, s¨®lo hemos conseguido una cosa: que los minusv¨¢lidos salgan a la calle y no est¨¦n encerrados en sus casas o residencias. En este tiempo he podido comprobar que nadie los quiere y que todos, maestros de las aulas, educadores, psic¨®logos, logopedas, padres y madres, m¨¦dicos, pol¨ªticos, fisioterapeutas, asociaciones, fundaciones, hospitales, escuelas, residencias (aunque en cada espacio haya de todo, como en la vi?a del Se?or) quieren "quitarse el muerto de encima". ?Por qu¨¦? Quiz¨¢s nos cueste mucho trabajo aceptar la vida tal como es. Aceptar que la vida lucha, trabajo, solidaridad, respeto, tolerancia, ayuda mutua, conocimiento de uno mismo y del mundo que nos rodea, crecimiento continuo d¨ªa a d¨ªa e inseguridad. Tenemos que buscar la paz en nosotros mismos para poder vivir en paz. Quiero recordar unas palabras del cantautor V¨ªctor Manuel: "A ella la fueron a parir en un hospital, a ¨¦l lo fueron a parir entre algod¨®n, sus padres se pensaron que aquello era un castigo del se?or y los internaron en una residencia. Los sientan separados a comer, ella le dibuja una flor y ¨¦l algo parecido a un coraz¨®n. S¨®lo pienso en ti".- .

En un medio provincial se publicaba recientemente la noticia de la puesta en marcha de un acelerador de electrones en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada. La m¨¢quina ha costado unos cien millones que han ido a engrosar las arcas de una compa?¨ªa estadounidense. El acelerador ha venido a sustituir la vieja unidad de cobalto. Aunque numerosas en nuestro pa¨ªs, en otros m¨¢s desarrollados se prefieren los primeros a dichas anticuadas unidades por permitir tratamientos mejores, para evitar la manipulaci¨®n y almacenamiento de residuos radiactivos (el cobalto radiactivo agotado), etc¨¦tera. No se comprende entonces, si se trata de la sustituci¨®n de un aparato por otro, por qu¨¦ habr¨ªa de aligerar la lista de espera, a no ser que se trate de la creada por el tiempo que la propia unidad ha estado siendo reemplazada. En el art¨ªculo se insist¨ªa en las bondades y maravillas tecnol¨®gicas del nuevo artefacto, precisamente en plena campa?a electoral. Hace unos a?os un dispositivo semejante, quiz¨¢s algo menos inteligente, originaba ciertos "da?os colaterales" en un hospital de nuestro pa¨ªs. Al recordar estos desafortunados incidentes y en un pa¨ªs en el que la radiaci¨®n parece manipularse con tanto desparpajo, s¨®lo podemos recibir con recomendable recelo ese anuncio, exigiendo a sus responsables la m¨¢xima seriedad y prudencia.-