Hipotecas PEP SUBIR?S

El anuncio est¨¢ encabezado por la enternecedora imagen de un ni?o que sostiene en su regazo la maqueta de un simp¨¢tico chaletito, estilo m¨¢s o menos alpino. El sue?o, se supone, que aspira alcanzar cuando sea mayor. Si Espa?a le deja. Porque el texto que acompa?a a la imagen no corresponde a la promoci¨®n de alguna nueva urbanizaci¨®n de viviendas unifamiliares ni es un recordatorio bancario de la bajada de intereses hipotecarios. Se trata del lanzamiento de la precampa?a de las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas con la ya conocida serie publicitaria en la que el Gobierno de la Generalitat denuncia la supuesta injusticia fiscal de que es objeto Catalu?a por parte del Estado espa?ol. El argumento, simple, es el de siempre. Cito textualmente del anuncio a toda p¨¢gina publicado el lunes 28 de junio en diversos diarios: "Catalu?a es una de las comunidades aut¨®nomas que m¨¢s dinero aportan al conjunto del Estado. En cambio, a la hora de repartir este dinero no recibe lo que le corresponde. Entre lo que aportan los ciudadanos de Catalu?a y lo que reciben hay una diferencia que, traducida en dinero, representa entre 800.000 millones y 1,2 billones de pesetas. Una diferencia que perjudica nuestra econom¨ªa, el bienestar y la cohesi¨®n social de todos los catalanes. (...). Con la falta de estos ingresos, Catalu?a sufre un trato fiscal injusto que limita sus capacidades de modernizaci¨®n, crecimiento y bienestar, tanto dentro de Espa?a como dentro de Europa. Ha llegado el momento de conseguir un trato fiscal m¨¢s justo para los ciudadanos de Catalu?a. Estamos de acuerdo, ?no?". Pues no lo s¨¦, la verdad. ?Cu¨¢nto aportan y cu¨¢nto reciben las otras comunidades? ?C¨®mo se gestiona y en qu¨¦ tipo de proyectos se invierte el dinero p¨²blico en ellas? ?C¨®mo se distribuyen socialmente los beneficios? Casualmente, la publicaci¨®n del mencionado anuncio ha coincidido este pasado lunes con una informaci¨®n que confirma el inmenso desbarajuste presupuestario que reina en las finanzas de la Generalitat de Catalu?a. Entre otros datos e irregularidades no menos graves, resulta que la desviaci¨®n de nuestro endeudamiento p¨²blico -nuestro, s¨ª, pues ¨¦ste s¨ª nos afecta y afectar¨¢ a todos durante muchos a?os- con relaci¨®n a las previsiones casi dobla el de todas las restantes comunidades aut¨®nomas sumadas. Un endeudamiento que se aproxima al bill¨®n y medio de pesetas, y eso sin contar la deuda corriente contra¨ªda por los organismos aut¨®nomos de la Generalitat ni la deuda con los proveedores de bienes y servicios, a los que se les suele pagar a un promedio de 18 meses vista. ?A qu¨¦ se debe que en el caso catal¨¢n las desviaciones sean masivas y sistem¨¢ticas, mientras que comunidades como Baleares, La Rioja y Cantabria, por citar otros contribuyentes netos que no gozan, que se sepa, de ning¨²n r¨¦gimen fiscal m¨¢s favorable que el de Catalu?a, pueden presentar un balance mucho m¨¢s equilibrado y unas perspectivas mucho m¨¢s saneadas? No es que crea que el actual sistema fiscal espa?ol sea mod¨¦lico, pero por la simple regla de tres de que unas entidades territoriales aportan m¨¢s que otras, ciudades como Barcelona y Girona podr¨ªan argumentar que sufren un expolio fiscal a manos de las comarcas del interior, de la misma manera que b¨¢varos y