El escultor Manuel Torres exhibe en el museo gaditano su colecci¨®n en hierro

El amor por el hierro que profesa Manuel Torres (M¨¢laga, 1938) nace de la observaci¨®n de los gitanos que trabajaban el metal en su ciudad natal. Instalado en Ginebra, donde trabaj¨® durante alg¨²n tiempo como obrero en la industria metal¨²rgica de Ateliers des Charmilles, este escultor autodidacta ha desarrollado una t¨¦cnica personal y sugestiva que ahora se muestra en el patio del Museo de C¨¢diz. Medio centenar de piezas, algunas de ellas de imponentes dimensiones, resumen en el citado espacio la evoluci¨®n tem¨¢tica y estil¨ªstica de este creador durante los ¨²ltimos a?os. "El hierro es maravilloso cuando suena", asegura con devoci¨®n Torres. "Si lo golpeas con cari?o, sale m¨²sica". Este mimo se traduce, a la vista de la colecci¨®n expuesta, en un escrupuloso trabajo que juega con p¨¢tinas sobre recortes de metal, antracitas, espectros de grises y pulimentos que tienen en la figura humana su principal protagonista. Tras la presente muestra, que ser¨¢ clausurada el pr¨®ximo 1 de agosto, el artista malague?o tiene previsto concluir "un monumento a la memoria de los brigadistas suizos que vinieron a Espa?a a luchar por la Rep¨²blica, una obra muy simb¨®lica e importante para m¨ª", afirma el escultor.