La justicia de EE UU culpa a las tabacaleras de las enfermedades de los fumadores
Un tribunal de Florida da la raz¨®n a las denuncias de unos 500.000 adictos al cigarrillo
La industria del tabaco de EE UU sufri¨® ayer un golpe potencialmente mortal al ser hallada culpable en el mayor juicio de la historia en su contra, del que salen beneficiados cerca de medio mill¨®n de fumadores enfermos de Florida que piden indemnizaciones que podr¨ªan llegar hasta 500.000 millones de d¨®lares (unos 80 billones de pesetas). Seg¨²n el veredicto, las tabacaleras son responsables de provocar una veintena de enfermedades a los consumidores de tabaco, han actuado fraudulentamente a?adiendo sustancias adictivas en los cigarillos, y todo ello a sabiendas de los efectos da?inos que causaban.
En una sala repleta de p¨²blico en el Tribunal de Circuito de Miami, el juez Robert Kaye ley¨® durante casi 25 minutos el complicado veredicto de 12 p¨¢ginas con el que concluye la primera fase del juicio que comenz¨® hace un a?o. Los seis jurados tuvieron que responder a diez preguntas sobre la responsabilidad de cada una de las compa?¨ªas tabacaleras acusadas. Tras revisar m¨¢s de 37.000 p¨¢ginas de documentaci¨®n y analizar cientos de testimonios, todos coincidieron en que los fabricantes deben pagar da?os y perjuicios por la manipulaci¨®n malintencionada de sus productos. En la segunda fase de este proceso, cuya fecha no est¨¢ prevista, se determinar¨¢ la indemnizaci¨®n que tendr¨¢n que pagar las tabacaleras.
La demanda original, entablada en 1994, ped¨ªa 200.000 millones de d¨®lares. Pero las repercusiones econ¨®micas podr¨ªan llegar a 500.000 millones de d¨®lares. El caso de Miami sienta un precedente legal en Estados Unidos que abre las puertas al resto de los millones de fumadores del pa¨ªs.
Es la primera vez que son los propios afectados los que sientan en el banquillo a la poderosa industria. Los juicios que se hab¨ªan seguido hasta el momento los hab¨ªan interpuesto los propios Estados, con excepci¨®n de uno, en el que un grupo de azafatas y sobrecargos de aerol¨ªneas que demandaron a las tabacaleras por inhalaci¨®n involuntaria de humo y obtuvieron una indemnizaci¨®n de 350 millones de d¨®lares (alrededor de 56.000 millones de pesetas).
El juez fue entonces el mismo que preside este juicio, Robert Kaye, que en este caso ha prohibido a todas las partes que hablen directamente con la prensa. Por ello, ayer ninguna de las partes se atrevi¨® a hacer comentarios a los periodistas tras conocerse el veredicto.
Besos y abrazos
Sin embargo, la derrota y la victoria estaban claramente demarcadas a uno y otro lado de la sala: besos y abrazos entre los fumadores y las familias de las v¨ªctimas del tabaco y silencio sepulcral entre los representantes de los acusados. "La siguiente fase no va a ser tan larga", dijo por su parte Kaye. Aunque nadie se atreve a usar la palabra bancarrota para describir el horizonte de las tabacaleras, los analistas vaticinaron ayer en diversos programas de las principales cadenas nacionales de televisi¨®n que las consecuencias ser¨¢n ruinosas para la industria del tabaco, que tendr¨¢ que enfrentarse a otras demandas, y con ello, miles de millones de d¨®lares en p¨¦rdidas por las indemnizaciones y la previsible bajada de sus acciones en Wall Street. Ayer mismo la cotizaci¨®n de Philip Morris ya cay¨® 2,56 d¨®lares, y la de Reynolds, 1,19.
Las conclusiones finales tambi¨¦n podr¨ªan cambiar las regulaciones de sanidad. Los abogados de la defensa han mantenido a lo largo del juicio la inocencia de las empresas, alegando que no manipularon los cigarrillos para hacerlos adictivos y que los fumadores conoc¨ªan perfectamente los peligros y decidieron libremente fumar.
En el banquillo de los acusados del juicio de Miami estaban: Philip Morris Inc., R. J. Reynolds Tobacco Co. y el Tobacco Institute, Brown and Williamson Corp., Lorillard Tobacco Co. y el grupo Liggett, y Brooke Group, el Consejo de Investigaci¨®n para el Tabaco y el Instituto del Tabaco.
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