Los conservadores iran¨ªes cierran el diario que lanz¨® el reformismo de Jatam¨ª
Los sectores conservadores iran¨ªes han lanzado una ofensiva en toda regla contra la prensa liberal. Los dos ¨²ltimos episodios de esta embestida han sido la tramitaci¨®n ante el Parlamento de una proposici¨®n de ley que endurece las penas contra peri¨®dicos y periodistas y el cierre indefinido del rotativo reformador Salam, editado en Teher¨¢n, defensor a ultranza de los l¨ªderes progresistas del r¨¦gimen de los ayatol¨¢s, entre ellos el propio presidente Mohamed Jatam¨ª.
Pocas horas despu¨¦s de que el mi¨¦rcoles el Parlamento de Teher¨¢n, uno de los bastiones m¨¢s importantes de la esfera conservadora, aceptara a tr¨¢mite, por 125 votos contra 90, una proposici¨®n de ley que endurece la legislaci¨®n en materia de prensa, un tribunal religioso, el Tribunal Especial del Cl¨¦rigo, ordenaba por su cuenta el cierre indefinido del peri¨®dico Salam, uno de los diarios m¨¢s prestigiosos del pa¨ªs, portavoz valiente del sector reformador. Los miembros del Tribunal Especial del Cl¨¦rigo cerraron Salam a instancias del ministro de Informaci¨®n, despu¨¦s de que este diario publicara un informe de un alto responsable de los servicios de espionaje en el que se defend¨ªa un proyecto de ley -el mismo que ahora discute el Parlamento- que agravaba las penas contra peri¨®dicos y periodistas, se les sometiera a la r¨ªgida jurisdicci¨®n de los Tribunales Revolucionarios y se les restringiera por razones de "seguridad nacional" todo contacto con grupos "contrarrevolucionarios".
Parad¨®jicamente, el documento, supuestamente top secret, publicado por Salam, y que ha provocado su cierre, estaba firmado por un destacado y conocido agente de los servicios de espionaje: Said Emami. Este agente, responsable del asesinato de varios intelectuales y pol¨ªticos liberales, se suicid¨® hace escasamente un mes, ingiriendo polvos de depilar, cuando se encontraba en una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad de Teher¨¢n a la espera del resultado de las investigado que se realizan por estas muertes.
El cierre de Salam no es un hecho aislado. En los ¨²ltimos meses, los sectores conservadores del r¨¦gimen de los ayatol¨¢s han conseguido coaccionar y silenciar a un buen n¨²mero de peri¨®dicos y periodistas con la excusa de que ¨¦stos hab¨ªan "da?ado los intereses nacionales" o se hab¨ªan convertido "en una de las puertas de la invasi¨®n cultural".
En poco menos de seis meses, los tribunales revolucionarios religiosos de Teher¨¢n han ordenado el cierre de tres destacados peri¨®dicos: Jameah, Tous y Zan, as¨ª como la detenci¨®n de tres redactores jefes, incluido el m¨¢ximo responsable de la agencia estatal de noticias IRNA, Fereydun Verdinejad, uno de los aliados del sector reformador del clero, aunque fue liberado al poco.
La prensa favorable a la reforma, que desde la elecci¨®n del presidente Jatam¨ª en 1997 ha crecido y se ha afianzado en el pa¨ªs, public¨® al un¨ªsono hace pocos d¨ªas un mismo anuncio en el que criticaba la ofensiva de los conservadores contra la libertad de expresi¨®n y recordaba la carta que dirigieron al Gobierno 320 periodistas reclamando su protecci¨®n.
"Un Estado fuerte es un Estado donde se respetan las libertades leg¨ªtimas, no un Estado donde se intenta reducir estas libertades", afirm¨® hace unas semanas el presidente Jatam¨ª, al dirigirse a los responsables del poder judicial, adversarios enconados de los periodistas liberales y reformadores.
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