La vivienda protegida en Catalu?a se redujo en un tercio en 1998 respecto a a?os anteriores
La pol¨ªtica de vivienda del Gobierno de la Generalitat est¨¢ m¨¢s marcada por las fluctuaciones del mercado inmobiliario y la situaci¨®n financiera que por las necesidades sociales. ?sta es una de las conclusiones de un trabajo realizado por varios expertos sobre la evoluci¨®n de la promoci¨®n de vivienda protegida en Catalu?a desde finales de los ochenta hasta el a?o pasado. Seg¨²n este estudio, los pisos de protecci¨®n oficial representaron el 8,5% de los m¨¢s de 71.000 cuya construcci¨®n se inici¨® el a?o pasado. En 1997, la proporci¨®n fue de un 25%.
Seg¨²n el estudio, realizado por encargo de la Fundaci¨®n Bofill, la construcci¨®n de viviendas de protecci¨®n oficial ha disminuido progresivamente en toda Catalu?a. En 1989, ¨¦poca de expansi¨®n del mercado inmobiliario, la construcci¨®n de vivienda en r¨¦gimen de protecci¨®n represent¨® s¨®lo un 7,4%. Desde la crisis de 1992, la Administraci¨®n impuls¨® la pol¨ªtica de vivienda protegida hasta alcanzar una proporci¨®n del 45,5% de las que se construyeron en 1993 y del 45,3% de las 46.000 que se levantaron en 1995. A partir de entonces, la vivienda protegida ha ido descendiendo -un 31,8% en 1996 y un 25% en 1997- hasta caer al 8,5% del a?o pasado, a medida que se modificaba el mercado inmobiliario y bajaban los tipos de inter¨¦s. "La pol¨ªtica de vivienda que realiza el Gobierno catal¨¢n est¨¢ marcada por la situaci¨®n del mercado y no por las necesidades sociales", destac¨® ayer Josep Maria Vilanova, uno de los autores del estudio, que analiza tambi¨¦n el impacto y los resultados de los planes de vivienda que se pusieron en marcha en 1992. El trabajo tambi¨¦n es cr¨ªtico con la distribuci¨®n de los planes de vivienda en el territorio de Catalu?a: "El predominio de las subvenciones a las viviendas de obra nueva se traduce en la promoci¨®n de los nuevos sectores de crecimiento residencial y un elevado consumo de suelo que discrimina a las ciudades del Barcelon¨¨s, que est¨¢n agotando el suelo edificable". Seg¨²n su diagn¨®stico, los sucesivos planes de vivienda, que subsidiaban los entonces altos tipos de inter¨¦s hipotecarios, beneficiaron a una amplia clase media de edades comprendidas entre 20 y 39 a?os. Parejas cuyos ingresos se encontraban entre uno y tres millones de pesetas representaron el 66,5% de los beneficiarios de las ayudas. "En este sentido, los planes de vivienda fueron un ¨¦xito. Pero fuera de ellos se qued¨® un considerable segmento de la poblaci¨®n cuyos ingresos se situaban por debajo del mill¨®n de pesetas anuales", precis¨® Joan Costa, otro de los autores del estudio, quien subray¨® que los pasados planes de vivienda no han promocionado el r¨¦gimen de alquiler, algo que podr¨ªa resultar la mejor opci¨®n para las personas en situaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil. "Y no hay que pensar s¨®lo en los panoramas m¨¢s marginales, sino en las numerosas situaciones sobrevenidas de paro, por ejemplo, o en las personas mayores y las familias numerosas". Los autores del estudio precisaron que una de las fuentes para la realizaci¨®n del trabajo fue la Direcci¨®n General de Arquitectura y Vivienda de la Generalitat. Sin embargo, apenas pudieron tener datos del Departamento de Bienestar Social respecto a las ayudas distribuidas. A t¨ªtulo de ejemplo, coment¨® que les fue m¨¢s f¨¢cil obtener datos de C¨¢ritas, instituci¨®n que en 1995 atendi¨® a 5.000 familias que hab¨ªan sido desahuciadas. "Y precisamente creemos que una pol¨ªtica de vivienda que pretenda ser eficaz debe conocer las situaciones de marginalidad, lo que ahora no es posible", subray¨® Carme Trilla, coautora del trabajo.
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