Calor de Tour

Otra vez, y van unos cuantos d¨ªas, etapa de desgaste. Y ya meti¨¦ndonos m¨¢s en el Tour, con el sol t¨ªpico de Francia por primera vez. Ya damos sentido a la pregunta habitual que se nos hace antes de empezar, ?qu¨¦, qu¨¦ tal te va el calor para ir al Tour? As¨ª que nada, meti¨¦ndonos en esa realidad. No es un calor excesivo, pero s¨ª lo suficiente para irnos aclimatando a lo que nos espera. Nosotros hemos estado un poco activos. De salida intentamos pillar todos los cortes, aunque sali¨® un corte en el kil¨®metro 12 en el que no estuvimos, pero cuando cay¨® ¨¦se entramos en otro. Salt¨¦ yo con Voigt, Chanteur y creo que Wesemann y poco despu¨¦s se fueron juntando grupos que llegan en tr¨ªos o cuartetos. En uno de ellos vino tambi¨¦n Txente, pero en cuanto vimos que entre los veintitantos estaban algunos peligrosos para la general como Armstrong y Vinokurov, enseguida nos dimos cuenta de que no ¨ªbamos a ning¨²n sitio porque atr¨¢s no les permitir¨ªan nada y trabajar¨ªan fuerte. As¨ª ha sido.

M¨¢s tarde se fue Cerezo solo, volvi¨¦ndose para ver si alguien le quer¨ªa acompa?ar, y ha conseguido que se le unieran otros tres, entre ellos el campe¨®n de Francia, Simon. No ha sido mal momento, porque en entonces el pelot¨®n se estaba tomando un respiro, hab¨ªa un par¨®n y un poco de tranquilidad. Est¨¢bamos como dici¨¦ndonos de tom¨¢rnoslo con calma, porque hab¨ªa habido alguna ca¨ªda y hab¨ªamos estado un buen rato haciendo cuneta. Algunos pens¨¢bamos que esa fuga iba a llegar, porque enseguida se fueron a los siete minutos, pero se ve que Calcaterra ha echado cuentas y ha dicho: a ¨¦stos se les coge. Se ha demostrado que, cuando quiere, el pelot¨®n va mucho m¨¢s deprisa que cuatro, aunque est¨¦n bien avenidos, con el viento de cara.