Falta de visi¨®n

Con frecuencia me hab¨ªa preguntado c¨®mo era posible que los madrile?os eligiesen (eligi¨¦semos) a un alcalde con una falta de visi¨®n urban¨ªstica tan flagrante y de consecuencias tan agresivas para el ciudadano. La respuesta me lleg¨® mientras estaba sentado y leyendo frente al Palacio Real, en uno de los escasos lugares p¨²blicos de Madrid donde el sosiego es a¨²n posible. A ambos lados se sentaban, previsiblemente, varias parejas de turistas. Creo que era yo el ¨²nico en entender el castellano (afortunadamente). Aparece entonces, surcando el paseo peatonal entre c¨¦sped y palacio, un coche de polic¨ªa, que se detiene. Un brazo sale de la ventanilla y ordena nuestra expulsi¨®n con un adem¨¢n displicente y seco. Como yo miraba al due?o del brazo sin mostrar signos de comprensi¨®n, el agente remat¨® con estas palabras: "Largo de aqu¨ª".

En campa?a electoral, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano eleg¨ªa la plaza de Oriente como s¨ªmbolo de su gesti¨®n, y a tal efecto posaba orondo y feliz desde el balc¨®n del Teatro Real. Comprend¨ª entonces para qui¨¦n gobierna: aquellos que no pisan la calle y que quieren estampas en vez de ciudades. Y un lamento: la oportunidad perdida del 13-J. La mala educaci¨®n del polic¨ªa, en cambio, no creo que tenga mucho arreglo.- .