Tom Patchett presenta su colecci¨®n de arte en el auditorio de Galicia
"Me interesa m¨¢s el concepto que la est¨¦tica", declara el millonario
Santiago de Compostela A Tom Patchett le hizo millonario Alf, el extraterrestre de la telecomedia de televisi¨®n. El dinero le llev¨® al arte, a descubrir a Marcel Duchamp como una revelaci¨®n y, bajo su influencia, a reunir una singular¨ªsima colecci¨®n de arte contempor¨¢neo. "Me interesa m¨¢s el concepto que la est¨¦tica y las excelencias t¨¦cnicas", afirma. Le interesa actuar de iconoclasta, con humor, porque "nadie tiene la autoridad para decidir lo que es arte".
Parchett asume y se identifica con la doctrina de Duchamp, "un trampol¨ªn para ampliar los horizontes del indiv¨ªduo". Tal ser¨ªa el sentido de su colecci¨®n.Una generosa antolog¨ªa de la misma, casi 300 obras, se exponen desde el s¨¢bado en el Auditorio de Galicia, en Santiago de Compostela, que ha coproducido la muestra, Double Trouble. Colecci¨®n Patchett, con el Museo de Arte Contempor¨¢neo de San Diego, California. Le gusta el riesgo. "Tengo tantos miedos como cualquiera, pero me gustar¨ªa estar metido siempre en alguna actividad cuyo resultado no fuera absolutamente previsible. As¨ª he vivido siempre. Nunca se consigue nada importante sin riesgos", afirma Patchett de su filosof¨ªa de vida. Hace diez a?os compr¨® su primera obra, un grabado de Warhol. "Cuando empec¨¦ a coleccionar era como comprar un carrete de pel¨ªcula, sacar 36 fotos y esperar que cuatro o cinco salieran bien".
Tom Patchett no sab¨ªa qui¨¦n era Marcel Duchamp. Hab¨ªa sido ni?o pobre y, luego, c¨¦lebre guionista de televisi¨®n. Alf le llev¨® a la cumbre. Un extraterrestre de aspecto y gustos extravagantes, como su predilecci¨®n por el zumo de gato, se instala en el seno de una familia estadounidense y todos escenifican una telecomedia que tuvo ¨¦xito mundial y ventas de objetos sobre el personaje. Patchett, coautor del personaje y guionista y productor de la serie, se hizo rico.
Un d¨ªa, para ilustrar a su hijo de 12 a?os, que quer¨ªa ser artista, fueron a ver una exposici¨®n del colectivo Fluxus y el padre cay¨® del caballo. A Duchamp le llev¨® la recreaci¨®n de una de sus obras, Fuente, que hace Sherrie Levine: el reverso de un urinario. Fue la chispa que necesitaba Patchett en su papel de coleccionista. "Muchas colecciones de arte no son m¨¢s que un cat¨¢logo de piezas, sin identidad", descarta. ?l empez¨® a preocuparse de dotar a la suya de perfiles propios.
Rescat¨® testimonios del ¨¢mbito de Americana (caravanas Airstream, letreros publicitarios de hojalata o de ne¨®n, vajillas de gruesos platos de melanina...), elev¨¢ndolos a la condici¨®n de arte pese a su fabricaci¨®n en serie, que no evita, seg¨²n Patchett, la impronta art¨ªstica ni la capacidad narrativa de esos objetos. Marcel Duchamp, Dad¨¢ y Fluxus inspiran y vertebran el conjunto, que incluye obras del propio Duchamp, Man Ray y Joseph Beuys o, entre los artistas contempor¨¢neos, de Chris Burden, Mike Kelley, Charles Ray, Cindy Sherman y Kiki Smith. Chema Cobo es el ¨²nico espa?ol acogido y Tom Patchett no oculta su simpat¨ªa por ¨¦l: "Tiene narrativa en su obra, me recuerda la literatura de Camus".
Reconoce en su colecci¨®n una continuidad del enfoque, el humor y la cr¨ªtica social de Alf, "aunque yo ya estoy en otro cap¨ªtulo de mi vida". El Auditorio de Galicia se interes¨® por ella hace tres a?os y es la primera vez que se expone fuera de Estados Unidos. "Me produce mucha ilusi¨®n que pueda encajar en un sitio tan hist¨®rico como Santiago, agradezco esa generosidad".
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