El Ej¨¦rcito de Colombia ofrece en EE UU garant¨ªas de su victoria sobre la guerrilla

El nuevo ministro de defensa colombiano, Luis Fernando Ram¨ªrez, y el jefe de las Fuerzas Armadas, general Fernando Tapias, llegaron anoche a Washington para mantener encuentros con representantes del Gobierno y del Congreso norteamericano sobre el complicado di¨¢logo de paz entre el Gobierno de Bogot¨¢ y la guerrilla, cuya reanudaci¨®n est¨¢ prevista para el pr¨®ximo d¨ªa 20, y sobre los esfuerzos de Colombia en la lucha contra la producci¨®n y el tr¨¢fico de drogas. En EEUU tambi¨¦n se sigue con atenci¨®n la situaci¨®n de derechos humanos en Colombia.

El ministro y el general traen a Washington un mensaje de tranquilidad tras la reciente ofensiva de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y las medidas tomadas por el Gobierno del presidente Andr¨¦s Pastrana para neutralizarla. Antes de salir de Bogot¨¢, el general Tapia asegur¨® que el Ej¨¦rcito ha conseguido una victoria total sobre la guerrilla. Los dos aprovechar¨¢n adem¨¢s sus contactos con responsables de seguridad y lucha antidrogas para dar explicaciones sobre el uso de los fondos contra el narcotr¨¢fico, cuyo volumen -289 millones de d¨®lares (46.240 millones de pesetas)- hace que Colombia sea, despu¨¦s de Israel y Egipto, el tercer pa¨ªs del mundo que m¨¢s ayuda para seguridad recibe de EEUU. Entre los destinatarios de esa ayuda se encuentra el Batall¨®n Antinarc¨®ticos, una unidad de ¨¦lite formada por un millar de militares elegidos -con expedientes en principio irreprochables desde el punto de vista de la corrupci¨®n- ahora en pleno proceso de entrenamiento y que deber¨ªa entrar en acci¨®n a finales de a?o. El Batall¨®n tendr¨¢ ayuda log¨ªstica estadounidense.

En el Congreso, adem¨¢s de repasar la cooperaci¨®n antidrogas y de recibir informaciones sobre el di¨¢logo de paz, los representantes norteamericanos pueden hacer llegar al ministro de Defensa y al general Tapias su inquietud por la reciente decisi¨®n del Departamento de Estado de compartir informaci¨®n reservada con las fuerzas de seguridad colombianas sobre los desplazamientos y las actividades de la guerrilla. En opini¨®n de algunos congresistas, espoleados por grupos de derechos humanos, no hay garant¨ªas de que esa informaci¨®n no acabe cayendo en manos de paramilitares y sea utilizada con fines distintos a los del proceso de paz o la lucha antinarc¨®ticos.