LA CR?NICA La sospecha GUILLEM MART?NEZ
LA ESPERA Y LOS "MAILLOTS". Cuando en 1975 muere Pantanator, se espera que la literatura espa?ola viva un revulsivo sin precedentes. La espera esa no estaba mal calculada. En los breves periodos en que hubo alg¨²n par¨¦ntesis democr¨¢tico, la cultura del pa¨ªs favorito de la Divina Providencia proclam¨® la rumba y la barra libre. Sobre todo, snif, en el ¨²ltimo par¨¦ntesis, a?os treinta, cuando por aqu¨ª abajo no s¨®lo hay una literatura chachi-piruli en construcci¨®n, sino que, adem¨¢s, en las playas peninsulares irrumpe el maillot, como constataron Opiso, Penagos y un abuelo m¨ªo que se qued¨® bizco. De ello se deduce, por cierto, que la literatura se parece a un maillot en que a) presenta puntos de vista sorprendentes y en que b) si funciona, te quedas bizco, epistemol¨®gicamente, en el caso de la literatura. Bueno. Con veintipico a?os de democracia cabe empezar a preguntarse si ese revulsivo se ha producido, si la normalidad literaria esperada es la hallada y si las literaturas espa?olas han adquirido esa forma de normalidad que ya no se llama normalidad. Mi propuesta al respecto es, en fin y arreando, ¨¦sta: preg¨²ntenselo. LITERATURA HISPANO-BUDISTA. En todo caso, la literatura por aqu¨ª abajo ha adquirido din¨¢micas universales. Se ha industrializado. Industrializarse no es malo -por ejemplo, ser¨ªa fant¨¢stico que los Balcanes se industrializaran-. Jam¨¢s ha habido en este pa¨ªs tantos autores profesionales, que est¨¦n a punto de serlo o que de lejos lo parezcan. Jam¨¢s se han vendido tantos libros ni nunca jam¨¢s se han editado tantos libros ?Era ¨¦se el revulsivo esperado? No s¨¦. Supongo que es parte del revulsivo, aunque quiz¨¢s -y no se puede descartar- ¨¦se sea el revulsivo, baby. En el trance han aparecido nuevos oficios y han desaparecido otros oficios del entorno de la literatura que quiz¨¢s explican cu¨¢l es el oficio hoy d¨ªa del se?or o la se?ora que practican la literatura. Por ejemplo, han aparecido o se han intensificado los agentes. Y se ha desintensificado el oficio de cr¨ªtico. Que no hay, que hay muy pocos con un discurso org¨¢nico de la literatura y que el oficio de cr¨ªtico, en fin, parece consistir a menudo en informar sobre novedades, cuando quiz¨¢s la cosa consistir¨ªa en descartar novedades. El oficio de cr¨ªtico tiene tan poco riesgo que, en lo que es una originalidad peninsular, cada vez lo practican m¨¢s autores, lo cual puede ilustrar el margen de maniobra no s¨®lo de la cr¨ªtica, sino de la literatura nativa, que por relaci¨®n transitoria aparecer¨ªa as¨ª tambi¨¦n como una literatura de poco riesgo. Los autores acostumbran a no crear conflictos con otros autores en sus cr¨ªticas. Sucede como con la novia, relaci¨®n en la que uno se cuida muy mucho de plantear m¨¢s conflictos de los matem¨¢ticamente necesarios. De todo ello se deduce, pues, que los autores se tratan a s¨ª mismos, en la lejan¨ªa, como novias, es decir, sobre una banda sonora que convoca cierto compadreo, aplaza conflictos y descarta el mal rollo -la literatura es, posiblemente, mal rollo- y la sospecha -la inteligencia, en Occidente, es sospechar sobre las cosas-. En ese sentido, cabe se?alar que incluso una novia siempre est¨¢ bajo sospecha, algo que no sucede con nuestros autores. Ignoro cu¨¢l es el grado de normalidad de nuestra literatura -es m¨¢s, da como pereza hablar de normalidad tras chorrocientos a?os de normalidad-, pero parece que su grado de normalidad es, por tanto, inferior al de su novia o su novio, se?ora o caballero que me est¨¦ leyendo y a quien saludo. Hola. ?Y QUI?N ES ?L? ?Se ha producido el Gran Cahuna en la literatura espa?ola?, ?en qu¨¦ consiste?, ?quienes son sus autores?, ?qu¨¦ son?, ?c¨®mo los modula la cr¨ªtica? Recientemente ha aparecido Qu¨¦ he hecho yo para publicar esto -DVD Editores, Barcelona-, un libro en el que, a pesar del t¨ªtulo, la autora, Noem¨ª Montetes, profe en la UB, pretende describir la ultim¨ªsima literatura del terru?o. Y lo hace a partir de una serie de entrevistas a una veintena de narradores y poetas espa?oles nacidos entre los cincuenta y pico y los setenta y pico: Antonio ?lamo, Felipe Ben¨ªtez Reyes, Francisco Casavella, Carlos Cast¨¢n, Luisa Castro, Javier Cercas, Jos¨¦ Angel Cilleruelo, Vicente Gallego, Pablo Garc¨ªa Casado, Luis Garc¨ªa Montero, Almudena Grandes, Carlos Marzal, Jos¨¦ Mar¨ªa Mic¨®, Juan Manuel de Prada, Benjam¨ªn Prado, Jorge Riechmann, Juana Salabert, Javier Sebasti¨¢n, Eloy Tiz¨®n y Vicente Valero. Una ocasi¨®n para que el lector que as¨ª lo desee someta a su sospecha estos nombres, la literatura y la cultura, que es de lo que se trata.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Benjamin Prado
- Luis Garc¨ªa Montero
- Juana Salabert
- Almudena Grandes
- Juan Manuel de Prada
- Jorge Riechmann
- Opini¨®n
- Luisa Castro
- Felipe Ben¨ªtez Reyes
- Javier Cercas
- Francisco Casavella
- Antonio ?lamo
- Vicente Gallego
- Noem¨ª Montetes
- Eloy Tiz¨®n Garc¨ªa
- Carlos Cast¨¢n
- Pablo Garc¨ªa Casado
- Javier Sebasti¨¢n
- Vicente Valero
- Carlos Marzal
- Jos¨¦ Mar¨ªa Mic¨®
- Jos¨¦ Angel Cilleruelo