Carrera estancada
?Podr¨¢ mantener Olano su posici¨®n en el podio?, ?estar¨¢ Escart¨ªn irremediablemente destinado a quedarse a las puertas de su gran objetivo?, ?sufrir¨¢ Z¨¹lle alg¨²n nuevo percance?, ?aparecer¨¢ Virenque en los Pirineos con ¨¢nimo de reivindicarse?, ?se liar¨¢n la manta a la cabeza los espa?oles, o se van a conformar todos con lo que ya tienen? El Tour ha cruzado el ecuador de la carrera y, a la hora de hacer balance, crece la sensaci¨®n de que puede producirse un estancamiento general. Es decir, que nadie se mueva m¨¢s de la cuentapor temor a perder las posiciones ya conquistadas. El ¨²nico a quien ahora sobran motivos para sentirse disgustado es Escart¨ªn (Kelme), con una sola etapa de monta?a en el horizonte. "No hay m¨¢s consigna que atacar y atacar", anuncia ?lvaro Pino. Escart¨ªn echa cuentas y se desespera. Abraham Olano sabe lo que es ser segundo en la general y perder todos los ahorros en la monta?a. Le sucedi¨® por vez primera en 1996, camino de Pamplona precisamente, donde qued¨® cortado junto a Indur¨¢in y Rominger. En 1997 tuvo que someterse a un esfuerzo agotador para terminar cuarto, as¨ª que estar en el podio de Par¨ªs en 1999 posiblemente colmar¨ªa todas sus aspiraciones en una carrera con la que tiene una relaci¨®n dif¨ªcil. El paso de los Alpes ha obrado un efecto reparador sobre el espa?ol y sobre el equipo ONCE, que parece haber recobrado la respiraci¨®n: Olano es segundo en la general y puede especular con mantenerse en el podio. Superada la mitad de carrera, Olano ha ganado tiempo respecto a Tonkov (2.19 minutos), Virenque (1.40) y Escart¨ªn (30 segundos) y s¨®lo lo ha perdido verdaderamente ante Z¨¹lle (5.54 minutos), pero esa diferencia se neutralizaba con los seis minutos que el suizo perdi¨® a su vez en el pasaje del Gois. ?Ha mejorado Olano en la monta?a o han empeorado sus rivales? La realidad es muy enga?osa: da la sensaci¨®n de que Olano se ha comportado mejor este a?o en la monta?a, pero, si se hace la comparaci¨®n con el Tour de 1997, resulta que Olano ha estado peor. Un ejemplo: en 1997, Olano perdi¨® s¨®lo 26 segundos con Escart¨ªn en los Pirineos, lleg¨® por delante del zaragozano (con 49 segundos de ventaja) en L"Alpe D"Huez, pero perdi¨® 3.03 en la ¨²ltima jornada alpina. Y Escart¨ªn este a?o le ha recuperado 3.43 minutos en las dos primeras etapas monta?osas disputadas. Eso dicen las estad¨ªsticas, pero la general dicta otra cosa: los Alpes no han derrotado a Olano frente a sus rivales.
Por esa raz¨®n, en el ONCE reconocen que el objetivo principal ser¨¢ defender a su l¨ªder. "Creemos que es factible que Olano termine en el podio", dice Pablo Ant¨®n, gerente del equipo, "y ¨¦se ser¨ªa un buen resultado para nosotros". Por tanto, es posible que el ONCE no pase al ataque en la media monta?a, y que f¨ªe su suerte a la defensa de Olano en los Pirineos.
Las cuentas de Olano no son las de Z¨¹lle. Hace una semana, el suizo apenas pod¨ªa pensar en el podio. Ahora mismo, todo depende de ¨¦l: sus cinco segundos de desventaja respecto a Olano significan una diferencia despreciable. Banesto es consciente de que, sin los seis minutos perdidos en Gois, estar¨ªamos ante otro tipo de carrera: "Todas nuestras maniobras han tenido el objetivo de que Z¨¹lle recuperara tiempo para entrar en el podio y han terminado siendo beneficiosas para Armstrong. Nos ha sucedido lo mismo que en 1989 con Delgado por su retraso en la salida. En aquella ocasi¨®n, LeMond, que estaba sin equipo, pudo sacar provecho de nuestra estrategia" (como puede ocurrir ahora con Armstrong).
As¨ª que todos le terminan dando una palmadita en la espalda a Escart¨ªn: para entrar en el podio necesita llegar a la pen¨²ltima etapa con al menos cuatro minutos sobre Olano o Z¨¹lle, lo que significa que les tiene que superar en casi seis minutos en lo que resta de monta?a (es decir, los Pirineos; es decir, la etapa del martes). Y se puede encontrar para su desesperaci¨®n con que Banesto no tenga que moverse, ni tampoco el equipo de Armstrong, ni mucho menos el ONCE. Raz¨®n tiene Escart¨ªn para sentirse enfadado.
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