El pelot¨®n ha perdido el apetito
El veterano Dierckxsens es el primer escapado que llega en solitario a la meta
Bravo por Ludo Dierckxsens, el hombre de la voluntad sin l¨ªmites, un veterano aventurero que se hizo profesional de la bicicleta a los 30 a?os. Ayer desbordaba felicidad camino de la l¨ªnea de meta, en solitario como le corresponde a su oficio. Ten¨ªa un motivo: a la vista estaba su primera victoria nada menos que en un Tour de Francia. Dierckxsens tiene ahora 35 a?os y recoge su cosecha: suma 15 victorias en su palmar¨¦s, es el campe¨®n de B¨¦lgica en vigor y gan¨® la etapa de ayer; escap¨® de un grupo de siete corredores en el momento oportuno, en el d¨ªa oportuno, cuando el pelot¨®n ha perdido el apetito y cuando los notables del Tour decidieron tomarse las cosas con mucha calma. Tanta fue que llegaron con 22 minutos de retraso. No escapa a nadie que el pelot¨®n ha cambiado de vestuario. No es el grupo que conocimos hace unos d¨ªas. No guarda la prestancia de entonces ni est¨¢ tan hambriento: seis victorias al sprint y 2.000 kil¨®metros de carretera han moderado mucho sus ¨¢nimos. Mucho tiene que ver en su nuevo aspecto, tambi¨¦n, la deserci¨®n de los grandes velocistas. Se fue seg¨²n lo previsto Cipollini, aprovechando el paso del Tour por Italia; se fueron Kirsipuu, el l¨ªder de la primera semana, Steels, Casper y Svorada, poco menos que la flor y nata. Su ausencia ha dejado sin objetivos a varios equipos, que asisten a cada etapa con otra mentalidad. S¨®lo Zabel y en alg¨²n caso O"Grady tienen intereses en sumar puntos en su duelo por el maillot verde.
El pelot¨®n tiene que respetar ahora, adem¨¢s, la jerarqu¨ªa de la carrera. En su asiento delantero tiene que ir el l¨ªder, escoltado por sus muchachos. Y eso hizo el US Postal, a quien conviene que no pase nada. Como quiera que la conveniencia era la misma para ONCE y Banesto, como fuera que nadie ten¨ªa animo de molestar, se permiti¨® una escapada de siete hombres y a descansar. Ning¨²n espa?ol obtuvo plaza en este grupo y ellos tendr¨¢n sus razones. La escapada aprovech¨® la venia, se fue hasta los 20 minutos de ventaja, y se decidi¨® a favor de Dierckxsens, el m¨¢s decidido, el m¨¢s valeroso a pesar de sus a?os. O, precisamente, por eso, porque ha llegado tarde y con todas las ganas del mundo.
Entre tanto, transcurri¨® una jornada m¨¢s sin que los franceses pudieran ara?ar una victoria. Cierto es que lo intentan, pero el destino parece jugarles una mala pasada.
La prensa francesa sigue abundando en un argumento que da por cierto: que el pelot¨®n franc¨¦s est¨¢ limpio y que el resto sigue siendo sospechoso. Seg¨²n esa l¨®gica, que no carece de prepotencia y no est¨¢ documentada, los ciclistas franceses no est¨¢n a la altura porque no toman nada. La cruz de la moneda es Richard Virenque, indeseable antes del Tour, criticado antes del Tour, sospechoso siempre, y ahora mismo el ¨²nico corredor franc¨¦s con posibilidades en este Tour. Y, desde luego, el m¨¢s popular entre la afici¨®n. La prensa francesa se ha visto obligada a adaptarse a las circunstancias y comienza a aceptar a Virenque, que ahora ocupa p¨¢ginas y p¨¢ginas a diario. Virenque es el l¨ªder de la monta?a y un candidato al podio. Y no hay otra cosa en el horizonte del ciclismo franc¨¦s. Claro est¨¢ que sigue siendo sospechoso, pero el corredor indeseable se ha convertido en un corredor de fuerte car¨¢cter, el mentiroso es ahora un hombre arrogante; la cr¨ªtica a su conducta ha dado paso a un elogio de su personalidad.
El Tour ha encontrado la calma, por dentro y por fuera (incluso el fot¨®grafo aficionado que derrib¨® el d¨ªa anterior a Guerini acudi¨® al hotel para pedirle disculpas). Los an¨¢lisis de sangre han sido tranquilizadores y los corredores volver¨¢n a ser sometidos a una nueva prueba en la jornada de descanso (el pr¨®ximo lunes): se experimentar¨¢ con un nuevo tipo de an¨¢lisis para detectar el uso de PFCs (perfluorcarbonos), una sustancia que permite oxigenar la sangre sin elevar el nivel de hematocrito. El an¨¢lisis se har¨¢ a t¨ªtulo de sondeo, sin car¨¢cter sancionador dado que no est¨¢ regulado. Pero, incluso para estos menesteres, el pelot¨®n parace ahora tranquilo. Falta por ver si la t¨®nica se va a mantener hoy. Si es as¨ª, no duden que Dierckxsens pueda volver a intentarlo.
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